XVII.

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—Entonces ya no te debo nada —le digo mientras me separo
de él, y salgo de el auto y me siento en el asiento del copiloto.
Me siento realmente, molesta y a la vez tranquila y
preocupada, esto que siento nunca lo había sentido por
nadie.

Tengo mucho miedo, no quiero tener emociones por nadie, y
mucho menos por este pollo frito.
Durante el camino, ninguno de los dos dice nada, ninguna
palabra, pero el quizá se sienta extraño igual a mi, pero
después mi razonamiento me dice que no, el solo me quiere
para una vez de sexo, nunca quisiera una relación seria.
«Relación seria, que estoy pensando, no me puedo enamorar
de pollo frito, donde están los bloqueos emocionales, cuando
los necesito».

Voy en el auto con Sebastián, y ninguno de los dos dice
ninguna palabra, esto es realmente extraño, me siento
realmente diferente, mi corazón late muy fuerte, sé que
Sebastián toma el camino para ir a la empresa pero yo ya no
quiero ir a trabajar con él, no puedo tenerlo cerca en este
momento.

Ahora ya no confío ni en mi misma, volteo a ver al pollo frito, y
él está realmente guapo hasta de perfil esta para comerlo.
«Ya Amalia, tranquila, solo es Sebastián un mujeriego que solo
quiere una noche de sexo para después botarte como
basura».

Pero realmente lo deseo, quisiera hacerlo con él ahora.

—Gracias Amalia sabía que podías aceptar —me dice
Sebastián— muy emocionado. Vamos a mi apartamento.
«No puedo creer que otra vez hable en voz alta»
—Solo lo pensé Sebastián, pero ya te dije, nunca estaría con
alguien como tú.
—Otra vez vamos a lo mismo: Amalia, solo dame una noche, y
te dejo en paz por el resto de tu vida.
—Yo soy ahora la que tiene miedo Sebastián.
—Miedo de que Amalia, puedo hacer lo que sea, si te da miedo
que no esté sano me hago exámenes y seré muy cuidadoso
contigo, pero solo di que sí.
Se ve tan hermoso mientras me habla, Sebastián es tan
hermoso, tengo que alejarme de él, o la que terminara
rogando por el soy yo.
—No puedo Sebastián, no insistas mi respuesta siempre será
un no.

—Está bien Amalia, entonces la guerra inicia otra vez.
—Claro que no, tu pelea solo.
—Seré tu peor pesadilla, Amalia prepárate y no es una broma,
serás tú la que suplique por tenerme en la cama.
—Claro que todos tenemos un sueño, y algunos lo persiguen,
pero pocos lo logran Sebastián, y ya me tienes harta puedes
hacer lo que quieras.
—Entonces Amalia te perseguiré como una sombra hasta que
me digas que sí.

—Como tu quieras Sebastián, ese es tu problema si quieres
comportarte así.
Vamos llegando a la empresa, y Sebastián estaciona el auto, y
yo salgo muy rápido casi corriendo y viene un taxi, le hago una
seña con la mano y el taxi se detiene, y subo inmediatamente,
ese pobre pollo frito piensa que seguiré trabajando con el pero
yo quiero hablar con Evelin.
Necesito los consejos y las terapias que Evelin me da, tengo
que ir en este momento al consultorio de Evelin.
Llegó al consultorio de Evelin, y no le pregunto a su secretaria
solo entre de una vez, y Evelin está escribiendo una receta
para un paciente, y el paciente me mira muy asustado y
sorprendido.
—Lo siento señor —Es lo único que se me ocurre decir.
—No se preocupe señorita, por su cara usted necesita más
terapia que yo —dice el señor mientras toma la receta que le
dio Evelin y se va.
Ese es un señor muy malo, pero al menos ya se fue.
—Hola Amalia, dime ahora que fue lo que te dijo Sebastián.
—¿Cómo sabes que se trata de él?
—Desde que apareció Sebastián en tu vida solo hablamos de
él: Amalia.

—Es verdad, lo siento Evelin.
—Es broma, amiga, siéntate, pero antes déjame ir por algo.
—Esta bien amiga —Le digo mientras me siento en el sofá que
Evelin tiene en su consultorio.

Veo a Evelin salir con una soda y palomitas en sus manos.
—Evelin: ¿Qué haces?
—Lo siento amiga, pero te repito que tu vida es mejor que
cualquier libro y cualquier película.
—Esto no es una broma: Evelin realmente me siento mal, no
saques provecho de el dolor ajeno.
—No es eso amiga, pero si sacaran un libro de tu vida sería
“Sexo de una noche” y los protagonistas, Sebastián Ramsés y
la hermosa Amalia Ramos.

—No te burles Evelin de verdad, necesito decirte esto que
siento.

—Claro amiga lo siento, dime ahora que te hizo Sebastián.
—Mas bien, que le hice yo a él —digo sintiéndome un poco
incómoda.

—¡¿Que ya tuviste sexo con Sebastián Amalia?! —Me pregunta
Evelin muy asombrada.
—No Evelin solo fue sexo oral en el auto.

—Me dejas impactada Amalia, ahora eres una chica mala.
—¿Y como pasó, Amalia?
—Esta mañana me enteré que papá lo dejó a cargo de su
empresa, yo no lo sabía, pensé que papá dejaría a otra
persona de encargada, y ahora él será mi jefe por tres días.
—Es el destino Amalia pero dime que pasó después.

—Me invitó a comer y acepté, pero cuando llegamos al
restaurante tres mujeres se acercaron y él las dejó sentarse
con nosotros, y ellas estaban que casi tenían una orgía con él
sobre la mesa y para colmo también con la mesera que es una
resbalosa, estaba sola mientras él platicaba con ellas y
apareció un tal Ulises.
—¡Dijiste Ulises Amalia! —Me dice Evelin muy exaltada.
—Si, Ulises tú lo conoces.
—Si Amalia es el enemigo de Sebastián desde la universidad,
se odian hasta más no poder.
—Pues Ulises se acercó a nuestra mesa, y me invitó a ir con él
a su mesa, yo dije que sí, ya que Sebastián estaba muy
ocupado con las cualquieras esas, y cuando estoy con Ulises,
Sebastián se comienza a besar con una de las tres chicas, me
sentí tan enojada que le dije a Ulises que fuéramos a otro
lado, y pasamos frente a Sebastián y cuando salimos, Ulises
me besó cerca de su auto, y yo le seguí el beso, no me
disgustó y llegó Sebastián y le partió la boca.
Evelin está con la boca abierta por todo lo que le dije.
—Evelin reacciona.

—Lo siento amiga, me quedé en shock un momento y solo te
diré una oración completa que los describe a los dos.
—¿De qué estás hablando Evelin?
Evelin forma un corazón con sus manos.

—Amalia tienes que admitir de una vez que estás enamorada
de Sebastián.

—¡Claro que no, Evelin!

—Amalia: tu ya no tienes nada, ya estás curada, soy una buena
psicóloga y tu ya tienes emociones, los bloqueos emocionales
se han ido.

—Yo no puedo amar a nadie Evelin, menos a un mujeriego
pervertido, como el pollo frito.
—Yo solo me sentaré a esperar como todo fluye amiga, hasta
que también Sebastián acepte que está enamorado de ti.
—Él solo quiere sexo Evelin, yo quiero tener mi primera vez
con alguien que me respete.
—Está bien Amalia, ya no te diré nada —me dice Evelin muy
emocionada.

Esto no puede ser verdad, yo no amo al pollo frito, sólo es
deseo físico por que es guapo, sólo es eso y nada más.
—Vamos mejor a mi casa amiga —me dice Evelin
levantándose de su silla.

—¿A dónde Evelin?
—A mi casa Amalia tenemos que ir a relajarnos, comer y ver
una película.
—Solo dejarás tu trabajo, son las once de la mañana.
—No importa Amalia, esta mañana iremos a mi casa a comer
y a chismear, eso es mucho más importante amiga —me dice
Evelin mientras caminamos a la salida de su consultorio.

—Está bien, amiga, vamos —Le digo mientras camino junto a
ella.

Evelin está un poco loca, pero ella ha demostrado ser mi
mejor amiga y siempre me apoya mucho, la quiero como una
hermana.

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora