X.

2.4K 110 5
                                    

2/3 Disfrútenlo 😏😏😏


Sebastián Ramsés.

Ayer por la noche, escuché a Raúl decir que Amalia se fue, y me sentí mal, yo no quiero acosarla, solo quiero una noche de sexo con ella, pero ella no quiere, yo solo quiero conquistar e incluso siento que podría tener mucho sexo con ella, y pasar muchos buenos momentos juntos, pero ella no quiere, pero al menos puedo tenerla cerca, hoy empieza a trabajar en mi empresa, y podré verla, amo la manera en la que me mira con mucha ira en sus ojos.

Comienzo a trabajar, estoy en la oficina, son las 6 de la mañana, y tengo mucho por hacer, pero quiero terminar
temprano, para cuando mi Amalia llegue, ella debe estar en la universidad en este momento.

Escucho que tocan a mi puerta.

Pase.

—Jefe: aquí están los papeles de la señorita Amalia Ramos.

—Gracias Agustín, pero puedes dárselos a Jocelyn y dile que ella se los de a Amalia, cuando ella venga más tarde, y los firme.

—Está bien Jefe.

—Gracias Agustín.

Estoy ansioso por verla, quiero que camine como lo hace por mi oficina, con ese culo redondo y firme que podría agarrar con mis dos manos.

¡Maldición! Tengo otra erección, solo de pensar en ella.

Horas después....

Ya son las 12 del medio día, y estoy ansioso Amalia vendrá
pronto, solo falta una hora y yo también ya casi termino todos
mis pendientes, asi puede invitarla a almorzar, talvez ella
acepte con eso que me odia.

Mi puerta se abre, y estoy de lo más feliz, es Amalia.
—Hola guapo, estoy caliente y te ves estresado.

—Alguna vez he tenido sexo contigo Rebecca.

Rebecca es la de contaduría, ella es un bombón pero, nada en
comparación con mi Amalia, pero no he tenido sexo en una
semana, siento que podría explotar en cualquier momento.

—No guapo, conmigo no fue con Anna mi compañera.

—Entonces lo podemos hacer ahora, pero te advierto, solo una
vez, yo no repito sexo con ninguna mujer.

—Ni yo tampoco, guapo, asi que podemos pasar un muy buen momento ahora.

Rebecca se acerca a mi, y me quita la corbata, mientras se sienta en mis piernas, esta mujer es ardiente, sé que su pelo rojo no es natural, pero le queda perfecto, pero ella esta bronceada. Prefiero la piel blanca y natural de mi Amalia.

Después de unos calientes y apasionantes besos, no logro tener una erección, mi mayor miedo se hace realidad, Rebecca quiere hacerme un oral pero no puede por que no tengo una
erección.

¡Maldición! Esto no puede ser.
Rebecca me mira súper molesta, ella ya estaba tan mojada y excitada por mi, ella se aparta de mi, y me grita muy molesta.

—Pensé que eras hombre, todas en la oficina dicen que eres un patán, y el mejor en la cama, y no puedes ni tener una erección —¡JAJAJAJA! —Mejor me voy, no quiero perder mi tiempo.

Lo peor de todo es que viene entrando Amalia y ella por supuesto que escucho todo, o tal vez no.

Pero me doy cuenta que si escucho.
—¡JAJAJAJA!—, al pollo no se le para la polla —.Dice ella burlándose de mi, pero con solo ver sus labios, tengo una
enorme erección.

—Pero tú si mira, con solo verte, Amalia me tienes así —le digo, mientras me bajó los pantalones y el bóxer y le enseñó
mi erección mientras me tocó viéndola a los ojos.

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora