XXXII.

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Maratón 7/7

—Evelyn, ahora ¿qué es lo que pasa? —pregunto.

—Amiga, lo siento tanto era una falsa alarma, la mujer se llama Ágata y es una compañera de la universidad ya me
acordé de ella, estudio con Sebastián y conmigo, ella estaborracha por eso dijo el nombre de Sebastián. Ella estaba
enamorada de él en la universidad pero, Sebastián nunca le hizo caso.

—Está bien, Evelyn, nunca dudé de Sebastián confío plenamente en él.

—Claro, haré como si te creo amiga, nos vemos mañana, yo sigo en el antro disfrutando.

—Nos vemos mañana, y no bebas tanto

—Le digo antes de colgar. Me alegra no haber armado un escándalo antes, tal vez Sebastián si cambio.

Ahora que lo pienso ¡Sebastián, escucho la voz de Evelyn! Creo que no la reconoció o estaría haciendo preguntas en este momento.

—¿De dónde es que conoces a Evelyn? —me pregunta.

—Es mi psicóloga, le platiqué de ti y me dijo que te conoce desde la universidad pero, ella te quiere mucho, y nunca me ha hablado mal de ti, todo lo contrario, ella te quiere mucho. Lo único que espero ahora, es que no pregunte por qué voy con la psicóloga.

—¿Por qué recibes terapia con Evelyn? —me pregunta— Lo siento no quise incomodarte, solo pregunto por qué me
preocupas.

—Sufro de anhedonia, y si te preguntas ¿qué es eso? es un bloqueo emocional.

—¿Por qué te pasa eso? —Me pregunta Sebastián, mientras me toma de las manos.

—Desde que tenía 18 años, me sentía muy mal por que mamá, siempre ha preferido a Larissa antes que a mí, y después de eso escuché que mi papá no es mi padre biológico, y eso causo que no pudiera confiar en nadie además, de tratar de no querer a nadie y perder las emociones. Por eso siempre traté
de no pensar en nada y siempre estudiar para ocultar todo lo que sentía.

—No te preocupes, Amalia, siempre estaré para ti en todo momento, aunque te enojes o después me odies, siempre
encontraré la manera de saber de ti y estar a tu lado.

—Gracias, pero solo te necesito a ti, por eso me siento feliz de estar a tu lado, y tienes razón a veces te odio —Le digo mientras tomo su rostro entre mis manos, y lo acerco para darle un beso.

—Ahora, ¿qué es lo que haremos? Nunca he tenido novia, y no
sé que se hace.

—No te preocupes por eso, yo tampoco se nada de tener novio
pero, haremos de todo juntos —Le digo.

—Tengo mucha hambre, pediré la comida.

—Puedes pedir, helado y pizza —Le digo con cara inocente.

—Amalia, nunca he comido eso de noche es muy poco saludable, además es para cenar.

—La pizza es como tú —Le digo y Sebastián se sorprende.

—¿Por qué la pizza es como yo?

—No tiene hora para comerla, se puede comer en la mañana, en el almuerzo, en la noche no existe hora para disfrutar.

—Ahora se lo que tú sentías, cuando yo no te dejaba tranquila.

—Y eso te molesta —Le digo mientras me siento en sus piernas.

—Claro que no pero, déjame reponer fuerzas, y más tarde podría volver a castigarte. Lo observo a los ojos, amo ver sus ojos son tan profundos, mientras depósito un tierno beso en sus labios.

Entonces voy a pedir la pizza, me dice Sebastián, mientras me levanta y me deja sobre la cama. Sé que es un poco tarde pero, hay muchos lugares de comida rápida que trabajan y hacen entregas las 24 horas.

—También quiero soda, y panecillos con queso —le digo, Sebastián me sonríe y asiente con la cabeza.

Después de colgar, Sebastián me observa y me toma en sus brazos, y me lleva hasta su sala, solo tengo puesta una bata de él, y no llevo ropa interior, estoy completamente desnuda.

Me deja sobre el sofá grande y cómodo que él tiene en su sala, y enfrente tiene una enorme pantalla.

—¿Quieres ver una película? —Me pregunta.

—Sí, quiero ver una película pero, no sé cuál solo veamos algo,
para distraer mi mente.

—¿Por qué quieres distraer tu mente?

—Tengo todo eso solo para mí, y quiero tenerlo dentro todo el
tiempo —le digo señalando su cuerpo.
Sebastián solo tiene una toalla, puedo ver sus brazos musculosos y su abdomen marcado.

—Amalia, ¿en qué momento te convertiste en una pervertida?

—Desde que tú, sacaste la mejor parte de mí, antes me sentía mal, hasta por decir una mala palabra, y me molestaban las
personas que las decían, ahora cuando tú las dices me excita.

Sebastián me observa muy sorprendido, sé que lo deje sin palabras pero, desde hoy quiero decir lo que pienso sin ningún remordimiento.

—Entonces, te gusta que te hable sucio y descarado —me dice
mientras camina hacia mí, con una mirada que mata en un
segundo.

—Acuéstate, quiero hablar un momento contigo —Me ordena. Yo obedezco, mi corazón palpita como la primera vez que lo vi, en la oficina de su empresa.

Me acuesto sobre el gran sofá, abro mis piernas y él se coloca
entre ellas.

—Mira lo que provocaste en mí, en tan solo en unos segundos —me dice al oído con voz ronca.

Siento escalofríos, que recorren por completo todo mi cuerpo.

**Listo chicos es todo por el día de hoy, nos vemos el lunes con dos capítulos más 😉🔥😏 que tengan lindo fin de semana**

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora