f o r t y e i g h t

1.5K 138 106
                                    

La fusión de sus labios contra los míos desencadena una sucesión de emociones contradictorias en mi organismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La fusión de sus labios contra los míos desencadena una sucesión de emociones contradictorias en mi organismo. La manera en la que su boca se mueve contra la mía, tan dulce y desesperada, me deja sin aliento. Un cosquilleo terriblemente conocido me recorre la cintura; sus fuertes manos me estrechan, uniendo nuestros cuerpos con un ágil movimiento. Su pecho y el mío se funden, al igual que sus dedos en mi desordenada cabellera.

No tengo escapatoria, pero tampoco se me pasa por la mente hacerlo. Probar el sabor del licor en su lengua es mucho mejor que darle un sorbo al mismo vino.

Nuestros corazones palpitan, sincronizados. Las respiraciones vienen por intervalos, mezclándose cada vez que nuestras narices se acarician. Los jadeos llegan inconscientemente.

Estamos desesperados por contacto, ansiosos por probar la boca del otro. Cada roce nos deja sedientos de más. Necesitados por pertenecerse, nuestros labios se abrazan una y otra vez, abriéndole paso a nuestras lenguas, que se escabullen intrusas para enredarse.

Mis manos no pueden quedarse quietas; se desplazan por su espalda, sus hombros y sus brazos, aferrándose cuando siento que las piernas no me pueden sostener el cuerpo, hasta que el aire comienza a ser insuficiente.

Nuestros labios se separan, dejando un hilo delgado de saliva en medio de nosotros. Luchamos por respirar unos momentos, sin poder dejar de mirarnos. En sus ojos dilatados puedo ver el deseo de llenar algo dentro suyo, de probarme una vez más y eso hace, no sin antes abrazar mi cintura para atraerme a su cuerpo. Un gemido se me escapa, al mismo tiempo que su garganta emite un gruñido. Estoy demasiado sensible y él lo sabe, también lo disfruta.

ーJeno...ーSuplico, jadeando contra su boca. No hay tiempo para mis reproches o mis intentos inútiles por negarme ante lo que siento, si voy a quedarme una noche más, voy a hacerlo de la manera que deseoーTócame.

Sus labios vuelven a devorar los míos, sin darme tiempo a pensar en nada. Me toma entre sus brazos, sosteniendo mis muslos al mismo tiempo que mis piernas se enredan en sus caderas, mientras nos desplazamos por las escaleras hacia la habitación más cercana.

Antes de aterrizar sobre la cama, sus manos se encargan de recorrer mi cuerpo con detenimiento, como si necesitara repasarlo para recordar cómo se sentía. Tira del resorte del pantalón que llevo puesto, deslizándolo lentamente por mis piernas. Luego, sus acciones se repiten con mi camisa. Me estremezco al sentir sus dedos fríos rozándome las costillas, pero le permito deshacerse de la estorbosa tela. Y me permito perder la cordura una vez más.

Desabotono su camisa, pegando mis labios a su cuello y escuchando su respiración agitada. Cuando llego al último de los botones, me detengo a mirar ese abdomen que nunca me habría permitido olvidar. El destello blanco de la noche baña nuestros cuerpos, como si la luna estuviera presenciando cada parte de nuestro encuentro. Jeno se despoja desesperadamente de su camisa, después me acaricia el rostro.

arôme de rose » nakamoto yuta, lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora