Sophie regresa con dos tazas calientes de té y la cafetera repleta del mismo, con unas barras de chocolates las cuales agradezco haya traído porque creo que se me bajó la tensión, la azúcar y todo junto.
Estoy fría, tiesa, pensativa.
Son casi las cuatro de la mañana en lo que Sophie y yo bebemos té en silencio, comemos chocolate en grandes proporciones.
Parece leerme, se levanta al clóset volviendo con una frazada en la cual nos envolvemos para entrar en calor. Es lo único bueno de esta casa, de esta familia.
—Hace mucho tiempo he querido escapar, ¿Sabes? —hablamos en susurros, para no despertar a Hope que duerme inocente ignorando que la acaban de amenazar por una estúpida herencia maldita.
—¿Por qué no lo has hecho?
Se limpia una lágrima, sarcástica.
—Esta familia, de todos los lados sanguíneos que tenemos es la más poderosa, además, la perfecta imagen de unidos no se puede romper, aunque no entiendo a qué viene eso sí Charlie desaparece incluso por años volviendo cuando se le da la gana.
No me gusta siquiera que lo mencionen, la mera pronunciación solo evoca recuerdos los cuales torturan seguido mi mentalidad, hiriendo, teniendo presente el susurro de sus amenazas e imposiciones.
Al menos voy a aprovechar lo de salir de aquí, tengo que hablar con alguien o de lo contrario me volveré loca, necesito una salida, una opción, porque ya me chantajearon hasta el punto de prácticamente obligarme a hacer eso, no quiero que se repita y mucho menos sucumbir a las peticiones del otro demente recién llegado.
—¿Por qué tanto empeño en una fachada falsa? —indago, jugando con su bonito cabello rizo.
Sophie sacó la belleza y elegancia de la señora Diane, Tracy y los demás al padre.
—Era muy pequeña para recordarlo todo, solo sé que alguna vez estuvimos en boca de todos, cosa que nos costó prestigio, negocios y ascensos, fue antes de que padre cayera enfermo. Aunque las andanzas de Charlie llaman a los periodistas sin levantar el teléfono.
Por eso los sitios web cuando se cuestionan de acontecimientos que ante todos es una falta de respeto refiriéndose a tan honorables personas, aparecen vacíos.
—Entonces, Charlie no pertenece a la generación de profesionales del derecho —intuyo.
Sophie sacude la cabeza.
—Por el contrario, Charlie es el abogado penalista más despiadado que te puedas imaginar —eso me produce escalofríos, ¿Cómo un abogado penalista trata tan mal a una mujer, humilla, quiere hacer lo que se le antoja, amenaza y encima intimida? Quizá por eso mismo, es despiadado —. Es solo que Thomas y él mantienen eso desde que tengo uso de razón por ver quién es mejor, mientras Thomas quiere mantener el orden cósmico a Charlie no le importa destruirlo todo por sus intereses. Es la oveja negra de la familia, padre y él peleaban todo el tiempo. Ante todo eso Charlie tiene un lado no tan malo.
Lo dudo, alguien como él no es bueno ni con sopitas de condimentos, a kilómetros se distingue la maldad en él.
Quedo más que pensativa en lo que busco mi mochila habitual, recogiendo lo que usaré en el día, tengo una cita para cenar o merendar, quiero ser yo, sin ropa costosa recordándome el infierno que estoy viviendo, con mis cosas.
El morado desapareció gracias a los medicamentos que Merylin solía proporcionarme mientras trabaja con ellas, echo por si acaso un neceser de maquillaje, iré con mis cosas, tengo ropa decente, nada costosa, pero si bonita y que compré yo, con mi esfuerzo y sudor.
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HOPE ©
Ficción General"Soñamos para tener esperanza. Dejar de soñar, bueno, eso es como decir que no se puede cambiar el destino" _ Amy Tan