• I love your VOICE and your MOANS •

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No supe en que momento me había quedado dormido. No recuerdo cuando dejé de sollozar, ni tampoco el momento exacto en el que me dormí, pero lo hice. Parecía ser que había llorado con tanta intensidad que me había quedado dormido, tan profundo que cuando desperté, ya era de día. El sol se colaba por el ventanal de mi habitación y sus rayos calentaban mi cunero.

Yoongi no estaba ahí, y por un segundo mi corazón se paralizó, pero entonces, antes de que yo pudiera soltar un "Papi" y lo llamara, pude escucharlo entrar a la habitación.

— Buenos días, mi amor. ¿Lograste descansar?

Y yo tenía un pequeño puchero en mis labios, sabía que tenía los ojos hinchados y la nariz roja por tanto llorar, pero aún así, quería muchos mimos, abrazos y cariños, porque algo dentro mío faltaba, estaba roto.

Estiré mis brazos a la par que asentía con mi cabeza y entonces Yoongi simplemente sonrió antes de tomarme en brazos con todo y copito para llevarme a la mecedora que estaba en una de las esquinas de la habitación.

A penas se sentó conmigo en su regazo, extendió una de sus manos para alcanzar uno de los chupetes que tenía en la mesita de noche y poder entregarmelo. Yo había dormido toda la noche con mi dedo en la boca, así que esto me alivianaba un montón.

— Tuyo, tuyo, bebé. — Dijo y lo puso en mis labios, para después besarme la frente.

Yoongi comenzó a moverse en la mecedora y yo cerré los ojos. Quería seguir durmiendo, tal vez quería dormir para siempre. Yoongi acarició mi cabello una vez más para mimarme.

— Tu teléfono no ha dejado de sonar y Hoseok me ha llamado por la noche preguntándome si estabas aquí, le he dicho que sí, pero no he comentado nada más. ¿Esta todo bien? — Yoongi dijo con una voz dulce y yo oculté mi rostro en la curvatura de su cuello.

— No, no esta bien, pero yo estoy bien contigo. — Dije por lo bajo.

Esa tarde, mi papi no me preguntó más, ni siquiera me pidió ir a clases con él. Me dejó permanecer en casa, dormir, comer y pude terminar de ver mi serie.

Eran las cuatro de la tarde cuando mi teléfono volvió a sonar y aunque yo no pensaba contestar porque sabía que eran mis padres, termino siendo Taehyung por segunda vez en el día y yo sabía que tenía que responder.

— Aló.

— Jimin, dioses, estaba tan preocupado. — Taehyung suspiro a través de la línea y yo me recosté en el sofa.— Tus padres me llamaron sin cansancio, no sabíamos donde estabas. Juro que si Hoseok no le hubiera llamado a Yoongi, en este momento estarías en todos los periódicos de Corea.

— Tranquilo, exagerado, estoy con Yoongi. — Le tranquilicé mientras sonreía y abrazaba a copito.— ¿Mis padres saben que estoy aquí?

— Claro que no, les dije que estabas conmigo.

Joder, Taehyung definitivamente es mi mejor amigo, no importa que.

— ¿Qué ha pasado? No me han dicho nada y tampoco quise preguntar pero Hoseok y yo estamos muy conf...

— Me fui de casa.

Hubo un lapso de silencio muy pequeño antes de que escuchara a Taehyung gritar.

— ¡¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?!

Me quedé callado mientras escuchaba a Taehyung gritar con una combinación entre emoción y euforia, como si estuviera realmente feliz por la noticia, pero existía toda una historia obscura detrás de ello.