Vacaciones Compartidas - Kookmin

36) Nuevo comienzo

JIMIN

Vivir en casa de mi hermano junto con su novia se siente raro. Por momentos me recuerda cuando éramos pequeños y vivíamos juntos en la casa de nuestra familia. Siempre acompañándonos, siempre juntos. Pero luego me doy cuenta de que él está creando su familia propia con Sana y siento que estoy invadiendo su espacio. 

Ellos obviamente me dicen que no molesto pero no puedo evitar sentirme de más. Tengo que conseguir un lugar propio cuanto antes. Y lo más lejos posible. 

Han pasado varios días desde que me fui del departamento de Jungkook. No lo he visto, ni hemos hablado. No sé nada de él. Le pedí a Taehyung que no me contara y él tampoco le cuenta a Jungkook de mí. Es mejor así. Aunque es obvio que ambos nos morimos por saber del otro. Me imagino cómo estará él porque yo me siento igual. Destruído. Tanto que a veces cuesta hasta levantarme de la cama en las mañanas. O bueno, del sofá del Taehyung. 

Pero si no nos alejamos, esto no funcionará. Si nos vemos, si sabemos del otro jamás nos podremos soltar. La distancia ahora es lo mejor. 

Obligarme a volver a las clases de danza a diario ayudan a que me distraiga. Hay momentos en que ni me importan y solo quiero quedarme tirado y llorar. Pero me obligo a ir. Y cuando yo no me obligo, me obliga Taehyung. Y Sana, aunque no lo crean, también. Esa chica me ha levantado con confianza del sofá a patadas en varias ocasiones. A eso le llamo yo una familia que se preocupa y que le importa. No sé que sería de mí sin ellos dos.

Y Ten. Mi amigo de la danza. Tampoco deja que me caiga. Me ayuda a practicar y a ponerme al corriente. Me invita a salir con él y los demás y no me da tiempo ni para deprimirme con todo lo que hacemos en el día. Lo aprecio. Funciona. Me hace sentir mejor. 

Pero no voy a mentir, cuando me acuesto a dormir finalmente y me quedo solo conmigo mismo, todo lo que pienso es en Jungkook. Extraño su calor, su cercanía, sus besos y esos enormes abrazos que me daba que me cubrían por completo. Y lloro. Lo hago en silencio para que no me escuchen pero no hay noche que no llore.

No sé si alguna vez se deja de amar a alguien, me parece muy difícil ahora pero Ten, que pasó por algo similar, dice que es posible. Que eventualmente voy a volver a ser yo. Así que me estoy aferrando a eso. Espero que ese día no esté tan lejos. Porque no sé si podré vivir así, a medias. 

Por ahora busco enfocarme en otras cosas. Mi padre claramente no me pagó lo que trabajé porque cree que soy un degenerado que ando acosando chicos en la empresa así que me estoy quedando sin dinero. Estoy empezando a buscar trabajo porque no quiero que mi hermano me mantenga como a un bebé pero está difícil. En ningún lugar me pagan lo necesario para poder seguir estudiando y buscar un nuevo departamento. 

No me pienso meter en cuestiones de negocios, desde ya eso está claro. Antes prefiero ir a limpiar baños y mierda ajena. 

Sin embargo, cuando siento que me estoy estancando nuevamente, aparece una luz de esperanza. Una oportunidad. 

Resulta que una tarde paseando con Ten luego de nuestras clases, vamos hablando sobre el tema de no encontrar trabajo cuando me cuenta algo y me hace una propuesta que podría cambiarlo todo. 

— Jimin, ¿recuerdas cuando te conté que mi familia se quería ir a vivir a Estados Unidos? 

— Ajá — asiento. 

— Pues parece que finalmente lo van a hacer. Y me voy con ellos.

— ¿Qué? Wow, eso es…¿En serio te vas? — pregunto con miedo. No quiero que se vaya la verdad, lo necesito. Este chico se ha convertido en mi mejor amigo. Además me encanta bailar con él. Tenemos buena química en la danza.