24. ¿Qué hubiera pasado?

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[Volkabo angst]

La última fiesta a la que asistiría antes de irse a la universidad era también su última oportunidad para confesar los sentimientos que llevaba guardando bajo llave desde que escucho la sutil risa del, en ese entonces, recién llegado Viktor Volkov.

Estaba decidido a lograrlo, había hablado y convencido a algunos de sus amigos para que le ayudarán a que las probabilidades de que todo saliera mal fueran mínimas, y tenía un no muy largo discurso preparado para evitar que su lengua se enredara a mitad de su primera conversación, lo cual era su primer arrepentimiento.

Tanto tiempo tomando los mismos cursos y jamás se le acerco por vergüenza, siendo tan sólo un espectador con el que más de una vez había cruzado miradas pero del que no conocía ni el nombre, aunque no necesito hablarle para conocer detalles que aumentaron el número de mariposas que revoloteaban en su estómago al verle.

Las primeras extendieron sus alas apenas escuchar su suave voz, siempre neutra y distante, y las segundas empezaron a volar al notar la tranquilidad que transmitía cada uno de sus movimientos pese al tipo de situación. Se volvió adictivo mirarlo, tanto que adoptó sus manías como morder sus uñas cuando no comprendía lo que el profesor estaba explicando y cruzarse de brazos al estar de pie con su grupo de amigos, y por ello nunca busco nada más.

Estaba conforme con tenerlo a un asiento de distancia en clases, a verle en una mesa distinta a la suya a la hora del almuerzo, y también a quererlo aún sin haber cruzado palabra. Realmente no deseaba nada más, pero pronto el tiempo se le vino encima y la idea de perderlo de vista fue tan amarga que no dudo en aceptar la invitación de su amiga Julia para ir a aquella fiesta.

—¿Qué tal me veo? — preguntó nervioso al salir del probador con un conjunto que hizo a sus amigos hacer muecas.

—Como una puta mierda, la verdad — dijo Jack antes de recibir un codazo por parte de Horacio, quien rápidamente se giró para mostrarle una sonrisa.

—No le hagas caso, te ves bien — Le aseguró, aunque no sabía si creerle porque, aún con el buen gusto que tenía Horacio, prefería mentirle a decirle la realidad. Por eso mismo estaba Jack con ellos.

Ignoro a ambos y fue al espejo que estaba junto al probador, dando media vuelta para ver mejor el traje azul que llevaba y luego retomando su posición de frente para ver la camisa roja y la corbata sin hacer. A sus ojos no tenía nada de malo, pero esa noche no quería arriesgarse así que comenzo a quitarse el saco.

—¿Qué haces? — Deseó saber el de cresta con inquisitividad, poniéndose de pie con rapidez.

—Cambiándome, ¿que no ves? — respondió con molestia antes de entregarle el saco y remover la cortina blanca del probador.

—No tienes que hacerlo — aclaró el menor con un deje de tristeza. Un vano intento por hacer que cambiara de opinión—. Te ves bien, bebé, no le hagas caso al viejo — Señaló a Conway con el índice, ganándose un chasqueo de lengua como respuesta.

No iba a permitir que se quitará el traje que había capturado su atención apenas entrar si no le daba una explicación, así que tuvo que tomar su hombro para darle un suave apretón antes de murmurar

—Mira, yo se que me veo de puta madre, pero esta noche no quiero cagarla así que elige algo para mi y pasamelo que se hace tarde — finalizó antes de darse la vuelta para entrar de nuevo al probador y correr la cortina a la espera de lo que fuera a escoger su hermano.

Horacio tardo un par de minutos en pasarle algo pero vaya que le había gustado el resultado. Un traje negro con corbata del mismo color y una camisa guinda. Tan sólo esperaba que el conjunto le gustará tanto a Volkov como a él.

|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora