t w e n t y t w o

1.9K 188 1K
                                    

Jeno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jeno

Quince botellas de cerveza sobre la mesa de mi casa. Hyuck reposando sobre la superficie de mi sofá y Haru corriendo desesperado de un lado a otro por el piso, persiguiendo sus juguetes. Un pellizco al pollo frito que compramos un par de calles antes y luego risas, y luego llanto.

Y luego estoy yo, dándole otro trago al alcohol. Cuando siento el ardor en mi garganta, gruño y cierro los ojos, tallándome la frente.

ㅡ¿Y ella que hizo cuando te vió?ㅡ quiere indagar.

Hemos pasado una hora hablando de ella. Aún sigo sin poder creerme lo que vi. Y él sigue sin saciar sus ansias de saberlo todo.

ㅡLa vi nerviosa...ㅡ inconscientemente, una sonrisa se pinta en mi boca. ㅡLo pude notar; jugaba con sus dedos y apartaba la mirada de inmediato. Llevaba un vestido tan bonito... Y entonces apareció Nakamoto y se jodió todo.

ㅡEntonces... ¿Me estás diciendo que te portaste como un puto hielo solo para no verte como un imbécil?ㅡ Asiento, y él se ríe. ㅡJoder, Jeno... Eres un tonto.

ㅡ¿Ah, sí?ㅡ lo enfrento, arqueando mis cejas. ㅡ¿Y cómo esperabas que actuara, doctor corazón? Estaba trabajando, ¿entiendes? Trabajando.

ㅡPues hubieras sido un poquito más... Accesible. ¿Qué mierda fue eso de "no tienes que agradecerme nada"? Mínimo le hubieras dicho: claro, es un placer para mí trabajar para el amor de mi vida.

Me burlo, haciendo un ruido con mi boca.

ㅡLo mejor es esto, Hyuck. Si actúo de esta forma, ninguno de los dos puede salir lastimado como antes. Si cierro mi corazón y empiezo a actuar con la lógica...

Mi voz se detiene a causa de los ladridos de mi perrito, al cual veo correr hacia el teléfono de la casa cuando este empieza a sonar.

ㅡAhora vuelvoㅡ le digo al chico que se queda ahí, esperando.

Separo el aparato de la pared, y lo presiono contra mi oreja.

ㅡ¿Hola?

ㅡ¿Jeno?ㅡ Eunbi habla emocionada. ㅡYa estoy en el hotel, muchas gracias por invitarme.

Mis cejas se juntan, y mis labios se abren.

¿En el hotel? ¿Invitarla? ¿Qué?

No puedo ir a verte a tu casa ahora, porque el vuelo y la espera en la recepción me dejaron agotadaㅡ se ríe. ㅡPero mañana en la tarde te invito a cenar, ¿qué dices?

No respondo, pues mis orbes ahora se conectan con los de mi amigo, quién me observa como todo un chismoso desde donde está.

ㅡClaro. Descansa, Eunbi, te veré mañana
ㅡ trato de sonar lo más calmado que puedo y cuelgo el teléfono, antes de ir a colgar al imbécil que tengo enfrente.

arôme de rose » nakamoto yuta, lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora