23) Una noche para no olvidar

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JUNGKOOK

Los días en Tokio se están pasando demasiado rápido. Lo cual debe ser prueba de lo mucho que Jimin y yo nos estamos divirtiendo. Porque cuando eres feliz el tiempo se pasa volando, es como una ley de la vida. Pasó en Jeju y obviamente no iba a ser la excepción aquí. 

Tokio no es una ciudad tan grande pero hay tantas cosas por hacer y lugares que visitar que sentimos que no nos alcanzan las horas del día. Llegamos tan cansados a la noche al hotel que nos quedamos dormidos enseguida. Pero claro, el que no haya sexo en ese momento no quiere decir que no me despierte a mitad de la noche y busque el calor de mi novio para un poco de acción repentina. O que Jimin no me despierte temprano por las mañanas manoseando mi erección, y haciendo que el desayuno se retrase o se convierta en un almuerzo tardío. Lo bueno de las vacaciones es que no hay horarios para hacer las cosas. Comemos a la hora que queremos y follamos cuando surgen las ganas, pero no hay día que no lo hagamos. 

Hoy ya es el quinto día aquí. Los días anteriores visitamos la torre de Tokio, otro de los lugares que Jimin se moría por conocer y varios barrios más imposibles de no visitar en el paso por esta ciudad. También volvimos a Shibuya varias veces porque es como el centro de la juventud aquí en Tokio y es donde Jimin se siente más a gusto. Creo que ya lo escogió como su lugar favorito. En lo personal me gustan más los lugares históricos y todo lo que tenga que ver con cultura así que Jimin también me acompañó a varios museos y se aguantó mis explicaciones super aburridas mientras traducía lo que decían los guías. Es un sol, nos acompañamos mutuamente en todo y creo que es la mejor parte de nuestra relación, que somos compañeros. 

También estoy aprendiendo de a poco a dejar de prestar atención a las miradas feas o comentarios desafortunados de algunas personas cuando nos ven actuando como pareja en la calle. Por suerte, han sido pocas las situaciones donde me he llegado a sentir muy incómodo. Yo no peleo con nadie pero al menos ahora dejo que Jimin se encargue de mandarlos al demonio en japonés con los insultos que le he enseñado cuando nos dicen algo feo. Hasta me parece divertido, debo admitir. Lo bueno de que nadie aquí nos conozca ¿No? 

Ahora es de noche y estamos en Shibuya nuevamente, en una heladería del centro comercial mientras miramos hacia el cruce de peatones. También es viernes, lo cual explica la enorme cantidad de jóvenes que hay afuera. Hay algunos espectáculos musicales callejeros y gente reunida por todas partes. La vida nocturna aquí es muy activa.

— Deberíamos salir — propone Jimin de pronto. — Ya sabes, ir a bailar a algún bar y revivir épocas de la universidad. 

— Pero si tú no fuiste a la universidad, tonto — me río. 

— ¿Y qué? ¿Crees que no tenía amigos con los cuales salir de fiesta? A mis 18 años, yo era el rey de las fiestas — me cuenta orgulloso. — Y no es por presumir pero los chicos me perseguían como moscas. Esa fue sin duda mi mejor época cazando hombres — se ríe. 

— De seguro que Taehyung estaba fascinado con eso. 

— Eso es lo bueno de que él se fuera a la universidad. No estaba para molestarme. Así que podía portarme mal todo lo que quisiera. Hay cosas de las que nunca se va a enterar. 

— No estoy seguro de querer saberlas tampoco. Espera ¿No hay algún ex novio en Busan del que tenga que preocuparme o sí? — finjo ponerme serio. 

— Mmm no, creo que no. Al menos que tú conozcas — responde haciéndose el pensativo y luego se ríe. Yo lo pateo por debajo de la mesa. No me sorprendería igual que hubiera salido con muchos. Jimin es bonito e irradia simpatía y dulzura. Imposible no invitarlo a salir. Bueno antes, ahora espero que nadie se atreva a hacerlo. Voy a tener que hacer un buen marcaje de territorio en Busan. Tengo que pensar en algo.

Vacaciones Compartidas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora