❝Tu aroma se disipó en el aire, tus mentiras ahora solo son ecos que resuenan en mis oídos, y las huellas de tus dedos, lejos de yacer simplemente en mi piel, ahora solo se aferran con fuerza, quemándome.❞
S E G U N D O L I B R O
Kita Nanami ya n...
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Yuta
En ocasiones, mi mente me transporta a aquellos días de inmensa felicidad. Los recuerdos, los pensamientos y los sueños son casi tan reales como el dolor que se genera en mi pecho. Se dice que el cariño incondicional que siente una madre por su hijo es eterno e inquebrantable, incondicional y genuino. Sin embargo, he llegado a pensar que pocos son los que corren con la suerte de contar con una madre devota y amorosa.
Pocos son los momentos preciados que compartí con Nakamoto Sayuri antes de su partida. Antes de que otra persona tomara su cuerpo y la transformara en mi peor enemiga. Es verdad que la muerte de uno de tus padres duele, pero existe un sentimiento que rebasa infinitamente al luto, y ese es el de perder al otro en vida.
Presencié el fallecimiento de mi padre en esa gélida carretera, aquella tarde de un veintiocho de octubre. Y, tiempo después, asumí que mi madre se había ido con él.
Y después de tantos años, finalmente me entero de que esa mujer jamás había dejado de pensar en mi. Las palabras de mi tía resuenan en mi mente tantas veces que siento que puedo volverme loco. Y de pronto, estoy comenzando a sentir que hacer este viaje fue un error y una perdida de tiempo.
ーPor favor piénsalo, Yuta. Es tu madre, aun estás a tiempo de hablar con ellaーInsiste. Por la expresión que se dibuja en su rostro, se le ve preocupada. Las palabras se sienten como una amarga advertenciaーYa está muy grande y... Temo que no le quede mucho tiempo con nosotros. Por favor, hazlo por ti, necesitas cerrar esa herida lo antes posible o terminarás como ella.
ー¿Y si ella no quiere verme qué haré entonces, tía?ーPregunto, sin poder movermeー¿Y si las cosas no terminan bien? ¿Qué podría hacer si continúa despreciándome? ¿No has pensado en eso?
ーPorque ya he hablado con ella, YutaーExplica, sosteniéndome la mirada. Tal como lo espero, se acercaーMe dijo que no hay un solo momento en sus días en los cuales no pueda dejar de pensar en ti. Siempre me pregunta si tengo noticias tuyas... Si también estás en la política como tu padre... O si eres feliz en Tokio. Ella piensa que hablamos por teléfono.
El sentimiento que su confesión me provoca es tan inmenso, que de pronto siento que mis piernas no pueden sostener a mi cuerpo.
ーYuta, creo que tu tía tiene razónーNanami me sostiene la mano, buscando calmarmeーDeberíamos buscarla y no permitir que pase más tiempo.
Asiento, resignado.
ーYo sé que eres un buen hombreーAsegura mi tíaーY también sé que tu vida no ha sido fácil, por eso entiendo que tu corazón alberga tanto reencor... Pero ahora que te vuelvo a ver, hijo, sigo estando segura de que no has dejado de ser ese niño dulce al que tanto amé y cuidé.
