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— Ahhhmn, papi... — Gemí con un volumen moderado, cerrando los ojos y tensando mis piernas, solo para, instantes después, escuchar a Yoongi soltar una especie de gruñido grave del otro lado de la línea.

Mi cuerpo se relajo sobre mi cama donde estaba recostado, yo seguía jadeando, mi pecho subía y bajaba mientras sostenía mi móvil en mi oído y sostenía mi erección aún palpitante en una de mis manos. La puerta de mi habitación estaba cerrada con seguro y tenía una película reproduciéndose en lo televisión, quisiera poder decir el nombre, pero ni siquiera preste atencion en eso. Mis padres no estaban en casa y aunque los trabajadores normalmente no suben al piso superior de la casa, no estaba de más ser precavido.

Debes saber que eres responsable de hacerme ensuciar el auto, bebé. — Escuché a Yoongi decir por el móvil y yo sonreí aún jadeando.

— Lo siento, papi, la próxima vez puedes ensuciar mi lengua. — Jedeé un poco al hablar, pero parecía ser que Yoongi lo disfrutaba, porque lo escuché jadear más marcado.

Cuando llegue a casa, Yoongi me había llamado después de unos minutos. De inmediato me había encerrado en la habitación y bueno, una cosa había llevado a la otra hasta que yo me baje los pantalones hasta la mitad de mis muslos y mis dedos comenzaron a juguetear con mi entrada y después terminar por acariciarme hasta llegar al clímax.

Y algo similar había pasado con Yoongi. Yo no sabía que estaba en su auto hasta que terminamos, pero ahora la curiosidad me mataba por saber si estaba estacionado en la escuela o en su edificio. Que sucio, Yoongi es realmente sucio por hacer aquello, pero era comprensible si pensábamos que teníamos bastante tiempo sin intimar por nuestro cansancio constante, y no, no me estaba molestando ser la razón de sus masturbaciones. Lo disfrutaba.

¿Que era lo que querías decirme en la escuela, cariño? — Yoongi preguntó después de unos minutos, cuando nuestra respiración era mucho más relajada.

Yo ya me había vuelto a vestir, y caminaba de manera tranquila, ligeramente temblorosa hasta el cuarto de baño para poder ducharme de manera rápida, porque necesitaba sentirme limpio para poder descansar.

Parecía ser que Yoongi recién bajaba del auto también, porque escuché la puerta cerrarse y el eco del estacionamiento. Entonces sí estaba en casa.

Yo me quedé en el baño, sentado en el filo de la bañera mientras continuaba hablando por teléfono.

— Y-yo... Bueno, es que... — No sabía exactamente como explicarle que era lo que había pasado, sin meterme en detalles o explicar lo que había ocurrido hacía unos años.— Quería preguntarte si podía... Y-yo bueno...

Y podía imaginarme a Yoongi riendo de manera adorable y entrenecida al detectar mi nerviosismo, siempre era así conmigo.

Bebé, sabes que puedes pedirme lo que quieras, ¿No es así? — Dijo y yo me sentía suavecito de nuevo, inconciente te había sonreído.

— L-lo sé pero me da pena decir esto. — Dije mientras tragaba pesado y relamia mis labios por los nervios recorriendo mi cuerpo.

Chiquito, te he visto en las posiciones más sucias que puedas imaginarte. — Dijo, y yo estaba seguro de que tenía las mejillas más rojas que los tomates.— Acabamos de tener sexo telefónico. — Continuo y yo sentía mis piernas temblar. Yoongi siempre era tan directo con todo.— Puedes decirme lo que quieras.

Y bueno, la confianza era muy importante aquí, pero definitivamente esto no era un tema que debía ser tocado por teléfono, porque son cosas importantes, delicadas y no me atrevía a decir la palabra "dildo" dentro de mi casa y en voz alta, incluso si un tenía una película cualquiera reproduciéndose en mi televisión.

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