Epílogo

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JIMIN

Nunca pensé que llegaría, pero aquí estoy. Sigo haciendo sueños realidad. Estoy frente a un montón de gente en uno de los teatros más grandes de todo Seúl. Están todos los asientos ocupados a pesar de ser la última función. Las entradas se han agotado desde el primer día que estuvieron en venta. 

¿Quién diría que llegaría tan lejos? Y haciendo un tremendo espectáculo en mi propio país. Debo decir que estar aquí se siente especial para mí. Pues si bien he estado haciendo muchas presentaciones por numerosos países alrededor del mundo con la nueva compañía americana que me contrató, nada se siente mejor y más emocionante que finalizar este tour en mi casa, en mi país. En uno de los teatros en los que soñaba presentarme, donde solía venir yo hace mucho tiempo a ver a los artistas. Hoy me toca a mí estar del lado del escenario.

Y en los asientos de la primera fila, sonriéndome y apoyándome, está mi maravilloso novio Jeon Jungkook, como en cada presentación. No se ha perdido ni una a pesar de que ya se conoce el show prácticamente de memoria de tantas veces que ya lo vio. No importa, él nunca falta. No faltó a los que hacía al otro lado del mundo, mucho menos iba a faltar a estos estando a solo pocos kilómetros de Busan. 

El resto de mi familia también ha venido a verme varias veces. Hasta la familia de Jungkook ha venido. Y como hoy es la última función en Corea mi padre decidió acompañar al pelinegro en la primera fila también. Fue raro al principio, pero me he acostumbrado con el tiempo a ver a papá alentándome y aplaudiendo como loco cada vez que termino de bailar. Y esta noche no hace excepción. Ya es algo normal para mí, tenerlo a mi lado y sentirme tan cerca de él como nunca antes me sentí. Amo nuestra nueva relación. Una que hace tiempo parecía imposible. 

Y como cada vez que finaliza un show aparece en mi camerino con un ramo de flores para felicitarme. 

— Ay, papá, gracias. No hacía falta — le digo aceptando feliz su regalo. — Me voy a poner a una florería con todas las flores que me has dado estas últimas semanas — río. 

— Bueno, hoy era la última presentación. Y bailaste mejor que nunca. Te las mereces — responde y me da un cálido abrazo. 

— Gracias por venir, pa — sonrío y lo miro a los ojos. Él me deja un beso en mi frente. 

La puerta del camerino se abre y es Jungkook quien entra ahora. 

— Minie, ya dejé el auto en la puerta — me avisa. — ¿Estás listo?

— ¡Sip! — exclamo buscando mis cosas. 

— ¿Seguro que no quieren venir a Busan esta noche conmigo? — pregunta una vez más mi padre. 

— No, nos quedaremos en el hotel una noche más, papá. Es tarde y estoy cansado. No tengo muchas ganas de viajar ahora. 

— De acuerdo — asiente. — Descansen y nos vemos mañana en lo de Tae. 

— ¡Claro! ¡Ahí estaremos! ¡No me perdería el segundo cumpleaños de mi sobrina por nada del mundo! 

— Diablos, aún no puedo creer que esa niña ya tenga dos años — suspira papá con su típica expresión de abuelo enamorado. Me encanta verlo así — ¿Cuándo pasó tan rápido el tiempo? 

— Lo sé, me pasa lo mismo — sonrío recordando aquel día en el que todos nos enteramos que Sana estaba embarazada a los pocos meses de volver de la luna de miel. Mi hermano iba a ser papá. Y yo el tío más feliz del universo. Ese fue uno de los mejores días de mi vida. 

No veo la hora de ver mañana a esa preciosura de sobrina que tengo en su cumpleaños número dos. 

Por ahora, como le dije a mi padre, me voy con Jungkook al hotel a pasar la última noche en Seúl. Y no cualquier hotel. El mejor hotel de Seúl. Y no es por presumir, pero mi novio lo reformó y se ocupó de él. Ahora es el mejor de la ciudad. 

Vacaciones Compartidas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora