|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ ||

39. Probada

[Yunando +18]

La punta de su lengua húmeda recorriendo la dura longitud del contrario para robarle roncos suspiros, sus dedos clavados contra sus firmes glúteos, evitando que se apartara cada que escuchaba el más mínimo ruido afuera, y las gotas que manchaban la alfombra de su despacho eran el producto de sus provocaciones sinceras.

Volvio a centrarse en la punta una vez la ingle le impidió avanzar más allá y detalló cada ardiente curva del glande con minuciosidad, satisfecho al sentir aquellas falanges que solían rodear su cuello cada que lo hacían enredarse en su cresta caída con agresividad.

Fue forzado a alzar la vista por primera vez desde que le bajo torpemente los pantalones y vaya que se arrepintió de no hacerlo hecho mucho antes, pues Armando se encontraba cubierto por una fina y brillante capa de sudor que realzaba las ligeramente marcadas líneas de su abdomen trabajado, viéndole con aquellos orbes apagados que hicieron a su miembro palpitar dentro de su pantalón.

"¿Quieres... hacerlo de una buena vez?" Reprochó entre respiraciones irregulares, mordiendo su labio interior con la obscenidad suficiente para hacerlo asentir de inmediato, tragando la saliva que acababa de acumularse en su boca antes de volver a centrarse en su parte baja.

"Como oldenes"

Abrió grande su boca y deslizó una de sus manos hasta su vientre bajo y la otra termino rodeando el grosor del moreno con los dedos, guiando la punta hasta su boca para introducir lentamente su miembro duro y venoso a su cavidad bucal, conteniendo las arcadas hasta que su nariz marco el límite. Sus ojos ardieron y tuvo que retroceder al instante, pero los gemidos que le había robado al mayor en el proceso hicieron que valiera la pena.

No le dio tiempo de recuperar la compostura para cuando le devoró nuevamente con voracidad, aunque ahora midió su propio límite para poder comenzar un profundo vaivén que ambos pudieran disfrutar. De adelante hacía atrás, aumentando el insoportable placer de su pareja al hacer vibrar su garganta con cada gemido ahogado, y apartando la mano de su abdomen para jugar con sus testículos.

Gemidos, jadeos y espamos que le pertenecían enteramente a él, suaves tirones de cabello y movimientos involuntarios de caderas que le incitaban a ir más rápido.

Aceleró, alzando sus orbes castaños al desastre de cabellos revueltos y labios entreabiertos que mantenía sus ojos cerrados mientras se inclinaba cada vez más hacía adelante. Sabía lo que significaba y el amargo sabor que le inundó las papilas gustativas se lo aseguró.

"Ah... Yun" jadeó, acelerando el ritmo de sus embestidas a un grado que le era difícil de manejar, pero no iba a negarse ni a pedirle que se detuviera, no cuando lo que más deseaba era sentir aquel líquido espeso y caliente chorrear de su boca.

Siguió recibiendo sin quejas el compás agresivo del mayor contra su cavidad hasta que por fin le sintió perder la rapidez, dejando de ultrajar su boca para permitirle tomar hasta la última gota de semen que liberó en un ruidoso gemido. Tragó duro luego de separarse, limpiando sus comisuras con dos de sus dedos antes de regalarle una sonrisa maliciosa.

"Mi tulno"