53. Línea caliente

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[Volkway nsfw]

Desde hace una hora se encontraba recostado en una cama sobre la que rara vez solía dormir, con los ojos fijos al techo sin ser capaz de cerrarlos pese al cansancio y con los dedos entrelazados sobre su estómago. Giro su cabeza sobre la almohada hasta que pudo vislumbrar en la oscuridad los números rojos e hizo una mueca al notar el tiempo que faltaba para que se le permitiera volver al servicio.

Tenía que distraerse de alguna u otra forma, pero la opción de ponerse de pie para buscar algo que hacer estaba por completo descartada por desición propia. Se conocía demasiado bien, sabía que, de levantarse, terminaría buscando sus cosas para ir de vuelta a comisaría, lo cual sólo haría enfadar más al hombre que le había mandado a casa.

Nunca había sido un problema que pasará más horas de las necesarias en comisaría, pero últimamente su jefe le echaba a patadas cada que se pasaba por un minuto. Culpaba al reciente inicio de su relación por ello. Sus labios se torcieron en una mueca al recordar. Ciertamente, de haber sabido lo innecesariamente protector que resultaría ser, tal vez hubiera preferido actuar como si no fuera consciente de sus sentimientos.

La pantalla de su móvil se iluminó y el sonido de una llamada entrante no tardo en seguirle. Sabía quien era, no fue necesario ni que viera el nombre en la pantalla antes de presionar el icono verde y llevarlo a su oreja con hastío.

—No, aún no puedo dormir — aclaró con rapidez antes de escuchar su voz grave a través de la línea.

—Ya, me lo imaginaba — Le escucho soltar el aire. Probablemente estaba fumando, lo que podía significar sólo dos cosas. Estaba estresado y a punto de explotar o, como pocas veces, no había nada que hacer. Optaba por la segunda, sólo porque de ser la primera no le habría respondido tan bien.

—¿Necesita que vaya? — preguntó, colocándose en posición vertical con la esperanza de que dijera que si.

—No — Fue tajante, rotundo—, ahora vuélvete a acostar.

Se dejó caer de nuevo, obediente, y soltó un sonoro suspiro para que el otro fuera consciente de que estaba molesto. No le iba a importar, pero así no se haría el ofendido si en algún punto de la conversación le colgaba.

—Bueno, ¿para qué me llama entonces? — cuestionó, escuchando de nuevo esa forma suave de expulsar el aire muy cerca. Casi le provoca un escalofrío, casi.

—¿Que traes puesto? — Trago saliva inconscientemente y apartó un poco el móvil de su oreja para verlo con evidente asombro. Volvió a acercarlo, abriendo y cerrando su boca un par de veces antes de conseguir hablar.

—¿A qué viene esa pregunta?

—Sólo contesta — Relamió sus labios y se dio una mirada rápida de pies a cabeza. Había olvidado cambiarse.

—Pues... lo mismo que llevaba esta mañana — reveló con sinceridad.

—Joder, que aburrido — Su ceño se fruncio ligeramente y controló muy bien sus ganas de cortar la llamada sin previo aviso.

—Si, bueno, si eso es todo lo que iba a dec-

—Desabrocha tu pantalón — Pudo sentir la vibración que le recorrió de pies a cabeza al recibir otra orden que con su intensidad rayaba lo obsceno, erizando hasta el último milímetro de su piel y aumentando en un segundo su deseo de obedecer, curioso por lo que pudiera venir después. Ni siquiera le cuestionó su repentina exigencia—. ¿Ya lo has hecho, rusky... o es que no eres capaz de hacerlo solo? — Apretó los dientes, llevando su mano libre hasta su pantalón para tantear con la punta de su índice el único botón que le mantenía cautivo, teniendo sus dudas sobre lo que hacía hasta que le escucho hablar nuevamente—. Dime la verdad, Volkov, admite que eres tan inútil que no puedes hacerlo sin mi ayuda.

|| ꜱᴡᴇᴇᴛ, ʙᴜʀɴɪɴɢ ᴀɴᴅ ʙɪᴛᴛᴇʀ || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora