21. Enfermo

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[Volkabo soft]

Los cambios de clima durante los últimos días habían llevado a varias personas a postrarse en cama por razones de salud, justo como lo había hecho con el sub-inspector Gustabo García, quien estaba oculto bajo una sábana y con un pañuelo húmedo en la frente que su pareja le obligaba a usar. Ojalá pudiera decirle que no servía de nada, pero estaba tan cansado que hasta pensar en tomar ese trapo para arrojarlo lejos le robaba suspiros.

—Volkov — Le llamó entre largas respiraciones con un tono vago que hizo al comisario levantarse del incómodo sillón junto a la cama para sentarse junto a él.

—¿Qué pasa? — preguntó con un atisbo de preocupación mientras tocaba sus brazos y cualquier parte expuesta de su cuerpo, buscando cualquier indicio de que la fiebre había subido de nuevo.

—Creo que ya se como podría sentirme mejor...— murmuró con una pequeña sonrisa tras dirigir su cansado mirar al contrario, quien no busco ocultar la mueca que torció sus labios al ver esa media sonrisa. Nada bueno podía traer.

—Aunque no quiera saber me lo dirá, ¿no es así? — Obtuvo un suave y lento asentimiento—. Pues hable entonces.

—Un beso — pidió antes de volver a cerrar sus ojos, a la espera de que su pareja le cumpliera el capricho.

—Pues lamento informarle que no se va a sentir mejor — Habría abierto sus ojos con sorpresa de tener un mínimo de fuerza, pero como no era así no hizo más fruncir el ceño.

—Jooder, por favor...— Hizo una pausa para recuperar el aire y se forzó a separar sus largas pestañas para no quedarse dormido en medio de la discusión— Sólo uno, Volkov... venga.

—No — Y tras una última negación se apartó de la cama para volver a su lugar, agregando en un suspiro—, me niego a enfermar por usted.

—¿Pues sabe qué? —Se sentó en la cama, apartando la sabana que le cubría con brusquedad y tirando el trapo en el proceso— A chuparla, iré a buscar quien me bese — Sus pies por fin tocaron el piso luego de lo que parecía ser una eternidad y una sonrisa llena de gozo elevó sus comisuras al sentir el frío contra su piel.

—No sea infantil y vuelva a la cama — Ordenó con molestia, yendo hasta él para forzarlo a acostarse de nuevo.

Tonto de él por olvidar que Gustabo tenía mil maneras de conseguir lo que quería y el ingenio suficiente para llevar cada una de ellas a cabo. En cuanto le tocó el hombro para darle un suave empujón contra la cama, el rubio tomó con un movimiento rápido y repentino el cuello de su camisa para acercarle a sus labios, saltándose la ternura para ir directo a lo provocativo. Más cálido de lo normal, torpe e intenso. Seguro duro menos de cinco segundos pero en ese pequeño lapso de tiempo, Gustabo consiguió que estuviera tan caliente como él.

Se apartó en cuanto pudo salir de la ensoñación en la que aquel hombre podía adentrarlo con facilidad y al instante escucho su risa cansada y burlona. Le agradaba volverla a escuchar luego de verlo tan apagado y ya extrañaba la suavidad de sus labios, aunque jamás se lo admitiría en voz alta.

—Le voy a degradar — pronunció con seriedad, escuchando al segundo los reclamos del rubio. Bueno, al menos ahora parecía más animado.

|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora