38. Prueba de amor

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[Incorrect Volkabo/Jackacio]

—Apuesto a que no te atrapa — Le dijo Horacio con aire retador luego de que ambos discutieran sobre lo que probablemente haría el ruso si corría directo hacía él cuando este tuviera algo entre las manos, con la única y mera intención de que le atrapase.

Dudo por un largo rato, observando en un dubitativo silencio desde su mesa como Volkov terminaba de prepararse su café de la tarde y le daba vueltas a una pequeña cuchara dentro del líquido de amargo sabor, el cual aún liberaba pequeñas nubes de lo caliente que debía estar. Conway estaba a su lado, charlando con él de quien sabe que cosa, y gracias a eso se dio valor. Si Volkov no le atrapaba, le devolvería el reto a Horacio.

—Acepto la apuesta — Se levantó de su silla, provocando un molesto chirrido al que agradecía nadie le hubiera prestado atención, y tomó aire antes de empezar a avanzar con pasos agigantados— ¡Volkov! — gritó cuando estuvo cerca de los escalones que marcaban el final de comedor y agradecía que hubiera dirigido su atención a él luego de escuchar su suplicante llamado, aunque no el hecho de que se corriera hacía un lado para evitar que le golpeara.

Todo paso en segundos, ni siquiera había dudado entre si tomarlo o no cuando lo vio saltar, sólo estiró uno de sus pies a un lado y con ello evitó el golpe, uno que terminó por recibir de lleno luego de caer contra el suelo.

—¿Qué cree que hace? — cuestionó el peligris con un mohín luego de verle sentarse, ganándose una mirada molesta por parte suya.

—Nada, sólo quería ver que tan limpio estaba el suelo — informó con sarcasmo mientras pasaba su derecha por encima de su nariz con fuerza, tratando de aliviar el dolor que casi le roba una lágrima. Volkov se acercó a él, dejando de agitar el café para mover su mano libre mecánicamente a su alrededor. No sabía que hacer.

—¡Conway! — Escucharon ambos, aunque sólo uno supo lo que estaba por ocurrir y maldijo internamente por ello.

—¡¿Qué haces, anormal?! — exclamó enfadado el de traje luego de atrapar a Horacio entre sus brazos, tomando con firmeza las piernas que rodeaban su cintura y escuchando su animada risa, quien parecía verdaderamente feliz por un motivo desconocido.

Gustabo torció los labios, aceptando de mala gana la ayuda de su pareja para levantarse, y se acercó a la mesa más cercana a ellos para tomar una servilleta y así tapar las fosas de su ahora chorreante nariz. A ver si con eso le quedaba claro que no podía aceptar retos de pareja sin avisarle a Volkov antes.

|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora