|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ ||

22. Errores

[Incorrect Volkabo]

Todos en comisaría estaban enterados del desagrado mutuo que se tenían el comisario y uno de los nuevos, por lo que fue una gran sorpresa para la mayoría e incluso para ellos mismos cuando en medio de un tiroteo el mayor corrió hasta el contrario para empujarlo lejos de la mira de un tirador que nadie había visto.

En principio Gustabo creyó que aquello no era más que una mal disimulada provocación, pero antes de poder regresarle el empujón con mucha más de fuerza, los intermitentes impactos de bala contra los ventanales de la licorería tras ellos le mandaron callar.

No hubo ningún agradecimiento antes de que sus cuerpos dejaran de estar peligrosamente juntos ni después de que los disparos dejaran de resonar por cada callejón cercano, pero iba a haberlo. Gustabo fue llevado en rastras por Horacio hasta donde se encontraba el ruso antes de que este dejará el lugar para luego irse corriendo devuelta a su patrulla, dejándole en medio de la calle tras un hombre que era ignorante de su presencia.

Le dio una última mirada molesta a Horacio y este hizo un ademán con sus manos para incitarle a hablar. Soltó un suspiro y paso su derecha por encima de su rostro antes de volver a girarse. Carraspeo, buscando atraer la atención de Volkov, y no le quedo de otra más que toser con cierta exageración al notar que no le había escuchado e ignoró todas las demás miradas que acababa de atraer, centrándose en la única que le interesaba.

Aquellos zafiros le inspeccionaron de pies a cabeza sin disimulo alguno y le habría encantado saber lo que estaba pensando el ruso mientras le revisaba con tanta minuciosidad, pero los resultados de sus anteriores intentos por tener una platica tranquila con él le impedían pronunciar palabra alguna.

—¿Se le ofrece algo? — Voz neutral, postura recta y sin expresión alguna en el rostro, justo como siempre.

—Yo sólo venía a...— Volvió a aclarar su garganta mientras masajeaba inquietamente su nuca y desviaba su mirar a ningún punto en concreto— Ya sabe, a agradecerle por salvarme hace un rato — Uno, dos, tres y los segundos comenzaron a generarle una exasperación tan insoportable que se forzó a verle de nuevo.

Volkov seguía en la misma postura, aunque luego de acomodar sus gafas posó ambas manos sobre su cintura en completo silencio. Si estaba buscando molestarlo, que estaba más que seguro que eso hacía, lo estaba logrando.

—Si, bueno...— Comenzó a hablar con lentitud, liberando un largo suspiro a la par que dejaba caer tristemente sus hombros antes de agregar— todos cometemos errores.