Sebastián Ramsés...
Sebastián Ramsés, de 28 años, dueño de una de las empresas (Ramsés) Las mejores empresas de arquitectura, fundadas por su difunto padre, manipulador guapo, solo le importa una sola cosa de una mujer “Sexo”. A diferencia del sexo duro, que la mayoría de mujeriegos les gusta, a él le gusta el sexo intenso y suave, le gusta ser deseado, su mayor placer lo consigue al ver la cara de las mujeres, cuando lloran, cuando el las rechaza.
No hay mejor placer para él, que cuando una mujer suplica por tenerlo en la cama, y él la rechaza.
Es un delicioso juego, divertido que le gusta jugar.
Desde la mala crianza que le dieron sus padres, al no negarle nada nunca, y nacer en cuna de oro, y ser uno de los hombres más guapos y ricos, ninguna mujer lo ha puesto en su lugar.Amalia Ramos...
Amalia Ramos, de 19 años, la mejor de su universidad, cabello castaño, ojos café profundo, tiene un hermoso cuerpo y rostro que no le gusta mostrar a nadie, siempre se viste, cubriendo todo su cuerpo, usa lentes, no puede leer sin ellos, es la nerd de su universidad, su sueño es ser arquitecta como su padre.
Desde el divorcio de sus padres, Amalia tiene una mejor relación con su padre, ya que él la comprende mejor que su madre, que lo único que le importa es ella misma, y los lujos y verse bien todo el tiempo.
Amalia heredó la inteligencia de su padre, también su lado compasivo y su forma seria de ser, y siempre quieren lograr ser los mejores.
La madre de Amalia, tiene sexo despreocupado con muchos hombres guapos, y su mejor amiga Larissa también tiene mucho sexo casual, por eso Amalia piensa en guardar su “Virginidad Hasta el Matrimonio” Por eso, lo único que le importa son sus estudios y nada más que eso.
[Amalia]
—¡Profesora, no olvide revisar la tarea!
¡Otra vez la matada!
Gritan todos.
—¡Hay Amalia que tenías que ser tu otra vez! —.Me dice mi mejor amiga Larissa.
—¡Gracias Amalia, todos su tarea! —Dice la profesora muy molesta.
Tengo el mejor promedio, y no voy a perder una nota, solo porque a mis compañeros no les da la gana hacerla.
Lo único que quiero es ser la mejor de la Universidad, y pueden todos odiarme, pero no me importa, si tengo las mejores notas, que todos me odien.
Mamá paga mi carrera de arquitectura, no tiene problemas con eso, con el dinero mensual que mi padre nos da, después de que ellos se divorciaron, nos alcanza para todo, y vivimos muy bien.
Después que me revisan la propuesta de un trabajo, la profesora es un poco amargada, pero me mira directamente a los ojos, pestañea un par de veces, sus ojos color miel, me ponen un poco nerviosa, no aguanto más su mirada profunda, solo pienso que si algo está mal.
—Dígame por favor: ¿Algo está mal?
—Esto tiene algo, Amalia.
—Pero yo puedo corregirlo, solo deme una oportunidad.
—Amalia déjame terminar, Esto es fantástico, no tengo duda Amalia tiene un gran futuro.
—¡Gracias profe Susy!.
Se termina la clase, y todos salen corriendo, todos olvidan que esto es una universidad, me llevo bien con todos, incluso a veces solo se acercan a mi para que les pase la tarea, pero también muchas veces almuerzo con todos.
Soy la última en salir, me despido de la profesora, y camino por el gran pasillo de la universidad hacia la salida.
Me sorprende lo rápido que todos dejan sola la universidad.
Salgo hasta el portón de la universidad, siento el viento en mi castaño cabello, atado en una coleta, y unos cabellos rebeldes que sobresalen de mi frente.
Camino un poco por la calle, me gusta caminar, además que mamá está a tan solo como a dos cuadras de la universidad, en un salón de belleza.
Afuera veo el nombre del salón de belleza y entro, y ahí esta mamá es una mujer hermosa, nada en comparación conmigo, yo soy una criatura de otro planeta al lado de ella.
Ella es una rubia alta, de muy bonitas curvas y yo por genética de mi familia paterna soy una enana de 1.60 pero ya que a mis 19 años no uso ni maquillaje soy una rara por eso.
—Amor, complace a tu madre y déjate hacer solo un peinado. —No mamá, solo quiero irme a casa.
—Eres preciosa amiga, escondes tu cuerpo y tu hermosa cara tras esos lentes.
—¿Y tú qué haces aquí Larissa?
—Tu mamá me invitó para hacernos las uñas.
—Por ese motivo, saliste corriendo de la universidad. —¡Si, primero mi belleza amiga!
—¡Claro mujer, tú me entiendes! —.Dice mamá dándole la razón a Larissa.
A veces pienso que mamá quiere más a Larissa que a mi, se la pasa con ella todo el tiempo, son la una para la otra, solo les importa el maquillaje, el dinero, y los hombres guapos, cuando a mi solo me interesa la universidad y terminar mi carrera de arquitectura.
—Ya quedamos preciosas —.Dice mamá levantándose de su silla, para dar una vuelta y mostrar su cabello con extensiones.
—Si preciosa mamá, vámonos a casa, necesito estudiar. —Y yo Amalia.
—Si tú también Larissa, ¿irás a casa con nosotras? —Si, tu mamá me invitó a cenar.
Hasta que al fin, salimos del salón de belleza y vamos a casa. Subo al auto de mamá, y Larissa sube a mi lado.
—¡Miren que rico! —.Dice Larissa viendo por la ventana del auto, llamando la atención de mi mamá y la mía.
—¡Eso! —Digo, con indiferencia, por un hombre de buen cuerpo, se marca a su traje que se ve que es caro, y está afuera de un restaurante, con un café en la mano.
—No me digas, Amalia está como el pollo frito. ¡PARA CHUPARSE LOS DEDOS!
Dice mamá y Larissa al mismo tiempo.
—¡Oigan! —,ya que lo violaron con sus ojos, podemos irnos a casa.
—Está bien vámonos —dice mamá— arrancando el auto. ¡Hasta que por fin ya vamos para la casa!
Mamá y Larissa, hablan por todo el camino de aquel hombre, de traje hermoso, que no pueden sacar de sus mentes.
Llegamos a casa, bajo de el auto y Mario está enperando.
Mario es mi mejor amigo de toda la vida pero no se como el puede ser amigo de alguien como yo, tiene 19 igual que yo y es un adonis, su cuerpo es un sueño, sus ojos un mar azul, y mi amiga Larissa se lo come con la mirada, Mario asiste a
otra universidad, pero nos gusta lo mismo, por eso el también, esta en el segundo año de la carretera de arquitectura.
—¿Mi ratita de biblioteca como estas?
—No me digas así, y no estoy de humor.
—Está bien, Amalia lo siento, es solo que tu amigo te quiere mucho.
—Te invito esta noche a una fiesta para celebrar el cumpleaños de mi tío, esta cumpliendo 28.
—Claro que no, tengo que estudiar.
—¿Y yo puedo ir? —Dice Larissa muy emocionada. —Claro pero sí, pero convence a Amalia, y puedes venir. —Claro iremos, tú solo déjamelo a mi.
—Entonces luego, te paso la dirección y la hora, será un poco tarde la fiesta.
—Esta bien guapo, estaremos ahí.
—Nos vemos linda —dice Mario— alejándose para irse a su casa, por desgracia somos vecinos.
Dejo a Larissa en la sala, yo subo a mi habitación, ella dijo que si, por mi, pero no quiero ir, solo quiero estudiar ¡que nadie lo entiende!.
Dejo mi mochila en mi cama, y camino hacia el gran espejo al lado de mi armario, y me veo, yo no soy como mamá o Larissa, sé que soy bonita, pero tampoco quiero ser superficial, y soy un poco insegura, toco el espejo con la yema de mis dedos, talvez por solo una vez podría divertirme.
—Amalia puedo pasar.
—Si pasa Larissa.
—Por favor, amiga, solo esta noche — ¡Vamos!
—Pero no sé cómo vestirme.
—Amiga, déjamelo todo a mi.
¡Nadia, Traiga todo su maquillaje y vestidos su hija se dio cuenta que tiene v****a!
—En primera no grites, y en segunda no voy a convertirme en ti, o en mamá, si vamos a ir, quiero algo conservador.
—Tú confías en mi Amalia, no haré nada que tú no quieras —. Eso fue lo que mi ex me dijo, cuando me quitó la virginidad.
—Gracias Larissa, pero podría haber vivido sin esa información.
¡Aqui esta todo!
—Mamá, todo esto no es necesario, y por qué tantos vestidos. —Los compré para que te acordaras que tenías una v****a. —Dejen de decir eso, y solo ayúdenme.
—Nadia, usted el maquillaje y yo el cabello.
—Que largo es tu cabello amiga, es hermoso.
—A mi no me gustan las extensiones.
—Ahuth hija, pero yo las uso, no todas somos bendecidas con una belleza natural.
—Lo siento mamá, pero es lo que pienso.
Después de que mamá y mi mejor amiga me tomaran como muñeca de experimento, me dicen que es hora del vestido antes de dejar que me vea al espejo.
Mamá toma un vestido n***o.
—Este te quedará perfecto.
—Mamá, eso no es vestido, solo es un trozo de tela, que apenas me cubrirá las ponpis.
—¡Hay Amalia dilo como es! —Tienes que decir, ¡Ese buen culo parado redondo y firme, llegarás virgen a los 30!
—Eres virgen hija.
—Si mamá lo soy.
—Que raro es esto: yo a tu edad, lo gozaba mucho, me comía todo tipo de...
—¡Ya, mamá que asco! Y tu Larissa sabes que no me gusta hablar asi, no me gustan las malas palabras.
—Esta bien amiga, pero pruébate el vestido.
—Está bien dámelo, vuelvo en un momento.
Me voy al baño y me pruebo el vestido y me miro en el espejo de mi baño.
¡Me veo hermosa, Esa soy realmente yo!
Mi mamá debió ser maquillista y mi amiga hizo unas hermosas ondas en mi cabello liso, y el vestido no me desagrada del todo, se ajusta a mi cuerpo, y me veo ahora como mamá y Larissa.
Pero no me desagrada del todo, me pongo unos tacones n***os altos y salgo del baño.
—¡Woww! —Amiga, pareces una modelo, si que somos talentosas, te convertimos en princesa.
—Gracias y vámonos ya a la fiesta, antes que me arrepienta.
—Mario acaba de mandarme la dirección. ¡Vamos de fiesta!. —Yo las llevaré —dice mamá.
«Espero no arrepentirme de esto»
Vamos al lugar de la fiesta, y estoy en Shock.
—Dijiste que solo sería una fiesta tranquila en una casa.
—Amiga para ser tan inteligente, eres muy ingenua, era una mentira piadosa —además ya estamos aquí vamos.
—Pero es un antro, y no me gustan estos lugares, luego te tocan pervertidos y todos bailando y sudando y que asco.
—Eres una sangrona de lo peor, pero vamos solo una hora, y nos vamos.
—Bueno, solo un rato, nada más y luego nos vamos. —¡Siisisii!! —Grita Larissa muy emocionada.
Nos despedimos de mamá, y entramos a este feo lugar, en la entrada damos nuestros nombres, y los hombres nos dejan pasar, no hay tanta gente como pensé.
—¡Hola belleza! —Dice Mario, mientras viene hacia nosotras. —No hay tantas personas como pensé.
—Es porque mi tío es el dueño, Amalia.
—¡De verdad! Yo quisiera conocerlo.
—Pronto vendrá —dice Mario.
Mario nos lleva a una zona privada donde hay menos personas pero es más lujoso.
Estoy por entrar a un cuarto, donde los asientos son como sofás rojos y lujosos, pero hay un tubo en medio, ¿Quién pondría eso aquí?
—¿Ese tubo es parte de la decoración?
—¡Ja, Ja, Ja!
—¿Porque ríen? —Solo les pregunté algo.
Larissa y Mario ríen más fuerte, no entiendo por qué.
Estoy cerca de la puerta, mientras alguien pasa tocando mi trasero.
¡Qué rica!
—¡Que te pasa tarado, tocaste mis ponpis
El hombre se voltea mientras camina.
—¿Tus que? —Eres una virgen amarga —dice el hombre— mientras se aleja por el pasillo.
—Amiga, ya te dije que se dice, culo.
—Yo ya te dije que no digo ese tipo de palabras. —Mejor no discuto contigo, eres un caso perdido. —Mejor voy al baño, ¿Dónde está el baño?
—Caminas por el pasillo, a la derecha.
—Gracias regresare en un minuto.
—Larissa tiene razón, talvez debería soltarme un poco y disfrutar que soy joven y dejar de ser virgen.
«Podría quedarme virgen hasta los 30 y disfrutar ahora»
Llegó al baño y solo mojó un poco mis manos, no tenía ganas de venir al baño, solo quería relajarte un poco, aquí se escucha menos ruido, ¿acaso estoy mal, porque solo estoy pensando en estudiar?
Después de 10 minutos salgo del baño y me dirijo otra vez al cuarto donde estaba con mis amigos, este pasillo es largo y tiene muchos cuartos.
Hay uno en especial, que llama mi atención, esta aún más oscuro, y se escucha algo, pero no hay música ni nada, me asomo a la puerta, y esta se abre y hay un hombre parado
frente a mi, me asusto y intento irme, pero el hombre me sujeta rápidamente del brazo, la habitación es muy oscura, no puedo ver muy bien su rostro, sin darme cuenta, estoy adentro, y él le pone seguro a la puerta, estoy a punto de gritar, cuando besa mis labios, y no me deja decir ninguna palabra.
ESTÁS LEYENDO
TAN SOLO UNA NOCHE
RomanceSoy una nerd con buenas calificaciones, pero mi mejor amiga me invitó a ese lugar, acepte para tratar de salir de la rutina, pero nunca imaginé que me confundirían con una prostituta, y me quitarían la virginidad esa misma noche, y lo peor, enterar...