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— Park Jimin.

Bendito el día que no comience con un tercero mencionando mi nombre.

Me levante de mi asiento, justo a un costado de Jin quien recién iba retomando su lugar. Nos encontrábamos en las primeras preliminares, las cuales suceden para que, de los 7 alumnos seleccionados por las escuelas, únicamente 3 compitan a nivel nacional y televisado.

Y aunque esto era una depuración, debo admitir que había una buena cantidad de asistentes como público general, entre ellos mis padres que habían aterrizado hacia solo unas cuantas horas.

— Cuando este listo. — La encargada principal del panel de jueces habló, y entonces la pista comenzó a sonar.

Mi ojos se centraron en la multitud de gente que me rodeaba. No eran familiares de la escuela ni tampoco mis mismos compañeros de clase como en los festivales que había estado. Era gente común y corriente que quería presenciar mi canto y ello me estaba poniendo nervioso.

No soy fanático de ser el centro de la situación, sobretodo porque sentir las miradas en mi me da la impresión de que estoy siendo juzgado. ¿Cómo no sentirlo? Por todo un año ocurrió así. Fui juzgado por mi sexualidad, y también mis padres juzgaron aquello que me encantaba: la música. Es imposible no sentir que no solo el jurado me estaría evaluando.

Así que creo que es completamente válido.

— ¿Park Jimin?

Sacudí mi cabeza, terminando la mirada perdida que tenía y el mar de pensamientos en mi cabeza.

— Por favor continúe. — La encargada dijo y yo temblé.

Mis pensamientos habían hecho que mi concentración se fuera a la mierda y que los nervios se apoderarán de mi. Mi mirada se centro en la de Yoongi, quien estaba sentado en primera fila, mirándome por igual y podía leer sus labios. 

"Hazlo, Jimin, canta ya." Podía leer que decía y decía, hasta que logre salir de ese transe.

La pista volvió a sonar, sin ningún tipo de voz guía y era una canción que había ensayado con Yoongi por todo un mes, pero ahora parecía lejana. No podía recordarlo de del todo.

"Cierra los ojos y canta." Leí una vez más en los labios de Yoongi, y yo confíe en él.

Únicamente pude cantar con los ojos cerrados, tomando todo el valor que podía tener. Cerré los ojos frente al micrófono y me deje llevar.

Pensaba en todas las veces que había ensayado con mi papi. No solo esta canción, si no desde la primera clase. Como sus ojos se centraban en mi, como colocaba su mano en mi abdomen para regular mi respiración al cantar y como me hacía extender mi espalda para mantener una postura adecuada y que todo fluyeron de buena manera. Como a veces jugábamos, él tomaba mis manos para hacerme sentir seguro y a veces reíamos mucho solo por mirarnos. Porque cuando uno tiene una conexión como esta, a veces solo siente la felicidad en sus venas.

A veces solo existo, me siento en las nubes y floto tan alto, que lo único que me sostiene a la realidad es un hilo largo llamado Yoongi. Que me mantiene firme, me da seguridad, me cuida y me proteje.

¿Cómo no voy a estar feliz con una persona así a mi lado? ¿Tienen idea de lo afortunado que soy y cuanto me provoca ser consciente de ello? No lo creo, pero si la tienen, son afortunados por igual.

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