19) Un nuevo viaje

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JIMIN

Unos minutos de descanso para recuperar mis energías es todo lo que necesito. El sexo con Jungkook fue salvaje e increíblemente caliente. Ahora quiero devolverle algo de la buena follada que me acaba de dar. No puedo dejarlo así. También quiero que se corra. 

Pero primero voy a hacerlo gozar un rato. 

Así que me inclino hacia él y le quito el condón que aún trae puesto. 

Y tal como hice la primera vez que estuvimos juntos, me llevo esa enorme erección a mi boca para lamer cada centímetro de ella. Sé cuánto le gusta esto, se nota en la forma en que me sujeta del cabello y mueve sus caderas buscando meter más en mi boca. Creo que hacer esto hace que me empiece a calentar otra vez. 

Tampoco es que soy un experto en el sexo oral pero me animo y dejo que empuje tanto mi cabeza hasta que casi todo su miembro está en mi boca y garganta. Eso me produce una arcada inmediata pero a la vez se siente excitante. De nuevo aparece el sexo bruto entre nosotros. Creo que siempre vamos a ser así. Nos complementamos bien. 

Lo dejo repetirlo una vez más. Y otra. 

— Dios, Jimin...voy a correrme — me avisa. Y aunque eso me encantaría, no quiero que pase así. 

Abandono su miembro y me alejo. Jungkook me mira confundido y desesperado. 

— ¿A dónde vas? — pregunta. 

— En busca de esto — respondo luego de inclinarme hacia la mesa al lado de la cama para buscar otro condón. — Vamos a seguir follando — le sonrío. 

Me encargo yo mismo de volver a colocárselo y entonces Jungkook intenta levantarse de la cama. Supongo para querer montarme otra vez pero yo lo detengo. 

— No, ahora es mi turno — le digo y me subo encima suyo. — Ahora voy a mostrarte lo que yo sé hacer.

Me ayudo con mis manos y empiezo a autopenetrarme con su miembro. 

Jungkook me mira con una expresión de deseo en su rostro. Se muerde los labios y me toma firme de mi cadera. Sé que se está muriendo de ganas por correrse y yo le voy a ayudar a que lo haga. 

Cuando logro tenerlo todo dentro de mí, no pierdo tiempo y comienzo a moverme, a saltar encima suyo. Él no tarda tampoco en empezar a gemir como loco. 

Siento sus dedos hundiéndose en la piel de mis nalgas por la fuerza con la que me agarra. Pero amo la sensación. Más amo todavía cuando me da una nalgada del lado izquierdo. Una que duele pero me motiva a seguir moviéndome y no aflojar el ritmo. 

— Más rápido — pide, aunque su voz grave suena más como una orden que una petición. Y para corroborarlo me pega otra vez en el mismo lugar. Siento como me arde la piel pero obedezco. 

— ¿Así, hyung? — pregunto sin dejar de saltar sobre su erección. Cada vez más rápido y alto. 

— Ugh — gruñe. — Me corro. 

Y no paro. No hasta que él me lo indique. 

— ¡Diablos! — grita y me doy cuenta de que entonces por fin ha tenido su orgasmo. Sobre todo porque me jala hacia él y hace que lo bese en la boca. 

Me abraza fuertemente por la espalda y no me suelta. Y así nos quedamos un rato, solo besándonos, hasta que el aire ya no es suficiente. 

— ¿Dime cómo se puede amar tanto a alguien como yo a ti ahora? — me pregunta sonriente. 

— No sé, pero me pasa lo mismo. No creo que tenga explicación — respondo. Estoy feliz. Los dos lo estamos. 

Me quito de encima y caigo agotado a su lado.

Vacaciones Compartidas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora