Parte 25: A tu cuidado.

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El humor me cambio, el tormento paso.

Aquellas palabras, aquella película, absolutamente todo relacionado a Yeonji era todo un pesar para mi.

Sali de la habitación y escuche la televisión encendida, camine directamente hacia la cocina, que estaba completamente limpia y ordenada.

Con un vaso de agua fría, me encamine hacia el sofá y los ronquidos de YoSook era más escuchables a medida que me acercaba. Su cuerpo estaba completamente tapada por la frazada y su mano caía sobre el piso dejando a unos lejos centímetros el control remoto.

Sonrei y deje el vaso sobre la mesa ratona y poco a poco, intentado que no se despertara, logre acomodarme detrás de ella, dudaba entre detener la cinta o no hacerlo. Sin embargo, la película estaba muy interesante y al parecer se basaba en un caso verídico.

El cuerpo de YoSook comenzó a sentirse más caliente, se removió y de sus labios salieron un par de quejidos pero luego nada... siguió durmiendo. La película comenzó a tomar un rumbo interesante, un famoso diseñador se encontraba en medio de un dilema con una joven abogada y en el momento que más se cerraba la historia, escuche como algo chocaba entre sí. El cuerpo sobre mi comenzó a estremecerse y la humedad de su espalda estaba pasando a mi camiseta negra.

Esto ya no era normal,a YoSook definitivamente le estaba ocurriendo algo. Sin duda, detuve la película y me quedé observando su ceño fruncido.

-YoSook.- mencione pausansamente, al no recibir respuesta alguna, comencé a zarandear su brazo.- Hey YoSook.

Sus ojos se entreabrieron, un largo suspiro salió de su boca y unas leves gotas de sudor estaban en su frente.

-¿Estas bien?- asintio a penas y sus ojos volvieron a cerrarse, lleve mi mano hasta su frente y se estremeció ante el cambio de temperatura. - Estas hirviendo.

Me alejé y comencé a desesperarme, era la primera vez que cuidaba de alguien y no tenía la más pálida idea de que hacer, como hacerlo y si estaba bien hecho. Varios rayos comenzaron a verse por la ventana y su ensordecedor estruendo seguido, nos indicaba que la tormenta estaba sobre nosotros.

Tome mi celular, que se encontraba con unas pocas líneas de carga, y marque el numero de mamá.
Impaciente, mordisque mis uñas y los pitidos parecían eternos.

-Mujer ¿Donde tienes el teléfono ahora?- murmurre y volvi a acercarme hasta el sofá.- Mamá.

-Jungkook. - la voz de mamá estaba calma a comparación de la mía.- ¿Sucede algo, cariño?

-YoSook... creo que tiene mucha fiebre, esta completamente mojada. - suspire y seguí mientras que mis pies se movían de un lado para el otro.- No se hace cuanto que esta así, pero parece que su cabeza va a explotar de lo caliente que está y no se que hacer mamá.

Aguarde en silencio.

-Calma, Jungkook. Lo primero que harás es ponerle un trapo con agua fría en su frente ¿si? - asentí y me camine hasta el baño para rebuscar algún toalla viejo. - Apúrate en sacarle esa ropa, puede enfermarse peor, metela en la ducha y luego consigues un analgésico. Es simple.

-Claro mamá, tú tienes experiencia, yo no.- chasquee mi lengua al no encontrar nada. - Estoy que desbordó.

-Entonces cálmate, Jeon Jungkook, no llegarás a ningún lado así.

Arrebate la primer toalla que encontré y al momento de llegar al pasillo, pude ver como un rayo cayó cerca de aquí. La luces terminaron por apagarse o quemarse, dejando completamente oscura la casa.

-¡Joder!- grite y al ver el aparato de mi oreja que ya no tenía batería, maldeci peor.

A tientas fui guiándome, hasta llegar a las alacenas. Por suerte encontré rápido un paquete de velas blancas, saque el encendedor del bolsillo de mi pantalón y encendí varias de ellas. Las repose sobre un pequeño cuenco, al fin el souvenir de cumpleaños de mi sobrina serviría para algo.

La Cita Cincuenta Y SieteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora