Capitulo 1

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POV Mia

-Mia, que no se te olvidé que este sábado vamos a comer con mi madre.

-No pues como se me iba olvidar, si me lo tiras en la cara cada minuto del día-dije molesta.

Volví mi mirada a la computadora.

-Nada más té andaba diciendo-dijo acercándose a mi.

-Si, si ya entendí-dije.

El llego a mi escritorio haciendo que me parara de mi asiento.

-Bueno ya, ¿sabes lo que puedes hacer ahorita por mi?-pregunto pícaro agarrando mi cintura.

Lo mire con una sonrisa sarcástica.

-¿Sabes lo que tú puedes hacer por mi Leonardo?-puse énfasis en "tu".

El negó con la cabeza con una sonrisa aún más grande y pícara.

-Puedes desaparecer de mi vista-dije mientras lo empujaba por el pecho.

Volví a mi asiento y comencé a trabajar.

Oí la puerta cerrarse de golpe.

Solté un suspiro. Me estoy cansado de Leonardo y sus planes de la nada. Cada fin de semana me tiene una nueva sorpresa.

-Pasa-dije al oír toques en la puerta.

La puerta se abrió revelando a mi mano derecha y mi mejor amigo.

-¿Que le pasa a Leonardo esta vez? Que salió hecho una furia-pregunto sentándose al frente de mi.

-Pues que te digo Miguel, el tipo es un adicto sexual-dije mirándolo.

Si, Miguel. El Miguel Arango de la prepa, mi ex novio que se convirtió en mi mejor amigo y mi mano derecha.

-No entiendo porque sigues con el, neta. Puedes tener a cualquier hombre y te quedas con este.

La verdad era que ni yo realmente sabía porque andaba con el.

-No lo conoces del todo Miguel. Es realmente diferente, solo algunas veces se comporta mal.

-¿Pero no lo amas?-pregunto levantó una ceja.

-Lo quiero. No lo amo pero lo quiero. Sabes que no estoy para el amor desde...-deje de hablar.

-Desde ella-término la oración por mi.

Deje de mirarlo.

-¿La sigues amando verdad?

Suspire y asentí.

-Bueno no se-dije sinceramente- Ahora no siento nada, tantos años sin verla, sin saber de ella. Simplemente no puedo sentir nada.

-Mia-tomo mi mano- No sabes nada de ella porque no haz querido. Cada vez que se menciona su nombre huyes o evades el tema. ¿No crees que eso aclara tus sentimientos por ella?

Lo pensé por un momento. Miguel tiene razón y mucha. Nunca quiero hablar de ella ni saber que rumbo tomó su vida. Los recuerdos son demasiado dolorosos. Aún recuerdo nuestra última pelea, como yo le grite y como ella me grito. No he puesto pie en ese apartamento en tanto tiempo. Ese que alguna vez fue nuestro, en el que compartimos tantas risas, besos y abrazos. En ese apartamento en donde hacíamos el amor cada noche, ese apartamento que contenía un cuarto muy especial, ese apartamento que nos vio caer y dar un golpe duro contra el piso.

-No-conteste firme.

Aunque estaba sentada sentí mis piernas flaquear.

El me miró seriamente.

-En serio Miguel, el que no quiera hablar de ella no significa que siga enamorada de ella ¿okay? Solo deja el tema.

El se apoyo en el espaldar de la silla. Se veía satisfecho.

-¿Que?-pregunte.

Se que me había cavado un hoyo.

-Nada, solo acabas de confirmar mi sospecha.

Yo le di una mirada matadora. Iba hablar pero en ese instante la puerta se abrió revelando a una Vico muy sonriente.

-¡Hola!-saludo.

Ella noto que algo no andaba bien solo viendo nuestras caras.

-¿Ahora que pasa?-me miró y después miró a Miguel-¿Que le hiciste ahora?-le pregunto a Miguel.

-Nada, solo le dije algunas cosas que ella ya sabía-se encogió de hombros.

Ella lo miró con los ojos entrecerrados.

-Pues olviden eso que hoy tenemos un gran show que presentar-exclamo emocionada.

Ambos Miguel y yo soltamos una queja.

-¿Que? ¡Pero quiten esas caras!

-Ay Vico, no entiendo tu emoción cada vez que hay una presentación-dije- Es un show como cualquiera.

-¿Y eso que? La moda es moda amiga, y el corazón nunca cambiará-dijo cruzándose de brazos.

El corazón nunca cambiará. Se que con eso se refería al amor que ella le tenía a la moda pero de alguna manera sentí que esas palabras se dirigían a mi. Su corazón no cambiará y el mío tampoco.

-¿Que esperan? ¡Vamos!-exclamo Vico yendo a la puerta.

Miguel y yo la seguimos sin más remedio.

Vico es una de las modelos más importantes de las empresas Colucci además de eso es una gran confidente, bueno siempre lo ha sido. Cada dos semanas los viernes tenemos un desfile enseñando nuevos diseños y Vico siempre era la primera por la puerta.

Vico y Miguel son mis mejores amigos. Siendo honesta sin ellos estaría echa un desastre. Ellos me consolaron durante los momentos más difíciles de mi vida. Desde ese día trágico a las noches espantosas sin sueño que procedieron después.

...

El evento transcurrió normalmente, con éxito y muchos nuevos clientes. Lo que odiaba de estos eventos es que llegaba a casa alrededor de las diez o once de la noche y muchas veces para mi gusto y algunas veces disgusto Leonardo estaba en mi casa. Las noches se hacían más largas, compartiendo un par de horas de sexo y alcohol. Hoy no estaba de humor para eso, rezaba con todo mi ser que el no estuviera ahí. El siempre dejaba la luz del balcón encendida y si estaba encendida yo iba dar un giro en U y largarme a mi casa de la playa.

Me subí a mi auto y manejé a mi gran mansión. Voltee a la calle donde se encontraba mi residencia. Cuando mi carro se acercó a la casa pude ver que la luz por hecho estaba encendida. Bufé y cambie mi camino. Comencé el camino a la casa de playa pero no antes de parar en la tienda de licor para comprar un par de botellas de alcohol. Una botella de vodka y una de whiskey. Llegue a mi casa, dejé las botellas en la mesa y salí al balcón. Inhale el aire frío viendo las estrellas preguntándome que sería de nosotras si nos hubiéramos comportado diferente.

Volví a entrar a la casa cerrando la puerta tras de mi. Abrí la botella de vodka y saqué un vaso de tiro. Me serví y me tome el trago. Camine a mi cuarto con la botella de vodka en mano y abrí la gaveta del guardarropa. Moví algunas prendas y saqué el álbum de fotos que estaba llena de memorias de mi adolescencia. Abrí a la primera página encontrándome con la foto de mi graduación, todos sonrientes pero también tristes. Las próximas fotos eran de mis amigas y yo, otras con mi papa, cuando conseguí mi licencia y el resto eran con ella. De ella sosteniéndome, besándome, de nosotras bailando, en el carro y hasta de ella durmiendo. Esa era una de mis favoritas.

Tome un trago de la botella limpiando las lagrimas que salían de mis ojos.

-Dije que no lloraría más por ti pero mírame, aquí estoy de tonta-reí amargamente.

Puse el libro en la cama y tome otro trago, sintiendo el vodka quemar mi garganta.

-¿Porque sigues tan presente en mi vida?



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¡Aquí empieza! Estoy emocionada de más para este libro.

Publicaré esta historia los jueves y la de Del Odio al Amor la voy a seguir publicando los martes.

Siempre En Tu Corazón [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora