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Narra Gustabo;

Le había pedido a Armando que me acompañará a comprar unas cosas ya que Jacob hoy estaría ocupado con temas de armas junto a Yun. Estábamos en el centro comercial mientras caminábamos con tranquilidad por el lugar, me sonroje al sentir la mano de mi acompañante tomar la mía y suspiré haciendo el agarre más fuerte.

Me sentía algo confundido con ciertos miembros de la mafia, los que más confusión me daban con mis sentimientos eran los mayores, siempre tratándome de manera protectora más que los demás integrantes.

Suspire con pesadez llevando mi mirada al mayor a mi lado que estaba con una sonrisa en sus labios.

— ¿Armando? — Hablé con suavidad sonriendo algo sonrojado al ver cómo me miraba con cariño. Joder, ya estaba bastante confundido, no me mires así.

— Mmh. — Hizo un sonido mirándome para que siga hablando y me apegue más a su cuerpo sujetando mejor su mano.

— ¿Podemos ir a comer algo? — Pregunté mirando un puesto de comida a lo lejos sintiendo mi estómago gruñir dando a entender que tenía hambre.

— Claro, vamos. — Hablo con su voz que me transmitía tranquilidad y confianza.

Empezamos a caminar en dirección al puesto de comida y entramos sentandonos en una mesa que estaba al final pegada a la ventana. Llegó una chica de pelo rubio y nos entregó los menús, cada uno pedimos lo que más nos llamó la atención y la mesera se fue con los pedidos anotados en una libreta.

— ¿Que es lo que debes comprar? — Pregunto Armando mirándome fijamente haciendo que suspiré levemente con una sonrisa.

— Oh, unos regalos, — Respondí girando la cabeza hacia la ventana al sentir una mirada. Desde que llegamos al centro comercial había estado sintiendo una penetrante mirada en mi cuerpo. — Para unas personas muy importantes para mí. — Volví a mirar a Armando con una sonrisa apoyando mis codos en la mesa para luego apoyar mi rostro en las palmas de mis manos.

— Vale, ¿quieres que te dé dinero para comprarlos? — Preguntó a lo cual negué con una sonrisa diciendo un leve no, gracias.

Llegó la mesera con nuestros pedidos y nos dispusimos a comer mientras hablábamos de diversos temas del taller o simplemente comentando los gustos de cada uno.

Me levanté dejando el plato a la mitad de terminar diciendo voy al baño y vuelvo. Camine con tranquilidad al baño escuchando como la campana de la puerta del local sonaba anunciando un cliente nuevo. Entre al baño al llegar e hice mis necesidades.

Me encontraba lavando mis manos mientras me miraba en el reflejo del espejo, me quedé estático al verlo a Él enterando por la puerta del baño cerrándola con el pestillo. Me miraba con una sonrisa apoyado en la puerta mientras sonreía con aires de grandezas.

Narrador;

El hombre miraba a Gustabo con una sonrisa, su traje de color negro, su cabello castaño, su perfecta nariz junto a sus ojos color avellana. Gustabo lo miraba con miedo, estaba viendo a la persona que más sufrir le hizo.

— Hola cariño, ¿No me darás un abrazo? — Hablo el hombre mirando al rubio sin borrar su sonrisa al verlo temblar.

El ojiazul nego con su cabeza mirando al contrario fijamente con miedo en sus ojos, mordiendo su labio al sentirlo temblar.

— ¿Por qué no, bonito? — Pregunto el de traje acercándose lentamente al más bajo con una sonrisa sacando un pequeño paño de su bolsillo junto a una botellita con un líquido.

El castaño dejo un poco de aquel líquido sin mucho interés mientras Gustabo retrocedía chocando con la pared blanca del baño. Aiden sonrió de lado guardando la botellita en su bolsillo nuevamente y acorraló al rubio en la pared dándole un golpe en el estómago tomando al ojiazul desprevenido haciendo que suelte un jadeo de dolor y abrió sus ojos exageradamente al sentir en paño en su nariz y boca. Poco a poco el rubio fue quedándose inconsciente, Aiden guardo el pañito y tomo al rubio como si de un saco de papas se tratara.

Johnson le saco el pestillo a la puerta del baño y salió con tranquilidad ignorando el hecho de que llevaba a alguien inconsciente en su hombro, las personas del lugar lo miraban aterrorizados. Soltó una risa nazal al ver al acompañante de su rubio inconveniente por un culatazo que le habían dado uno de sus compañeros.

Salieron del local con normalidad, en total eran siete hombres.

Aiden tomo como si fuera una princesa al rubio para no levantar más sospechas y hacerlo pasar por dormido. Caminaron por el centro comercial llegando a la salida donde había un blindado negro.

Todos subieron y el coche se marchó del lugar, Gustabo se encontraba inconsciente en el regazo del castaño mientras esté sonreía dándole caricias en el estómago.

mío.

🐢

Primero que nada, felíz navidad atrasada<3

Segundo, este podría ser el final de la primera temporada de esta historia, estoy pensándolo sinceramente.

tercero, se vendrá otro gustabowl.

Aiden puto, jaja

𝐷𝑒𝑎𝑟 𝐹𝑎𝑚𝑖𝑙𝑦; 𝐺𝑢𝑠𝑡𝑎𝑏𝑜𝑤𝑙.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora