Capítulo 40

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Shayna

Siete meses con mi hombrecito en el vientre, cuatro años siendo madre de una bebé hermosa, inteligente y que no me da dolores de cabeza y un año con cuatro meses casada con el hombre más maravilloso del mundo.

Al menos para nosotros que somos su familia, lo vemos como nuestro superhéroe.

Navidad, si, por primera vez tendré la maravilla de celebrar una época tan importante como esta, con las personas más importantes de mi vida.

Mi esposo y yo nos levantamos junto con la otra multitud a aplaudir con energía ante el acto.

Es el cierre de semestre y la celebración de las Pascuas en el colegio de nuestra hija.

Hope está participando en una obra de infantil de navidad, vestida como los tiempos antiguos y todo, ella es un hermoso ángel, es nuestro ángel en verdad, junto al otro angelito que no deja de patear y tal vez esté festejando a su hermanita por igual.

Fueron días buscándole el traje ideal, de tienda en tienda hasta que al fin lo conseguimos después de que fuera muy selectiva, hoy luce como irreal.

El cabello lo trae suelto, llega hasta su cintura, la túnica, porque es una túnica en color blanco se cruza por uno de sus brazos, dándole la vuelta a la cintura, para que después la tela caiga en cascadas, arrastrándose dándole la magia que necesita, junto a una capa con cobertor en la cabeza, del mismo color.

Creo que en verdad mi esposo mandó a hacer ese traje así él diga que no. Era el único en la tienda y de casualidad por su insistencia entramos.

—¡Eso es hija, princesita, tu puedes! ¡Muy bien! —grita Dante, dándole ánimos.

Nos busca en el público en una línea fuera del guion.

—¡Increíble, mi luz, lo estás haciendo muy bien! —sigo aplaudiendo.

Dice sus diálogos perfectamente, puede incluso correr ya. Soy una mujer realizada y súper feliz con mi familia.

También nostálgica por mi pequeño hombrecito, las hormonas suelen jugar de aquel modo.

Algunas mujeres que son lo suficientemente molestas, cuchichean al lado, cosas como: "Quién la ve y era una cabaretera" "La mona, aunque se vista de seda, mona se queda" "Es una corriente" "Se cree la gran señora"

El problema con ellas es que al parecer no tienen suficiente con sus vidas y quieren llevar la mía o tal vez critican porque quieren o anhelan tener algo de lo que yo tengo. Las personas mayormente hablan de ti cuando no tienen lo mismo, te tienen envidia.

Pero yo no me creo no, soy una gran señora y por eso antes de sentarme, con los mismos aires que me dan ser una gran señora, bato todo mi cabello hacia atrás, disfruto más cuando Dante no deja de mimarme, abrazándome, dándome besos en la frente o tocando mi vientre abultado ya de siete meses.

Soy una embarazada un poquito rara, ya que entramos en etapa de invierno, está haciendo frío, cae la nieve, visto de acuerdo a la época, sin embargo, con ropa cómoda y que sea ajustada la mayoría de veces, Dante suele decirme que me veo muy sexy mostrando mi pancita. No hay nada más alentador en la etapa del embarazo que tú pareja te diga cosas así, no solo palabras, sino demostraciones que suele hacer muy seguido.

Para mi hermoso esposo sigo siendo atractiva, sexy, hermosa...muchos adjetivos que no hacen más que mantenerme por las nubes.

Estoy viviendo momentos inigualables y ni siquiera los comentarios mal intencionados van a cambiarlo.

La actuación culmina, nuestra hija no duda en correr hacia nosotros, su padre la atrapa en el aire haciéndola reír.

—¿Cómo estuve? —indaga.

HOPE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora