Y ahí estaba yo. Sentado, inquieto y asombrado por dónde me encontraba. Era el conjunto de departamentos, yo ya lo había visto.
Wang vivía ahí hace tres años y medio.
Joder, joder, joder, es que yo no pedí nada de esto. Pero aquí estábamos pasando por el edificio A del condominio para llegar haya el edificio Y. Maldita coincidencia que su nombre y el edificio donde vive tengan la misma inicial.
Y se estarán diciendo "Jimin exagera, de la A a la Y hay un montón de letras que si un montón de edificios." pero no. Aquí las letras están revueltas y claro, es lógico que solo exista un estacionamiento entre ambos edificios dentro del complejo residencial.
— ¿Estás bien, dulzura?
La pregunta hizo que dejara de mirar por la ventana, y simplemente asentí con la cabeza mientras sonreía, fingiendo que todo estaba bien.
Pero nada estaba bien. Las manos me sudaban tan frío, que posiblemente eran hielos. Pensaba en la amplia posibilidad que existía por encontrarme con Wang, y aquello no es algo que deseara.
Nunca pregunté que fue de el después del incidente, tampoco si seguía viviendo en el mismo lugar ni me moleste en querer averiguar si había terminado la carrera universitaria, pero ahora, necesitaba saber si seguía ahí.
El departamento era más amplio que el que alguna vez recordé de Wang. Supongo que por eso eran edificios diferentes. Sin embargo, no era nada fastuoso. La sala de estar era amplia y tenía un bonito candelabro encima de un enorme piano de cola. Todo el departamento tenía tonalidades blancas y negras, minimalista, y para nada dentro del cliché de "departamento de soltero".
— ¿Quieres algo de beber?
Ignore la pregunta, porque me mantenía mirando todo a mi alrededor como si me tratara de un cachorrito explorando su nuca casa... ¡NO, NO ESTOY DICIENDO QUE VOY A VIVIR AQUI!
... O quizás si.
— Bueno, ya sabes leer partituras, así qué ¿Quieres leerlos más rápido? —Preguntó hacía mi en el momento que me extendía un vaso lleno de jugo de uva.
¿Era en serio? Bueno sí, yo mismo le había comentado que sería asesorías en su casa, y el acepto diciendo que entendía mi punto.
Pero claramente, después de casi tres horas tocando el piano y haciéndome entonar dentro de la sala de estar, no entraba en la definición de "entender mi punto".
Mi punto era que yo quería que me follara tan duro contra el objeto que deseara. Mi punto era que quería sentarme en su regazo, moverle las caderas, tentarlo, juguetear.
Pero aquello no había pasado. Aunque tampoco me quejo. Miren, no piensen en mi como una persona sumamente sexual y un adolescente con su primera hormona a brote, porque no es así. Mi profesor me pone, me pone muchísimo, pero al mismo tiempo, tengo desarrollada una admiración enorme por él.
Sabe tanto, y de tantos temas, no únicamente la música, le interesa también la psicología y la biología. Tiene toda una enciclopedia de Arte y aunque no tiene ningún estudio en ninguna de esas áreas, lo mueven y apasionan muchísimo.
Así que si lo vemos desde ese punto, esa tarde había sido un ganar-ganar, aunque a mi pene le molestará aquello.
— ¿Seguro que no quieres que te lleve?
— Seguro.
Respondí con una sonrisa en el rostro después de salir del ascensor a la puerta principal. Mi profesor estaba al costado mío, y aunque aún lucia un traje de sastre, la corbata y el saco no existían más, y encontraste, las mangas hasta los codos y un par de botones desabrochados al comienzo era mucho mejor.
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• I love your VOICE and your MOANS •
FanfictionDos padres homofóbicos. Un hijo homosexual. Y un profesor bastante sexy. 📚🎼 • La idea base es una confesión de una app, sin embargo la trama y los personajes son parte de mi autoría. • Lenguaje explícito. 🔞 • Contenido sexual presente. 🔞 • Y...