Capítulo 6

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Despierto por el fuerte olor, recostada en el sillón de la habitación donde está Hope.

Me nuevo tan rápido que un mareo me sobrecoge, otra vez vienen a mi socorro.

Hope duerme aún, gracias a Dios mi bebé está ajena aún sobre todo lo que tiene.

—Tranquila, Shayna, Hope sigue dormida —me sienta Norah.

El doctor sigue presente, esperando el momento indicado para seguir, ¿pero cuál momento es el indicado? Ninguno.

Como madre y ser humano no estoy preparada para todo esto, nunca lo estaré. Una parte de mí se niega a creer que Hope puede quedarse ciega sino aparecen esas corneas, que mi niña será sometida muy seguido a procedimientos médicos dolorosos.

Otro sollozo abandona mis labios, tapo mi boca, Hope debe seguir durmiendo, vivir en su pequeño mundo donde es una bebé feliz, tranquila, que solo piense que próxima cosita de Frozen quiere.

—Doctor, ¿Dónde podemos conseguir los medicamentos para Hope? —pregunta Rodrigo, haciendo frente.

He estado tan absorta en la noticia que pasé por alto ese dato.

Sus medicamentos.

—Por lo regular el seguro cubre un cuarenta o treinta por ciento en la farmacia, son costosos —aclara.

—El precio no importa —hallo mi voz —. Haré lo que sea para obtenerlos.

Mi determinación es muy clara, mi hija estará bien, de eso voy a encargarme.

—¿Puede hacernos una receta? —indaga Travis —. Podemos ir a hacer una cotización de los medicamentos, así tendremos una idea.

El doctor saca un recetario.

—Por supuesto joven —su lapicero se mueve rápido contra la pequeña hoja.

Aprieto el dobladillo de mi suéter con fuerza, los dientes castañean por la misma.

—Doctor —interrumpo llegando hasta él —. Inicie cuanto antes con el tratamiento de Hope —pido —. Solo dígame costo o que debo hacer, Hope ya ve poco.

El doctor me extiende el recetario, al menos hay seis medicamentos escritos ahí.

Tengo algunos dólares en mi cartera aún y en mi cuenta de banco.

—Rodrigo y yo iremos a la farmacia a cotizar esto, esperen aquí —Travis me quita la hoja dándome un beso en la frente.

Ellos son la familia que me abandonó y los hermanos varones que no tuve.

—Vayan y regresen —la seguridad está regresando a mi —. El seguro de Hope está en emergencias, cualquier cosas del pago me dicen.

Ellos asiente desapareciendo así como lo hacen.

El doctor se acerca a la camilla de Hope, donde controla el flujo del suero, también inspecciona los cantos de sus ojos.

—El procedimiento de drenaje cuesta alrededor de trescientos dólares con el seguro —trago saliva —. Los lentes debe tenerlos un día después o antes de que termine la mini cirugía, son lentes especiales, tendrán antirreflejos, bajo la luz del día se pondrán oscuros para la protección de sus ojos, otros trescientos dólares.

Asiento.

No tengo todo ese dinero, aún así estoy segura que lo conseguiré y Hope tendrá todo lo que necesita.

—Prepare todo doctor, para que mañana mismo drenen a mi hija —aseguro —. El dinero estará a tiempo.

El doctor Clinton asiente en nuestra dirección, las mujeres están dándome fuerzas, las que necesito, aunque todas saben que Hope es mi motor, mi niña me da fortaleza.

HOPE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora