Capitulo 51

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POV Mia

Todo tenía que ser una pesadilla. Simplemente esto no podía estar pasando. Ella no me mentía y yo lo sabía muy bien. Sus palabras cargaban tanto dolor y sinceridad.

Sentía que había mucho más a la historia pero de alguna manera sabía que no había nada más.

¿Que si le creo? Pues si. Desde que nos habíamos juntado románticamente, ella nunca me podía mentir.

Necesitaba saber más, necesitaba hablar con papá y Miguel.

-¿Que paso? ¿Que te dijo?-oí la voz de Vico al entrar a mi despacho.

-Ella...ella nunca me engaño-hable rota.

-¿En serio le vas a creer un par de palabras? Tú sabes lo que viste esa noche.

-No, no, se cuando ella me miente y no lo hacía. Llegaba tarde porque planeaba pedirme matrimonio y quería que todo fuera perfecto-susurre.

-Bueno Mia eso no explica el labial y el perfume.

-Necesito hablar con mi papá-susurre ignorándola.

Salí de mi despacho y me paré enfrente de la puerta de mi papá.

Ahora el enojo me consumía. El lo sabía y nunca me lo dijo.

Abrí la puerta con fuerza y miré como llenaba unos papeles.

-¿Tu lo sabías verdad?

-¿Sabía que?

-¡Que Roberta nunca me engaño!

-Oh. Si, si lo sabía-dijo como si nada.

-¿¡Por qué nunca me contaste nada!?

-Porque no era mi lugar. Era algo que debiste averiguar tu sola.

-¿¡Sabes cuanto daño pudiste haber detenido!? ¿¡Acaso no te importó!?

-Si lo se y si me importó, pero tú ya estabas demasiado perdida. Esto era algo que tú le debiste preguntar a Roberta, tu pareja, la madre de tu hijo pero nunca lo hiciste. Ella te espero, yo mismo lo vi. Vi como te esperaba pacientemente y también vi como te lloraba, como se hundía solo para levantarte, como prefería romperse ella para poder reconstruirte a ti. Yo me cansé de esperarte y le pregunte yo mismo y ella me dijo la verdad.

-¡Por dios papá si me hubieras dicho seguro ella y yo estaríamos juntas!

-Seguro que si pero era tu deber preguntarle como la adulta que eras, pero no lo hiciste. Preferiste jugar a la ciega y la culpaste por todo solo porque creías que te había traicionado. Cuando ella se fue no solo perdí a una hija perdí dos porque tú no eras la Mia que yo vi crecer.

Mis lágrimas salían sin control. Había perdido la oportunidad de estar con ella.

-¿Tu sabias que me iba pedir matrimonio?

El asintió.

-Claro, me pidió la bendición.

-¿Se la diste?

-Claro, hasta me enseñó el anillo.

No dije nada, me di vuelta y salí del despacho.

Miguel. Necesitaba hablar con Miguel.

Para mi mala suerte el no trabajaba hoy así que salí de la empresa oyendo los gritos de Vico. Me subí a mi auto y maneje a la casa de Miguel a toda velocidad.

Al llegar me dejé entrar con la pequeña llave debajo de una roca.

-¡Miguel!-grite.

No oí una respuesta.

Siempre En Tu Corazón [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora