ㅡSé que no es igual de emocionante que la escuela, pero...ㅡ la voz de papá me hace alzar la vista, con los ojos rojos lo observo, y dejo que envuelva mis hombros con uno de sus brazos. ㅡAún puedes seguir dedicándote a lo que más te gusta hacer.
Me acerca a las manos un estuche, y lo reconozco al instante.
Está desgastado, y viejo. Pero era obvio, después de tantos años encerrado en el garage de la casa, fue este el resultado que obtuvo. Lo abro y sonrío, divisando uno a uno, los lápices con los que mi padre estuvo dibujando desde que era adolescente.
ㅡPapá... No puedes darme estoㅡ interfiero con su decisión.
ㅡDibuja, anda. Podrás hacerlo mejor que yo. Y cuando llegue el momento, triunfarás y recordarás estos viejos lapiceros que alguna vez te regaló tu padre.
La sensación no era nueva, pero seguía siendo dolorosa. Mis lágrimas corren como suelen hacerlo siempre y mojan la ropa del castaño, atravesando la ligera tela de algodón.
Nos hubiéramos quedado de esta forma más tiempo de no ser porque Hinami aterrizó en la entrada de la casa y se inclinó también, preguntando por mi evidente estado emocional desquebrajado. Pero no dije nada, tan solo me levanté y me refugié en la habitación. Necesitaba tiempo para estar sola, necesitaba tiempo para pensar.
Y así transcurrió el resto de la tarde, encerrada y triste. Despedazada y adolorida. Yuta ni siquiera tocó a mi puerta, ni me llamó, lo cual agradecí. Él sabía que no quería saber nada de nadie en ese momento.
Tampoco mi docente se interpuso en mi camino, ni en mi duelo, también me dio mi espacio.
Poco a poco estaba perdiendo a las únicas personas que creían en mi. Empecé con mi madre, con Jeno, y por último con mi padre. ¿Qué más me faltaba por perder?
¿Cuándo una persona está lo suficientemente rota?
Parecía que aún me faltaba mucho para descubrirlo. Y pensar que aún tengo unas cuantas horas para asistir a ese funeral...
Me congela los huesos.
❤️❤️❤️
Mi maestra se encuentra en el último piso apenas bajo los escalones. Después de pasar de largo hacia mi cuarto y escoger el vestido más cómodo que encuentro, guardo mi celular en mi bolsa y me coloco un abrigo encima. Estoy a tiempo de llegar a la ceremonia si tomo un taxi rápido.
Y aunque no está en mis planes quedarme tanto, me tomé la molestia de comprar un pequeño ramo de flores blancas. Sentía que no podría despedirme de papá sin dejarle un regalo, justo como él me dió uno, para impulsar mi sueño unos cuantos años atrás.
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arôme de rose » nakamoto yuta, lee jeno
Fanfiction❝Tu aroma se disipó en el aire, tus mentiras ahora solo son ecos que resuenan en mis oídos, y las huellas de tus dedos, lejos de yacer simplemente en mi piel, ahora solo se aferran con fuerza, quemándome.❞ S E G U N D O L I B R O Kita Nanami ya n...