L.

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Sebastián...

Aún no puedo creer lo que acabo de ver, sé que Amalia no me haría eso, pero también sé que yo tengo 28 años, y ella tan solo tiene 19, ella estaba enamorada de Mario y él también de ella, eso es lo que me hace dudar, talvez Amalia no me ame.

Entró a la habitación, me siento en el sofá, la puerta se abre, por un momento pienso que es Amalia, pero después me doy cuenta de que es Evelyn.
Sé que ella está de parte de Amalia.

—Si estás aquí para regañarme, no te quiero escuchar en este momento, solo quiero pensar un momento las cosas.

—Sebastián, solo dime una algo ¡¿en verdad crees que Amalia te haría eso?! No sabes como se está sintiendo en este
momento, ella realmente te ama, Mario la beso a la fuerza, él fue un completo imbécil, tú tendrías que estar con ella en este momento —me dice Evelyn muy molesta.

—Si, pero los dos estaban mojados, y estaban abrazados, se supone que eres mi mejor amiga, también deberías de
apoyarme, podría ser que ella aún sienta algo por mi sobrino.

—Soy tu mejor amiga, te quiero como a un hermano, pero en este momento te estás equivocando, solo espero que Amalia te perdone por esto.

—Por esa razón no quería a ninguna mujer, mamá engaño a papá, él murió de tristeza por eso, tú conoces la historia, además, Amalia dejó que le hiciera sexo oral el día que la confundí con una prostituta, ¡¿qué podría esperar de ella ahora?!

Toco mi mejilla y la siento arder, estoy en shock, Evelyn me acaba de dar una fuerte bofetada, con todas sus fuerzas.
Veo a Amalia parada en la puerta, ella está llorando.

—Este es tu hotel, puedes revisar las cámaras de seguridad, yo en verdad te amo, pero me hiciste mucho daño por lo que dijiste, creo que yo soy la que me equivoqué contigo, pensé que ahora eras diferente, no te preocupes, en este momento terminamos, no te quiero volver a ver en mi vida —me dice
Amalia.

Me siento la peor basura de este planeta, soy un imbécil, olvide las cámaras. Amalia sale corriendo de la habitación, corro detrás de ella, pero no la alcanzo, mi auto no esta por ninguna parte, le pido el auto prestado a uno de los empleados del hotel, tengo que encontrar al amor de mi vida, ¡soy un maldito imbécil!

Amalia...

Aún no creo lo que Sebastián dijo, insinuó que soy una cualquiera solo por dejarme hacer sexo oral ese día, y lo más me duele, desconfió de mí sin preguntarme, sin darme la oportunidad de darle una explicación.

Conduzco lo más rápido que puedo, sé que él me podría estar siguiendo, después de conducir como 25 minutos veo un hotel, solo espero que no sea de Sebastián.

Bajo del auto, doy gracias que alcance a tomar mi billetera, tengo mis tarjetas de crédito, camino hasta llegar a la
recepción del hotel, me atiende una mujer muy amable.

Hablo con ella, y me dice que ese hotel es de una mujer muy reconocida, no sé quién es esa mujer, pero al menos no es de Sebastián. Estacionó el auto en el parking del hotel, me sientofeliz de que el estacionamiento sea un lugar cerrado, así Sebastián no podrá ver el auto.

Bajo del auto, regreso a la recepción, la mujer me da el número de mi habitación, estoy a punto de Subir y veo a Sebastián bajar de un auto, no quiero hablar con él en este momento.

—¡Señorita, por favor ayúdame! Ese hombre que viene ahí, no quiero que me encuentre, le pagaré lo que me pida, pero si me busca por mi nombre completo no le diga que estoy aquí.

—No se preocupe, puede estar tranquila, no le daré ninguna información —me dice la mujer.

Le agradezco a la mujer, y me escondo por un momento. Veo a Sebastián entrar.

—Buenos días, disculpe, pero estoy buscando a mi novia, ella es una mujer hermosa y sé que este es el único hotel, además del mío que existe en toda la playa, necesito hablar con ella.

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora