Nunca antes me había venido tan rico como esa jodida tarde. Nunca.
No importaba la cantidad de chicos con la que había estado, ni sus edades, ni el maldito lugar donde lo habíamos hecho, porque ningún orgasmo me había dejado tan satisfecho, tan completo, y sobre todo, ansiando por más en el preciso instante en el que había terminado y mis piernas temblaban.
No sé si era por esa maldita palabra que había usado y lo malditamente bien que se sintió hacerlo, o por el hecho de que había sido Min Yoongi quien me había llevado al orgasmo.
Para cuando mire por el ventanal de la sala de estar, ya era noche. El cielo era oscuro y las estrellas ya habían salido a iluminar el camino. 19:46 peme. Sí definitivamente iba tarde, pero esta vez, ningún regaño me iba a importar. Lo había conseguido.
El choque metálico de la hebilla del cinturón me hizo girarme a ver la figura esbelta y marcada de mi profesor. Sus cabellos negros y la manera en qué las venas de sus manos se marcaban cuando ejercía una pequeña y simple presión en el accesorio.
— Así que... Te gustan esas cosas de Daddy, ¿Eh?
Rompí el silencio nada tenso mirando hacia mi izquierda, en la continuidad del sofá y mirando su expresión. Sonrió con ligereza, sin mirarme, e incluso bufó un tanto divertido.
Su cuerpo hundió el costado izquierdo de dónde me encontraba, y sus ojos se posaron en mi cuerpo mientras yo me colocaba la playera blanca encima. Y acomodaba mi ropa intima en mis caderas.
— Podemos evitarlo, si quieres, no ten-
— Shh.
Antes de que acabará de hablar, coloque mis manos en sus hombros y me senté a horcajadas en su regazo. Mis piernas aún desnudas estaban a cada costado de sus caderas y mis glúteos contra sus muslos. Mis labios rozaban solo un poco con los suyos, y me gustaba, mantener su mirada en la mía.
— Me gusta, está bien, Paaa-pi.
Después de dividir aquella palabra el sílabas y remarcárla, fue él quien junto nuestros labios en un demandante beso. Sus manos se estamparon contra mis glúteos y después de estrujalárlos, ayudo a crear un lindo vaivén al mover mis caderas.
Este era precisamente el Jimin que yo mismo extrañaba.
— No puedo creerlo, joder, Jimin, esto merece que nos vayamos de fiesta toda la noche.
Taehyung sostenía su capuchino con fresas en una mano mientras me miraba sorprendido por lo que acababa de decirle. Por mi parte, yo vaciaba un sobre de azúcar sobre mi frappé.
Nunca podría haber confiado en alguien como Taehyung para expresarle lo que acababa de ocurrir solo una tarde antes. Cualquiera habría mandado un mensaje de texto o una llamada, pero yo necesitaba hablar con él frente a frente, soltar sonrisas, carcajadas y emoción frente suyo. Y no me estaba defraudando. Después de aquella tarde, al volver a casa toda mi mente se había vuelto un desastre de pensamientos negativos. Pensando en que disfrutar que te follen por el culo no es precisamente algo bueno, ni aplaudible, mucho menos orgulloso. Inclusive, llore un poco. ¿Por qué si lo había disfrutado tanto, me sentía tan culpable?
Pero ahí estaba mi mejor amigo diciéndome lo orgulloso que estaba de mi y cuanto ansiaba que le contará cada maldito detalle. Todo un sucio.
— Simplemente no había cogido tan rico y bien en tanto tiempo. — Me limité a decir mientras daba un sorbo a mi café.
Si alguien me hubiera dicho que estaría dos años y medio después de un fatídico encuentro en el mismo café donde todo comenzó, platicando como había tenido la mejor cogida de mi vida, no lo creería, pero era cierto.
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• I love your VOICE and your MOANS •
FanfictionDos padres homofóbicos. Un hijo homosexual. Y un profesor bastante sexy. 📚🎼 • La idea base es una confesión de una app, sin embargo la trama y los personajes son parte de mi autoría. • Lenguaje explícito. 🔞 • Contenido sexual presente. 🔞 • Y...