12) Corazón veloz

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JIMIN

Es temprano en la mañana y hoy sigue el buen clima. Bueno, tan temprano no es. Son como las once y ahora estamos los tres con caras de sueño todavía, intentando desayunar algo en una de las mesas de afuera en el lujoso balcón de la suite. 

Tae volvió anoche un rato después de terminar mis cochinadas con Jungkook. Gracias a Dios no vio nada raro. Yo ya estaba en mi cuarto, solo, extrañando el contacto del pelinegro. 

Diablos, lo miro ahora tan callado, sentado frente a mí, con ganas de seguir durmiendo y me dan ganas de ir a apapacharlo y darle un beso y abrazo. Pero claramente no puedo porque mi hermano está sentado a mi lado. 

Lo sé, sé que estoy encariñándome muy, muy rápido y que tengo que bajar dos velocidades pero es difícil. Jeon Jungkook me encanta. Lo adoro. E ilusionarme hasta la muerte es a lo que me dedico con los chicos. Soy así y creo que nunca voy a cambiar. Pero no me importa porque siento que Kookie es el chico correcto. Así lo siento en mi corazón. 

— ¿Y qué hiciste con Yoongi anoche? — la clásica pregunta celosa de mi hermano no tarda en llegar esta mañana. 

— Nada, me quedé con Jungkook aquí. Decidí que Yoongi es un idiota y no quise verlo — respondo tranquilo. Bueno al menos eso es cierto. 

— ¿Qué te hizo? — continúa preguntando preocupado Tae. Ya sospecha que algo pasó. No se le escapa una. 

— Nada — niego. 

— Si no quisiste ir es porque algo te hizo. ¿Qué hizo? Le daré su merecido. Solo dilo. 

— Cierra la boca. ¿A quién vas a golpear tú? — lo molesto. — Nada pasó. 

'Nada. Solo que apareció alguien mucho, mucho mejor', pienso y miro a Kookie. Alguien que sí vale la pena. Alguien que sí me hace sentir que le importo.

— ¿Qué le hizo? ¿Tú estabas, lo viste? ¿Lo protegiste? — ahora mi hermano hostiga a su amigo al no obtener respuestas satisfactorias de mi parte. 

— Pues, yo…

— De hecho sí me protegió — cuento orgulloso salvando a Jungkook de una respuesta que no preparamos. — Yoongi estaba de mal humor porque me estaba tardando en bajar y se puso un poco idiota conmigo. Pero Jungkook estaba ahí y básicamente lo mandó al diablo. 

— Genial. Así quiero que lo cuides, como tu hermanito, cuando yo no estoy — le dice mi hermano y el pelinegro sufre de repente de un imprevisto y totalmente entendible ataque de tos. 

— Oye, no tengo cinco años, idiota — me quejo. — Tengo tu edad. 

— Menos dos minutos — dice y pongo los ojos en blanco. 

— En fin, olvídenlo. Voy a buscar algo divertido para hacer hoy — le pongo fin al tema y me pongo a mirar el celular. 

— No saben lo que se perdieron anoche — empieza a contar Taehyung sobre su salida. — Yoongi será un imbécil pero su primo Hoseok y el Namjin me mataron de risa a mí y a las chicas. 

— ¿El Nam qué? — pregunta Jungkook. 

— Namjoon y Jin. Es el nombre de su ship. Se los inventé yo y estuve toda la noche llamándolos así. Creo que bebí un poco de más ahora que lo pienso porque hay mucho que no recuerdo — habla para sí mismo más que para nosotros. Y así continúa un buen rato contándonos cosas sobre anoche. 

Yo cruzo miradas con Jungkook cada vez que puedo. Quiero sonreírle pero si empiezo siento que me delataré. Es mejor si no lo miro. 

— Hyung, ¿Me pasas el azúcar? — pregunto en un momento mientras no quito la vista de mi celular. 

Vacaciones Compartidas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora