26) Paciencia

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JIMIN

Sé que quedamos en que Jungkook vendría a mi casa esta tarde pero no me aguanté las ganas de iluminarle el día a mi padre en la empresa con mi bella presencia. Decidí venir a presentar oficialmente mi renuncia y de paso...decir un par de cosas que me quedaron atravesadas desde que me enteré que le cagó el trabajo a mi hermano, uno que él tanto quería y que le dedicó mucho esfuerzo para complacerlo. 

Tae me pidió que lo dejara así, que no peleara, pero no puedo. Es más fuerte que yo. Si a mí me quiere rechazar y decirme que soy un desastre, me importa un comino, pero odio que lo haga con mi hermano. Tengo demasiada bronca acumulada. Tengo que descargar.

Cuando llego lo primero que hago es buscar a Jungkook pero no lo veo por ningún lado. Sé que todavía no ha hablado con mi padre sobre nosotros, no espero tampoco que lo haga el primer día, pero ya me muero de ganas de ver la cara de ese hombre cuando vea que su último soldadito también va a abandonarlo si no cambia su forma de pensar. 

Voy directo a su oficina. Ni siquiera golpeo, abro la puerta y entro. 

Papá está hablando por teléfono y se sorprende de inmediato al verme. Se despide de la persona con quien está hablando y cuelga. 

— Vaya, miren quién se dignó a aparecer — comenta. — Esas no son ropas para venir a trabajar — señala mi vestimenta casual de zapatillas, jeans y chaqueta. 

— Quizás porque no vengo a trabajar. Te lo dije. Cuando volviera de vacaciones, pienso renunciar. 

— ¿A dónde estuviste? ¿Con quién? — pregunta. — ¿Por qué no volviste con tu hermano? 

— Qué te importa a dónde fui y con quién estuve. No tengo por qué contarte nada. Renuncio — repito. — ¿Estás sordo acaso?

— Ten mucho cuidado cómo me hablas, Jimin — me regaña. — Tú no puedes renunciar. Este trabajo es todo lo que tienes. 

— ¡Claro que no! ¡Me inscribí en una escuela de danza esta mañana! Voy a estudiar por fin lo que siempre quise. Y es aquí en Busan, al menos ponte feliz porque no me iré a América, para que veas que pienso en ti — hablo con una sonrisa sarcástica.

— Por favor, eso es ridículo. ¿De qué vas a vivir mientras tanto? 

— Buscaré cualquier otro empleo, cualquiera será mejor que trabajar contigo. 

— ¿Sí? ¿De qué, de mozo en un bar? ¿Esa es tu idea de progreso? — se burla. Yo ya estoy más que furioso. — Nunca te obligué ir a la universidad, Jimin. Dijiste que no querías ir y no te obligué. Aún así te di un lugar aquí, te entrené sin tener estudios y te di la oportunidad de ser alguien en la vida. Todo lo que tienes ahora lo tienes gracias a mí. ¿Y así es cómo me pagas? ¿Echándolo todo a perder? ¿Siguiendo un sueño que no tiene sentido? 

— ¡Tiene sentido para mí! — le grito. — ¿Por qué no te importa lo que yo quiero? Lo que me hace feliz. 

— ¡Porque no sabes lo que quieres! — me grita también. Nada raro. Así son nuestras conversaciones usuales. — Solo eres un chiquillo rebelde que le encanta hacerme la contra. Haces esto para fastidiarme. 

— Ay ya, no voy a volver a tener esta discusión contigo. Estoy harto. ¡Ya me has dejado en claro en muchas oportunidades que no te importo! 

— ¡¿Y por qué crees que pierdo mi tiempo discutiendo contigo?! ¡¿Intentando razonar contigo?! ¡Eres mi hijo, eres mi responsabilidad! — me señala enojado. — No dejaré que eches a perder tu vida. Taehyung dejó muy en claro que no quiere estar aquí. Así que tú heredarás este negocio en su lugar.  

Vacaciones Compartidas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora