XLVII.

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**HOLA CHIC@S, SORRY POR NO PUBLICAR AYER, EN SERIO ME SENTÍA MUY MAL POR LOS EFECTOS DE LA VACUNA, ¿ALGUNO DE USTEDES YA SE LA PUSO Y TUVO ESTOS EFECTOS SECUNDARIOS?

SIN MÁS QUE AGREGAR, CONTINUAMOS CON LOS CAPÍTULOS**

Tengo mi segundo orgasmo, siento que mi rostro está realmente rojo, mis labios están secos por tanto gemir, pero puedo notar la enorme erección de Sebastián, él también tiene que disfrutar.

Sebastián se levanta y nos unimos en un beso apasionado.
Ahora Sebastián está sentado en el sofá. Me arrodillo en el piso, después desabrocho su pantalón.

Bajo su pantalón junto con su bóxer, paso mi lengua sobre su glande, antes de hundir su miembro en mi boca.

Sebastián me sujeta de la cabeza, mientras introduzco lentamente su pene en mi boca. Él se acomoda sobre el sofá, me gusta escuchar su respiración agitada, continuo succionando su miembro, mientras me ayudo de mi mano.

Sebastián me sujeta del cabello, sé que esta a punto de acabar. Por un momento pensé que iba a terminar en mi boca,
pero él me levanta y me deja sobre el sofá. Después se coloca sobre mí.

—¿Sabes lo que más me gusta? —. Me Pregunta mientras levanta mi vestido, y entra en mí sin piedad.

—¿Qué es lo que más te gusta? —. Le pregunto.

—Lo que más me gusta, es acabar dentro de ti.

Sebastián me embiste más fuerte, siento que voy a correrme y también Sebastián. Después de unos minutos, él suelta un
gruñido y besa mis labios de una forma apasionada. Siento su semen caliente, que el parecer es mucho.

—Amalia, no sabes cuánto te amo —me dice mientras acaricia mi rostro.

—Yo también te amo, eres la persona más importante para mí, y también Evelyn.

Sebastián se acomoda detrás de mí, me siento realmente agotada, mis párpados pesan, pero no me puedo dormir en
este momento, no quiero ir tardé a la playa, tenemos que pasar por mamá y por Evelyn.

Me muevo un poco para ver a Sebastián, pero él está dormido.

—¡Sebastián! No puedes dormir en este momento, tenemos que ir por mamá, Mario y Evelyn.

Sebastián no se mueve, él está profundamente dormido, él se ve realmente hermoso, realmente parece un dios griego, lo observo por un momento, después acaricio su rostro y beso su frente.

Aún no puedo olvidar lo que me dijo esta mañana. Él me dijo que se quería casar conmigo, sé que Sebastián antes era un
mujeriego, pero ahora es el hombre que amo, y confío plenamente en él. Intento despertar a Sebastián pero no puedo.

Salgo de su agarré y me levanto del sofá, veo la hora, y estoy realmente sorprendida, son las dos de la tarde, solo falta una hora. Evelyn nos estará esperando y Sebastián está realmente
dormido.

Volteo a ver a Sebastián una última vez, sé que él solo está haciendo esto por mí, él no tiene deseos de salir de casa, yo no puedo obligarlo, puedo esperar a que él se sienta cómodo de hacer las paces con Mario, y también soportar a mi madre.

Tomo el celular de Sebastián y le envío un mensaje a Mario, diciéndole que se cancela el viaje, después tomo mi celular, también le envió un mensaje a mamá, yo tampoco quiero salir este día.

Solo quiero estar a solas con mi novio, por un momento casi olvido a Evelyn. A ella le llamo, quiero invitarla a casa, no
quiero que ella esté sola, estaba tan emocionada.

—¡Hola, Amalia! Ya tengo todo listo, en este momento vienen por mí.
Me siento realmente mal, pero es mejor si hablo con ella en persona.

—Si, en este momento vamos por ti, espéranos en tu casa.

—Está bien, aquí los espero —. Me dice antes de colgar la llamada.

Sebastián está desnudo, lo cubro con una sábana. Me visto y tomo las llaves del auto de Sebastián, bajo por el elevador hasta llegar al parking.

Subo al auto, voy por Evelyn, no quiero que ella esté sola, ella es como la hermana mayor que hubiera querido tener. Cuando esté en su casa hablaré con ella.

Mi celular está en el asiento de copiloto, lo dejé ahí por si Sebastián me llama, no quiero que él se despierte y se preocupe, pero por la forma profunda en la que estaba dormido, no creo que despierte en este momento.

Llego a casa de Evelyn, ella me abre la puerta muy emocionada, solo espero que no se moleste cuando le diga que ya no haremos el viaje.

Ella sale a mi encuentro, bajo del auto y ella me observa sorprendida.

—¿Dónde está Sebastián? —. Me pregunta muy sorprendida.

—Sube al auto, quiero hablar contigo, puedes traer tus cosas —le digo.

Evelyn me observa confundida, pero regresa a su casa, cierra la puerta y trae sus cosas, deja sus cosas en el asiento
trasero del auto, y después se sienta a mi lado.

Enciendo el auto.
—Antes que todo, quiero pedirte una disculpa, el viaje a la playa se cancela, pero podemos hacerlo mañana domingo, salimos temprano del apartamento de Sebastián, y podemos pasar el día los tres juntos, no quiero exponerte a ti, tampoco a Sebastián, sé que a ti no te agrada mamá ni tampoco Larissa.

—Gracias, Amalia, no quería ir con ellas, pero no te dije nada por qué tú querías ir con las perras, perdón con tu mamá y tu amiga.

—No pienses en eso, además tú eres como mi madre, mi mejor amiga, además mi hermana mayor —. Le digo mientras tomo su mano.

—Amalia, es realmente hermoso lo que dijiste, pero mejor solo dime hermana, pero mayor no me digas.

—Está bien, nunca más usaré la palabra mayor.

—Ahora dime, ¿dónde está Sebastián?

—Está dormido en casa, creo que está cansado, por eso vine por ti, quiero que pases la noche con nosotros, mañana
podemos ir temprano a la playa y pasamos el día juntos.

—Claro, podemos ir mañana, ¿tienes hambre?— me pregunta.

—Si, mucha hambre, ¿podemos comprar comida chatarra? tengo mucha hambre —. Le digo y ella asiente.

—¿Qué es lo que quieres comer? —. Le pregunto.

—Quiero, palomitas de maíz y mucho helado, también quiero pizza, ¿podemos comprar todo eso? —me dice muy
emocionada.

—Claro que podemos, te compraré todo lo que pidas.

—Entonces, me puedes comprar un hombre, de preferencia que sea de ojos Azules —. Me dice Evelyn mientras ríe.

—Te puedo presentar a Mario, es el sobrino de Sebastián —le digo.

—Amalia, yo conozco a Mario, solo es un chiquillo que no sabe nada, él tiene tu misma edad.

—¿Qué tiene de malo? Eres una mujer hermosa, de buen cuerpo, además tienes 30 años, pero pareces como si tuvieras
25, ¿qué es lo que te preocupa? —. Le digo.

—Amalia, no soy tonta, sé perfectamente lo que intentas hacer, quieres que yo esté cerca de Mario, para que él no
interfiera en su relación, ¿verdad?

—No, ¿cómo puedes pensar eso? Solo quiero que tú también tengas a alguien en tu vida, no importa la edad, solo me
importa que tú no estés sola.

—No te preocupes, no me importa estar sola, pare eso tengo a Víctor —me dice mientras ríe.

No entiendo esto, quizá ella está saliendo con alguien, pero me dijo que esta soltera.

—Amalia, sé que estás sorprendida, no estoy saliendo con nadie, Víctor es mi vibrador, no te preocupes por mí, prefiero la soltería.

—Está bien, solo quiero que estés feliz, y que siempre estés a mi lado —. Le digo y ella me toma de la mano.

—¡Mira, Amalia! Podemos comprar ahí

—. Me dice Evelyn, señalando la pizzería.

—Está bien, regreso en un momento, ¿de cuál quieres?

—No importa, pizza es pizza, solo asegúrate de comprar mucha, tengo mucha hambre —me dice Evelyn.
Bajo del auto para comprar la pizza.

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora