𝐂 𝐑 𝐎 𝐌 𝐀 𝐓 𝐈 𝐂 𝐎

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No era día de asesorías.

No lo era.

Pero ahí estábamos los dos comiéndonos la boca en su departamento como si la vida nos dependiera de ello. Claramente me estaba arriesgando, pero todo arriesgue es válido por mi papi. Todo.

El camino a su departamento había sido una tortura para ambos. Yoongi tocaba mis muslos, acariciaba mi entrepierna y yo hacía lo mismo. Cada luz roja fue una oportunidad viva para besarnos dentro del auto y dependíamos del auto continuo haciendo sonar la bocina para caer en cuenta que ahora era verde.

A penas habíamos salido del ascensor y nuestras manos inquietas buscaban nuestros cuerpos, inclusive los labios.

Cuando cerré la puerta detrás mío, no pude siquiera dar un paso dentro del departamento cuando ya me tenía acorralado contra la puerta y nuestros labios se besaban desesperados. Quite mi abrigo con rapidez mientras las manos de Min tomaban mi cintura, pegando nuestras caderas mientras nos frotábamos. Estoy seguro que era más por mi, que por él, porque tiene toda pinta madura de un casi treintañero.

Con mis manos quite su abrigo por igual, dejándolo caer justo encima del mío en el suelo, era una indirecta, así lo quería encima mío.

Beso mi cuello un par de veces, mientras que con sus manos desabrochaba mis pantalones en conjunto con la hebilla del cinturón y yo juro que quería hacer lo mismo, pero mis manos eran más torpes, el deseo me consumía más. Solo pude aferrarme al cuello de su camisa, mientras gemía por lo bajo una y otra vez.

El contraste en esto es muy agradable. Ahora podía comprobar que Yoongi podía mimárme todo el día si yo lo quería, pero también podía follarme de manera desesperada cuando lo quisiera. Bueno, hoy era un día donde lo quería.

Introdujo sus manos dentro de mi ropa íntima cuando se deshizo de los botones y el ziper molesto.

Yo no soy precisamente una persona dedicada, pero cuando mis intenciones son claras como ahora, siempre procuro tanto mi cuidado y el disfrute ajeno, que si, mi prenda era bonita, de las más bonitas en mi cajón, solo porque yo sabía que Yoongi la vería.

Pero ahora estaba ligeramente húmeda, y mi erección dura era acariciada por encima de la tela, con los largos dedos de Yoongi fraccionando contra su pene y mis caderas danzando contra su mano.

Lo quería, lo quería tan mal.

Las caricias fueron las suficientes y entonces deslizó su mano dentro de mi ropa íntima, y yo jade con fuerza a la par que arqueaba la espalda contra la madera fría de la puerta. Rodee con fuerza su cuello con mis brazos al rededor de su camisa y la sujete con fuerza como si trates de aferrarme a ella, comí su ello me sujetaran al suelo.

— Me extrañáste, eh. — Murmuró bajo mientras presionaba mi glande con el pulgar.

— Mucho, mucho. — Afirmé en un gemido mientras mordía mi labio inferior y buscaba presionar mi cadera contra la ajena.

— Repítelo. — Me pidió sin dejar de masturbarme. Yo sabía exactamente lo que quería, porque era exactamente lo mismo que yo deseaba.— Repítelo, bebé.

Su rostro estaba tan cerca del mío, que para cuando abrí mis ojos nuestras miradas se encontraron y el corazón me dio un vuelco enorme. ¿Cuánto tiempo había deseado que alguien me mirara así? No era solo un deseo puro y carnal, Yoongi me veía como la cosa más valiosa en el puto mundo, y eso me hizo estremecer.

Es sexo, Jimin, es sexo.

— Mucho, papi, te extrañe mucho.

Aún no puedo explicar el poder de esa palabra precisamente en mi cuerpo, es como un apodo meloso y cariñoso, como una manera en la que yo llamo a Yoongi y a Yoongi le gusta que lo llame así, podría decirse propio de los dos, pero al mismo tiempo es como un detonante de calentura explosivo, activaba todo el deseo sexual en segundos. Tierno y caliente al mismo tiempo.

• I love your VOICE and your MOANS •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora