|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ ||

20. Adrenalina

[Yunando soft/nsfw]

Se encontraban en pleno atraco cuando la policía apareció al final de la calle y pudo sentir su corazón salirse en cuanto Conway hizo su gran entrada junto con esos dos alumnos que no le daban buena espina, y sería demasiado fácil decir que había sido por la superioridad que imponía en cada lugar que pisaba, pero no le tenía ningún temor, mucho menos cuando una distancia de más de siete metros los separaba y le tenía justo en la mira, no, lo que él sentía en cada milímetro de su tenso cuerpo sólo era la más mortificante de las preocupaciones.

Desde aquel edificio podía verlo todo y lo hacía, porque sabía lo que un desliz podía cambiar. Un exceso de confianza ahora, sólo por tener todas las piezas a su favor, podría arriesgar la vida de dos de sus compañeros, aunque poco sentido tenía engañarse llegados a este punto. Por quien realmente se encontraba ahí era por ese asiático hiperactivo que confiaba tanto en él que ahora se divertía molestando al mismísimo superintendente.

Bufó e hizo incontables muecas ante las tonterías que escuchaba por el pinganillo. ¿Qué se creía, qué conseguiría darle un tiro al viejo antes de que él le metiera dos por arrogante?

—Termina con eso de una vez, Yun — Le ordenó con severidad, odiando haberse dejado convencer para hacer algo así en plena mañana.

—Tlanquilo chulo, que lo' tengo en la palma de mi mano — Su respuesta le hizo rodar los ojos y es que Conway debía pensar lo mismo.

—Sólo termina ya, que tengo cosas que hacer — mintió, escuchando un "vale" del otro que finalizo la conversación, y dio por iniciada la verdadera negociación.

Tenían tres rehenes, cerca de ochocientos en los bolsillos y un auto aparcado cerca del badulaque. Aún no le pinchaban las llantas así que sólo necesitaban tiempo y la mitad del botín para que Yun se sintiera satisfecho.

Ingenuo de él por creer que ese amante de la adrenalina no iba a desenfundar su arma. Tuvo que ser rápido y sumamente preciso con cada disparo al escuchar la cuenta regresiva, consiguiendo que al menos tres cayeran al suelo en segundos, exceptuando al que realmente le interesaba. Yun ignoro eso, saliendo con arma en mano a terminar con los que seguían de pie como si Conway no estuviera escondido en un punto donde ni él ni sus compañeros podían verlo.

—Acelera el paso, Yun — pidió con un atisbo de exasperación, viendo como Tonet era el primero en salir, y tuvo que ignorar la culpa que sintio cuando el alivio de verlo a él exponerse primero relajo sus músculos.

—¡Boss, que nos han pinchado las ruedas! — La voz nerviosa de Tonet le golpeo con crueldad, estrujando su corazón con la clara intención de matarlo.

¿En qué momento? Fruncio el ceño bajo el pasamontañas, apretando el arma entre sus manos con frustración. Algún tonto se le había escapado.

—Pillen un patrulla, rápido — sugirió sin dejar espacio a reproches, dedicándose a buscar con la mira al superintendente en cuanto los vio subirse al patrulla—. Pero... ¡¿pero qué cojones hacen?! — preguntó al ver dos patrullas moverse en direcciones contrarias.

—Voy pol ti, abuelo.

Que facilidad tenía Yun para hacerle correr escaleras abajo con suma rapidez, dando intermitentes trompicones que sin duda lo habrían llevado al suelo de no ser por el agarre que mantenía sobre la barandilla. Seis niveles y tan pronto abrio las puertas del edificio vio el patrulla pararse justo en la acera.

—Hola —Le saludó el pelirrojo tras el volante y no tuvo ni un segundo para reprocharle por haberse quitado la máscara antes de que las escandalosas sirenas opacaran cualquier otro sonido a su alrededor.