Siempre En Tu Corazón [G!P]

Capitulo 5

Miércoles

POV Roberta

-¡Eso si es un concierto!-grito Oscar.

Todo el equipo soltó un grito de celebración.

-Ahora-nos miró a todos- ¡A celebrar!

Todos volvimos a gritar de felicidad.

Salimos a un antro llamado La Santa para celebrar el gran concierto.

-¡Oigan! Me gustaría hacer un brindis por nosotros por el gran trabajo que hemos hecho y un gran brindis por esta loca que tengo al lado- me miró- porque ella ha montado un gran espectáculo y estoy muy orgulloso de ella ¡por Roberta!

-¡Por Roberta!-grito todo el equipo para luego tomar el trago que tenían en la mano.

-¡Todas las bebidas corren por mi cuenta!-grito Oscar haciendo que todos gritaran.

El se bajo de la mesa y se sentó a mi lado.

-Buen trabajo Roberta-Oscar palmeó mi hombro.

-Gracias hermano.

-Ahora vamos, que hay muchas chicas de cual conquistar-me sonrió.

Metió su mano en su bolsillo y sacó un condón y me lo paso.

-Por la que te lleves, aún no quiero ser tío-me dio un abrazo de lado y desapareció entre la multitud.

Reí suavemente y guarde el condón. Ese cabrón si me conoce.

...

El tiempo volaba y yo estaba un poco pasada de copas, mi cuerpo comenzaba a sentir el ritmo de la música y el calor del ambiente.

-Hola guapa-oí una voz a mi espalda.

Voltee a ver quien me hablaba.

En mi estado no pude identificar ni ver muy bien la cara de la mujer, lo único que me pude fijar en era su figura pequeña.

-Hola-le conteste viéndole la cara borrosa.

-¿Que haces aquí tan solita?

-Pues disfrutando de mi fiel amigo el alcohol pero compañía de una bella mujer no me haría nada mal.

Y ahí sale la Roberta coqueta.

Ella se rio.

-¿Bailamos?-me pregunto.

Yo solo asentí y salimos a la pista de baile.

La música estaba tan alta que se sentía que sonaba en mi cabeza.

Nuestro baile empezó suave, su pecho pegado al mío y mis manos en su cintura.

El ritmo de la música empezaba a aumentar y mi calentura también. Le di vuelta a la mujer pegando su trasero contra mi parte íntima. La forma que ella se restregaba contra mi me excitaba. Pasó su mano por mi cuello aún en su posición y se acercó a mi oído.

-Vamos a otro lugar.

-Vamos.

POV Narrador

Las chicas salieron del bar con las intenciones de una noche larga, llena de passion. Oscar usualmente le quitaba las llaves a la castaña cuando salían a celebrar porque sabía de lo que ella era capaz pero esta vez se le olvidó.

Se subieron al auto de la castaña y ella manejo como pudo al hotel más cercano. Aparco el carro y pidió en pocas palabras un cuarto.

Apenas había cerrado la puerta del cuarto y la mujer desconocida ya estaba desabotonando el pantalón de la pelirroja.

-Tranquila-le susurro.

Pero ella no escucho y continuo lo suyo. Busco en el bolsillo de su chamarra que ahora estaba en el piso hasta encontrar el pequeño paquete que Oscar le había dado antes.

La noche transcurrió como de esperar. Sexo un poco salvaje y un poco de todo. Una encima de la otra, sexo sumiso y rudo por parte de la cantante.

Ahora todo se volverá unos recuerdos borrosos.

...
La mañana siguiente

POV Roberta

Mi cabeza palpitaba con fuerza, mis ojos quemaban y mi cuerpo se sentía pesado. He tenido muchas borracheras pero esta se sentía muy diferente, la cruda era de otro mundo.

Mire a mi derecha y pude ver un cuerpo pequeño y en el centro de su espalda había tu tatuaje de una rosa que se me hacía muy conocida pero no pude identificar en donde lo he visto, pues en realidad yo no le pongo mucha atención a la gente que he conocido.

Observe mi alrededor, esta no era mi cuarto de hotel. No era nada parecido al que Oscar reservó cuando llegamos a esta ciudad. Me levante de la cama sin hacer mucho ruido y comencé a recoger todas mis prendas del suelo. Mis ojos viajaban por la habitación esperando hallar la cosa clave de una noche así, el condón. Mi corazón comenzaba a bombardear con fuerza y pánico empezaba a instalarse en mi interior al no verlo. Me coloqué mi ropa interior aún buscando el preservativo con mis ojos. Al fin lo vi escondido debajo de la cama. Lo agarre con cuidado intentando no derramar su contenido.

-Carajo, debi de haber estado bloqueada un buen para dejar tanto salir-susurré mirando la cantidad de líquido blanco.

Le hice un nudo y lo bote.

Me quede helada al oír a mi acompañante removerse.

Recé para que ella no se despertara pero mis oraciones fueron en vano.

-¿A dónde vas?

Mi corazón cayo a mi estomago al oír su voz. Alarmada, voltee a verla.

-No puede ser-susurre.

-¿Que?-me sonrió.

No quería creerlo pero tenia todas las pruebas. Ambas desnudas en una cama y un condón lleno más de la mitad.

-No es cierto ¿o si?-pregunté ya sabiendo la respuesta.

-¿De que nos acostamos?-yo asentí- Pues claro que es cierto, si no ¿porque crees que estamos aquí?

-¡Carajo! ¡No podemos andar haciendo estas cosas!-pase mi mano por mi cabello.

Me seguí vistiendo de la manera más rápida.

Voltee y la mire.

-Mira lo que pasó entre nosotras ayer no volverá a pasar, estaba pasada de copas y no estaba pensando bien.

-Ambas lo queríamos, esto está muy bien y se puede repetir todas las veces que tú quieras-dijo de una manera coqueta.

-No te confundas Macarena. Esto fue nada más y nada menos que un acoston, algo de una noche.

-Ay vamos Roberta, hace tiempo tu querías esto y ahora que paso te arrepientes. Sabes que no te podrás resistir, ya me probaste una vez y vas a querer hacerlo otra vez-se levantó de la cama.

-Te equívocas, ahora apúrate y vístete, que nos vamos-dije agarrando mis llaves para después salir de la habitación.

Estaba tan frustrada y enojada con mi misma. No podía creer que había caído en las garras de Macarena. Ahora quien sabe como será a la hora de trabajo. Ella me atraía, es cierto pero no me quería acostar con ella. Se que ella es una mujer muy manipuladora por lo que he oído de la gente.

¡Carajo! Ella se aprovechó de mi, de mi estado de borrachez y peor ahora tengo que compartir el carro con ella. La vieja Roberta la hubiera dejado en ese hotel pero ahora mi conciencia no lo permite.

Ahora estoy esperando el regaño de Oscar. El específicamente me dijo que no me metiera con Macarena, que ella no me convenía y lo primero que hice fue llevármela a la cama.

A este punto no hay quien me salve.

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