25) Giro inesperado

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JUNGKOOK

El viaje más rápido del mundo fue seguramente el que Jimin y yo tomamos de regreso a Busan. El último día en Tokio también duró lo que dura un suspiro. Y no se siente real hasta que finalmente pisamos con nuestros pies el aeropuerto. Estamos en casa. Oficialmente las vacaciones han terminado. Es hora de regresar a la vida cotidiana, al trabajo, a volver a asumir responsabilidades. Entre ellas, una nueva, hacerme cargo de mi relación con Jimin. 

Tomamos un taxi. Los dos vamos callados. Su cabeza apoyada en mi hombro. Nuestras manos entrelazadas. No sé en qué piensa él pero mi cabeza sigue en los increíbles lugares que visitamos, recordando los bellos momentos vividos. Miro el anillo en la mano de Jimin y sonrío. 

Primero vamos a mi departamento. Dejamos mis cosas, les aviso a mis padres que ya estoy de regreso en el país y descansamos un rato. Luego volvemos a salir, vamos a ir a ver a Taehyung y Sana. Jimin está ansioso por ver a su hermano otra vez y festejar las buenas noticias de su boda como se debe. 
Y como es de noche, Taehyung nos invitó a cenar también. 

— ¡Hermano! — exclama el rubio al ver a su hermano tras la puerta. No deja pasar un segundo más y se abalanza sobre él en un atolondrado abrazo. 

— Jiminie, te he extrañado — responde Taehyung, también abrazándolo con fuerza. 

— Y yo a ti, tonto. 

— ¿Y a mí me extrañaste? — pregunto metiéndome en el medio. 

— Sí, a ti también te extrañé, amigo — me dice. También nos damos un abrazo. 

Desde la cocina se escuchan ruidos, como de ollas o cosas de metal que se caen, y entonces aparece Sana con un delantal y las manos sucias. 

— ¡Ay, no los puedo abrazar pero también los extrañé! — exclama la pelirroja. 

— Mírate, todavía no se casaron y mi hermano ya te tiene cocinando — comenta Jimin. — ¡Taehyung! — lo regaña. 

— No es cierto, yo estaba ayudando — protesta el castaño. 

— Es cierto, Tae me ha tratado como una reina desde que llegamos — lo defiende ella. 

— ¿Y qué tal la pasaron en Tokio? — pregunta Sana y nos invita a sentarnos en la sala. — ¡Cuéntenos! ¡Queremos oír todas sus aventuras! 

— Ugh, no, todo no — dice mi amigo poniendo cara de asco. 

— Yo mejor tengo curiosidad por saber qué dijeron todos en la oficina con la noticia de tu boda — hablo. — Y sobre todo tu padre. ¿Cómo fue esa cena? 

— Sí, queremos los detalles — se suma Jimin. 

La pareja se mira mutuamente y parecen ponerse incómodos. La sonrisa que ambos tenían al vernos llegar desaparece levemente. 

No entiendo por qué pero empiezo a presentir que hay algo que no está bien. 

— Bueno, eso...— responde Tae. — Digamos que no salió taaan bien como les dijimos. 

— ¿Qué? ¿Por qué? — Jimin es el primero en reaccionar. — Pero dijiste que les había dado la bendición. 

— No, Minie...te mentí — confiesa apenado finalmente su hermano. — La cena fue un desastre. Papá no quiere saber nada con la boda — se lamenta. 

Jimin lo mira indignado ante la noticia. 

— ¡¿Me mentiste?!

— ¿Por qué no nos dijiste la verdad, Tae? — pregunto yo. No puedo creerlo. Creí que todo había salido bien. 

Vacaciones Compartidas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora