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Allí se encontraba mirando como él sonreía, se le veía feliz ahí rodeado de gente. llamenlo egoísta, pero, él quería estar en su lugar, quería sentir como el chico peliteñido se sentía al estar rodeado de gente mientras ellos le sonrían. Él anelaba estar allí, sonrió tristemente mientras salía de servicio e ir a seguir "investigando" a la mafia dónde estaba infiltrado.

Se acercó al grupo de agentes para informar que salía de servicio. El de crestas lo miro sonriendo.

—¿Ya te vas?— Pregunto mientras le miraba.—Si, ya me voy. ¿Vienes o te quedas?— Habló mirándolo a los ojos mientras rogaba porque el chico dijera que no. No quería que este viera como su relación con la mafia había mejorado e incluso tomaron la confianza con él para ciertos tipos de ocasiones. No quería que el más alto lo tachara de traidor por establecer una relación más amistosa con los mafiosos.

—Si, claro.—Dijo sonriendo sin darse cuenta de la mueca de disgusto que hizo el rubio.—Salgo de servicio y nos vamos.—Le sonrió.—

El rubio asintió mientras salía por la puerta principal dispuesto a esperar al otro chico. Bufó mientras recordaba todo lo que había pasado estas últimas semanas. Recordó la muerte del alumno Leopoldo, y en como la policía hizo mal su trabajo. ¿Y si hubiera sido él o su hermano? siendo sincero, él ya no confiaba en la policía, se atraveria a decir que confiaba más en la mafia, en los que ya consideraba de los suyos, de su familia. Cosa que nunca sintió en el CNP.

Sintió como una mano tocaba su hombro, la sintió tan fría, tan ajena. Miro a su acompañante y sonrió tristemente mientras comenzaba a caminar al Audi amarillo.

—¿A donde vamos, gus?— Pregunto Horacio mirando por la ventana del vehículo.—

—¿A donde quieres ir?— No quería ir con él a la sede, no le agradaba la idea para nada.  No quería que el de cresta siguiera sacando información de sus chicos, de su nueva familia. Entre ellos dos él era el único que sabía la ubicación de la sede mansión de la mafia.—

— Podriamos ir a plaza central a tocar lo huevos.— Bufó al escuchar la respuesta de su acompañante.—

Iba a responder pero el sonido de su celular indicando que le había llegado un nuevo mensaje lo interrumpio. Se estacionó en un callejón para ver el mensaje, sonrió al ver quién era. Horacio miraba como su hermano miraba con una sonrisa el aparato, quiso saber quién era la persona que hacía que su acompañante sonriera de esa forma.

—¿Quién es?— Quiso saber mientras trataba de ver el mensaje.

El rubio apagó rápidamente el teléfono al ver las intenciones de su amigo.— Eso a ti no te interesa.— Dijo apretando sus manos al volante, el de cresta al ver cómo reacciono su hermano a su pregunta solo se le quedó mirando, ya desde hace un tiempo que su relación con el mayor era más distante, cada que le hablaba este le respondía cortante, joder que el rubio pasaba más tiempo investigando a la mafia que en la policía. No quería desconfiar de él, pero su comportamiento ya no le gustaba, ya no pasaba tanto tiempo con él.

El trayecto a plaza central fue en total silencio, solamente se escuchaba la emisora de Spainrp pero no sé escuchaba ninguna palabra de ellos. Al llegar a garrage central, Horacio se bajó del vehículo pero al ver que el rubio no lo hacía se le quedó viendo y le habló.

—¿No vienes?.— Dijo mientras miraba al interior del coche.— No, tengo cosas que hacer. Nos vemos al rato.— Se despidió mientras encendía el motor del vehículo. Horacio sabía que ese "Al rato nos vemos" no era más que una mentira, no lo iba a ver hasta quien sabe cuándo, así llevaban un par de semanas. Distantes, cortantes.

Gustabo se encontraba de camino a la sede mansión de The Unión, mientras sonreía, no veía a sus chicos desde hace días, los extrañaba. Al llegar bajo rápidamente del vehículo y corrió hasta la puerta principal de la gran casa, abrió esta y lo primero que hizo fue lanzarse a los brazos de Nadando.

—¿Que pasa, chaval?— Sonrió recibiendo al chico en sus brazos.— ¿Tan feliz estás de estar aquí?— Pregunto al rubio. Este asentía sonriendo, se sentía en casa allí en los brazos del mayor.

—¿Los demás?— Dijo mirando el interior de la mansión.— Emilio me dijo que podia venir a verlos y quedarme acá. ¿No te molesta verdad?.— Nadando miro al menor con ternura mientras negaba.

—Los demás están en la piscina.— Respondió tomando la manito del rubio y lo llevaba a la parte de atrás donde de encontraban los demás chicos.

El resto de la tarde se la pasaron entre risas mientras veían a los más pequeños saltar del tejado a la piscina, más de uno termino con alguna herida, pero nada grave. Y allí fue donde Gustabo se dio cuenta que estaba totalmente perdido, se involucró sentimentalmente con unos mafiosos, sabía que ya no podía seguir dandole información falsa de los chicos al Súper Intendente, en algún momento este empezará a sospechar que la información no es la misma que le dan su otro informante y tendrá que comenzar con su plan para desmantelar definitivamente a la mafia, pero él haría lo posible para que ese momento llegará lo más tarde posible. No estaba en sus planes perder a su familia, a su verdadera familia. 

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Perdón por las faltas de ortografía. :(

Gus nesecita amor. :(<3

𝐷𝑒𝑎𝑟 𝐹𝑎𝑚𝑖𝑙𝑦; 𝐺𝑢𝑠𝑡𝑎𝑏𝑜𝑤𝑙.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora