Una extraña sensación se instala en la boca del estómago, todo se retuerce en las entrañas. Nunca creí que vería en algún lugar a ese sujeto del cual hasta su nombre desconocía.
—Pero... ¿Cómo? —la pregunta de Tiffany logra sacarme del abrupto dónde estaba metida.
Pestañeo, sin dejar de ver el periódico, asegurándome de que lo que veo es real y no es una alucinación mía por estar pensando tantas cosas día con día.
—Eso es lo de menos, amiga, solo sé que es él y esta es como la segunda vez que lo veo en mi vida —confieso.
La mujer de ventas se impacienta, Tiffany se mantiene en silencio en lo que elijo la estufa con un pequeño horno. Juntas pagamos el total y ellos prometen llevarla por la tarde a la dirección que les proporciono.
Todo es robótico a partir de esa foto, termino tomando el periódico, llevándolo con nosotras. Caminamos por la acera sin la más mínima intención de tomar un bus, necesito caminar, despejar la mente según yo, sin embargo, la aparición de Thomas Murphy ronda una y otra vez por mi memoria.
—Se nota que ese sujeto es peligroso —masculla mi acompañante, me arrebata el periódico, centrándose en todo lo que dice —. Solo hay que verle el porte, mira los ojos, ¿Qué estás pensando hacer?
De mis labios abandona un gemido de puro cansancio.
Alcanzamos un pequeño parque donde tomamos asiento, yo escondo la cara entre las manos, dejando reposar los codos sobre las piernas.
Ni yo misma sé que pienso en estos momentos, por un lado, está la necesidad de Hope de conocer a su padre alguna vez, consecutivamente ha preguntado por su papá, la mentira de que trabaja mucho y vive fuera del país, cuando estamos en el mismo territorio, ni durará para siempre, Hope crecerá más y empezará a cuestionarse sobre eso, además...peligroso o no, se le nota que tiene dinero, él puede conseguir más rápido un donante de córneas.
—No lo sé...—suspiro.
Enderezo la espalda, esta vez voy contra el metal, mirando al cielo con las manos puestas sobre el abdomen.
Al menos hoy no tengo que trabajar.
Con los días aprendí a llamarlo así, no contar con quiénes te acuestas, no pensar, solo actuar.
—Hasta ahora has podido sacar a Hope adelante, podrás seguir, amiga, pero él no es una opción.
Vuelvo la vista hacia ella, el viento ondea nuestros cabellos, es cálido, las hojas se mueven volando en los aires, mantengo los ojos entrecerrados.
—¿Por qué no es una opción?
Tiffany pasea la vista de nuevo por las letras, lo que dice.
—Porque quizá quiera quitartela cuando compruebe que es su hija, es peligroso, tiene poder.
Solo pensarlo forma una roca en el estómago, la misma que me impide respirar por los siguientes segundos.
—No puede, yo saqué a Hope sola adelante, yo sigo haciéndolo, mi hija me tiene a mí, mi bebé es mía, tiene solo mi apellido.
Los ojos oscuros de Tiffany se dirigen con toda la comprensión y ternura hacia mí.
—Las leyes están a favor de quién tiene más dinero, amiga. Piensa bien lo que vas a hacer de ahora en adelante, nosotras sabemos por lo que has pasado, él no, ni la justicia y tampoco el dinero.
El dinero, a eso se resume todo, me enerva la sangre imaginar tal cosa. El sistema de justicia se ha vuelto una falacia. No soy menos, soy mucho, soy todo lo que Hope necesita.
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HOPE ©
General Fiction"Soñamos para tener esperanza. Dejar de soñar, bueno, eso es como decir que no se puede cambiar el destino" _ Amy Tan