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— ¿A beber con tus amigos?

Yoongi preguntó una vez que ambos entramos a su auto.

Habíamos salido del auditorio tan tarde que la escuela estaba con todas las luces apagadas y el estacionamiento vacío. Únicamente los guardias seguían ahí.

Nos trepamos al auto juntos y entonces solté la pregunta "¿Quieres ir al bar con Jin, EunHa y mis compañeros?"

Yoongi se sorprendió de momento y volvió a repetir la pregunta que yo hice mientras se giraba a verme.

— Sí, ya sabes... un par de copas y... — Dije algo nervioso mientras desviaba la mirada y mis manos se movían de manera nerviosa sobre mis piernas.

— ¿Quieres que vayamos? — Preguntó sonriendo de manera dulce, casi embobado. Tal vez no soy el único enamorado aquí.

— Tal vez sólo un momento... ya sabes, un par de copas y después...

— Te llevo a casa, cariño. — Dijo antes de acariciar mi mejilla con una sonrisa y besar la punta de mi nariz de manera dulce.

"Casa".

"Llevarme a casa".

A ratos olvido que yo vivo en casa de mis padres. Paso tanto tiempo dentro del departamento de Yoongi que se me olvida que no es mi casa. Al principio no me sentía cómodo para hacer muchas cosas en casa de Yoongi, porque lo veía como su espacio, y tal vez ahora sea un peligro, pero lo veo más como "nuestro" espacio. En donde yo soy yo con él y él es él conmigo. Ambos somos y nos agrada. Tengo mi propia habitación, mi propia ropa, mis propias cosas y, para ser sinceros, me gusta mucho más mi espacio en el departamento de Yoongi que en la casa de mis padres.

Y tal vez esto es muy arriesgado, pero tengo la edad suficiente para salirme de la casa de mis padres y mudarme.

¿Mudarme con Yoongi?

No, eso sería peligroso.

— ¡Jiminnie! — Eunha gritó desde la mesa del bar en cuanto nos vio entrar a Yoongi y a mi por la puerta, envueltos en nuestros abrigos, porque a pesar de la época del año, esa noche en particular hacía viento.

Le sonreí a lo lejano y levanté una de mis manos para saludarla. Ambos caminamos entre las mesas restantes, las personas y los meseros para llegar a la mesa. Jin seguía ahí y varios de nuestros compañeros también, los cuales sorprendentemente se emocionaron al verlo. Yo no percibo el cambio pero mis compañeros sí que lo hacen cuando dicen que Yoongi ha cambiado.

Recuerdo la primera ve que me encontré con Yoongi. Él era una persona sumamente recta, puedo decir que tenía toda una apariencia y aura fría rodeándole. A veces cuando me molesta le recuerdo que no quería hacerme la prueba de canto y entonces él me consiente mucho. Pero ahora que lo conozco puedo ver a una persona tan suave como un pastel; con una personalidad similar a la de un gato, al que le gustan los mimos pero también que requiere su propio espacio personal. Tal vez un poco de lo primero lo han comenzado a notar mis compañeros y por eso ahora se sienten con un poco mas de libertad y agrado estando con Yoongi y eso también me agrada.

Mis compañeros se recorrieron en uno de los costados de la mesa para dejar un par de lugares libres juntos. Uno para mi y otro para Yoongi, ambos nos sentamos y tratamos de unirnos a las conversaciones.

— Vaya, Profesor Min en toda mi estadía en la escuela no me imaginaba qué le gustaría beber y menos acompañado de todos nosotros. — Una de mis compañeras soltó aquel comentario de manera divertida mientras sonreía y tomaba de la botella de cerveza que tenía. Claramente no solo ella comenzaba a entrar en un estado de ebriedad, si no todo mis compañeros y Yoongi y yo éramos los únicos sobrios en la mesa.

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