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𝐃 𝐔 𝐑 𝐀 𝐂 𝐈 𝐎́ 𝐍

La habitación de Yoongi es muy cálida por las mañanas, y fresca por las tardes. Tal vez es porque el sol calienta por la ventana temprano y por las tardes es únicamente la resolana lo que tenemos. Pero por alguna razón, yo siempre me siento cálido en su hogar. Me siento cómodo, seguro y pleno.

Al abrir mis ojos, los rayos del sol a través de la ventana era aquello que me despertaba. Había sido así la mañana anterior, y está. Posiblemente este es mi lugar en la cama, siempre será así, pero no me disgusta.

Había pasado ya un par de días dentro del departamento de Yoongi y todo me era fascinante. No es más grande que la mansión de los Park, en definitiva, pero no he tenido la necesidad de salir en días, no me aburro, no me cansa, no me desespera, me siento cómodo y tal vez es esto a lo que la gente llama hogar.

— Mhnm... Buenos días, cariño. — la voz gruesa de Yoongi me encanta, más por las mañanas, porque es tan natural que parece casi irreal.

— Buenos días papi. — Me gire sobre la cama y besé sus labios un par de veces. Besitos cortitos, pequeños y bonitos, como sabía que le gustaban. Tome sus mejillas y las acaricie un poco. Me había dado los buenos días, pero seguía con los ojos cerrados y sus manos rodeando mi cintura.

El enterizo bonito de lunas, nubes y estrellas estaba aún sobre mi cuerpo, con un par de botones desabrochados y con la parte inferior ligeramente desacomoda. Sí, sí, es que Yoongi y yo habíamos intimado una vez más en la madrugada y desvestirme no era una opción.

Deje que Yoongi volviera a dormir, mientras yo besaba la punta de su nariz y sus labios, sin separarme de él. Me abrace a su cuerpo y me acurruque sobre su pecho.

Miré el techo unos segundos, pensando que en definitiva, tiempo atrás no habría tenido en mente un futuro así. Cuando salí de Estados Unidos, me imaginaba un futuro realmente gris en donde, no solo me tomaría tiempo acostumbrarme a una nueva vida, si no también tener que suprimir mis sueños y deseos porque no era lo correcto. Es algo que sé hacer, porque viviendo en orfanatos y familias temporales, uno prende a ir guardando sus gustos, sus secretos y sueños. Pero cuando a uno lo adoptaban, esperaba poder ser quien quisiera con su familia, con su nueva familia, aunque esté no era el caso.

No hay que mal interpretar porque los Park no han sido malos conmigo, al contrario, creo que son unos buenos padres, simplemente son buenos padres para otro hijo, tal vez.

Mientras pensaba en eso, mi vista paso del techo al baño, y entonces mire la puerta blanca una vez más. Y entretenerme pensando en quien había sido Roomie* de Yoongi, que pensar en suprimir mi deseo a ser músico o tener una pareja del mismo sexo.

Hoseok tenía pinta de haber vivido con Yoongi, es más, yo pensaba que aún vivían juntos, así que tal vez esa había sido su habitación tiempo atrás. Pero, ¿Y si no? ¿Y si Hoseok no era en quien debía pensar? ¿Cómo eran los demás amigos de Yoongi? En realidad yo no los conocía mucho.

Que él no conociera a mis amigos estaba bien, porque yo solo tengo dos amigos, Jin y Taehyung, pero... ¿Y si el tiene más amigos que solo Hoseok? Sabía de un tal Namjoon que era del que más hablaba con Hoseok, y un Jooheon que también salía a colación a veces en sus conversaciones, pero a ciencia cierta, yo nunca los había visto.

No podíamos ser pareja si nos ocultariamos ese tipo de cosas y todo empezaba por:

— Papi... ¿Que hay detrás de la puerta del baño? — Me animé a preguntar después de mi nerviosismo. Es que no podía pasar un segundo más sin saberlo, y si el realmente iba en serio conmigo, no quería secretos de por medio.

Tal vez Yoongi seguia dormido, pero lo había despertado con la pregunta. No podía pasar ni un segundo más sin saber.

— Bueno... — Yoongi habló después de un bostezo largo, donde me apretó contra su cuerpo en un abrazo.