𝐂 𝐎 𝐌 𝐏 𝐀 𝐒

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— Park Jimin, se nos hará tarde, ¿Quieres moverte de una vez por todas?

Vaya, que fastidio.

— A tu padre no le gustará saber que llegaste tarde una vez más, Jimin.
— Ni siquiera tendría que molestarse porque ni mi padre es.

Mi nombre es "Park" Jimin, tengo 18 años y me encuentro en una situación vulnerable, detestable y fastidiosa. Supongo que para que les sea de mejor comprensión, tengo que explicarme.

— Tienes dos minutos, ni más ni menos. Esperare en el auto.

Al año de edad mi madre me dejó en una casa hogar para niños, la cual pertenecía al gobierno. Parece que su adicción al crack le pudo más que un instinto maternal y no la culpo. Es más, me puedo atrever a decir que admiro su valor para hacer lo que hizo, renunciar a mi por mi bien. Aunque no puedo asegurar que esa haya sido la razón.

— Park Jimin, ¡Tienes un minuto!

Pase de hogar temporal en hogar temporal desde los siete años de edad. He conocido a un montón de tipos de familias, desde la típica madre soltera hasta la familia religiosa que no puede degustar un solo bocado sin no haber orado antes. No puedo quejarme, comida y cama nunca me han faltado, sin embargo no soy el tipo de hijo que encaje en cualquier familia. Es más... ¿encajó en una familia? Deduzco que si, de lo contrario no estaría aquí. Pero entonces, ¿Por qué yo? ¿Por qué que ellos me eligieron a mi?

— ¡Te quedan 30 segundos!
— ¡Que ya voy!

Después de escuchar la puerta de la entrada cerrarse con un golpe, supe que mi destino estaba marcado y debía salir de ahí en esos míseros treinta segundos si quería que mi trastero siguiera vivo para la cena.

Subí a aquella camioneta negra blindada con asientos amplios, en los asientos traseros que era mi parte asignada desde los diez años. Yo no tenía prisa de llegar a ningún lado, a mi no me motivaba asistir a la empresa de mi supuesto padre.

Aquella mujer que ven sentada frente mío sobre el asiento del copiloto, es Yoon Bo-ra y es mi madre adoptiva. Es agradable, sus finos labios y su cabello oscuro le dan una apariencia perfecta. Es tan delgada que si la abrazas, puedes sentir que llegarás a romperla, y no en un sentido sexual o pervertido. Puedo decir que es una buena madre, es la mejor con la que he estado.

— No olvides que hoy hay una junta bastante importante, y tu padre espera de tu participación para...

No escuche más de aquella frase, no me importaba en lo más mínimo, dado que no es algo que para mi tenga relevancia, no es algo que yo desee. Coloque mis audífonos sin mayor obstáculo en mis oídos, para dar play al reproductor de música de mi smart phone. Definitivamente la voz de Zayn en "Dusk till down" era muchísimo mejor que la de Bo-ra en esos momentos. En ese irritante momento.

Mis padres adoptivos me criaron desde los diez años, cuando todos los papeles estuvieron en orden y las firmas me declararon como su hijo. Pero claro, hay una brecha bastante enorme entre ser su hijo y sentirme su hijo. No considero que nuestra relación sea la mejor, pero tampoco ha sido tan mala como para llegar al extremo de devolverme a la casa hogar, ha sido una relación de estire y afloje por ocho años. Y ahora que lo pienso, no pueden devolverme ya, dado que he cumplido la mayoría de edad desde hace dos meses. Prácticamente, soy un adulto que debería valerse por sin solo.

No me malinterpreten. No soy un hijo desagradecido. Agradezco que me hayan elegido a mi de entre todo ese millar de niños para compartir un hogar. Pero soy realista. Me han criado para tomar el puesto de mi padre cuando él ya no pueda continuar. La falta de fertilidad en el vientre de Bo-ra los llevó a recurrir a la adopción, y no los juzgó, no es asunto mío, y de nuevo agradezco que yo haya sido el elegido, lo único que no agradezco es tener que cargar con una responsabilidad que no elegí para mi.

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