"Todo va a estar bien..."

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NATHAN

¿Dónde diablos estás metida Kayla? ¿Por qué no me contestas?, pregunto para mí mismo mientras voy conduciendo como loco para la empresa de ella. Dios, espero que esa loca no se haya atrevido a hacerle nada. Fui hasta su apartamento para saber si estaba bien y los guardaespaldas me indicaron que había salido en su coche y que no avisó para dónde, pero que les habían mencionado que primero tenía que ir a la compañía a recoger a alguien. Es que ella es especial, justo hoy tiene que irse sola. Fue Ryan quien me contó lo sucedido. Me llamó a mi oficina escandalizado porque Rafael le había contado que su prima era obsesiva con las personas que le gustan. Y que a ella le encantaba su jefa, ósea Kayla. Luego, se difundió en los medios que encontraron a una empleada de la empresa CrossMicawell Publishing & Design muerta en un basurero. Ryan identifica a la secretaria de Kayla y va a las autoridades. Le cuenta a la policía lo que sabe de Cristina, incluyendo que Mikeyla y Cristina eran pareja. También les dijo que esta última es una loca obsesiva... Y ahí empezó el caos. Cuando Ryan me dice el movimiento extraño en la discoteca anoche entre ellas dos, no dudé en concluir que si lo que decía Rafael era verdad, esa tipa está obsesionada con Kayla. Ella es demasiado distraída como para darse cuenta. Me volví loco llamándola, pero no contestó. Llego a la empresa y voy hacia el guardia de seguridad. Le pregunto que si ha visto a la dueña por aquí y me indica que hace más de hora y media recogió a su asistente y se fueron juntas.... ¡Maldita sea! ¿Para dónde habrán ido?

Llamo a Ryan para que le pregunte a su amigo en dónde diablos vive Cristina. Una vez lo hace, me dice que lo recoja en el cuartel para que nos vayamos juntos. Conduzco a toda velocidad hasta la urbanización... Llegamos y... ¡MALDITA SEA! Es de acceso controlado...

CRISTINA

Odio tener que haber llegado a estos extremos; amordazarla y amarrarla. No entiendo, si justo ayer se dejaba acariciar por mí sin necesidad de esto. Dios, ella es hermosa. Nada más verle esos senos y esa vagina hacen que me lubrique de una manera increíble. Su olor me embruja... Su sabor me embriaga. Está llorando y eso me parte el alma en dos. No te preocupes mi cielo, que yo sanaré tu dolor... Le voy hacer el amor de una manera hermosa para que lo olvide todo. ¿Cómo no voy a amarla, si ella es perfecta? Es exitosa, responsable, tierna, hermosa... Tanto o igual que Deliz. Tengo que hacer que se quede quieta para poder disfrutarla suavemente. Tengo un sedante que va a funcionar. Solo para calmarla; quiero que esté despierta y sienta todas las cosas hermosas que mis caricias le van a provocar. Ya que no puede gritar, le quito la cinta adhesiva para poder besarla. Tiene unos labios preciosos. La beso y siento algo que no puedo expresar con palabras. Paso la rosa blanca por su hermoso cuerpo. Hago círculos alrededor de su pezón y este se endurece. Mmm qué belleza. Pongo mi boca en su areola y la succiono. Ahora la muerdo ligeramente. Mmm cómo me encanta. Sigo descendiendo hasta su ombligo... Más abajo hasta su perfecto cielo. Oh Kayla, aquí abajo encuentro la gloria. Necesito bautizarme con tus aguas...beberlas para purificarme... Le abro las piernas y justo aquí he encontrado mi salvación... Mi redención. Me sumerjo y comienzo una danza divina con mi lengua. Corrientes de aguas benditas caen a mi boca y yo más me purifico, más bendecida soy... Quiero pronunciar el nombre de la diosa que me está echando su bendición. Por eso me quito la ropa y me coloco encima de ella; su cielo debajo de mi luna. Comienzo a moverme suave, despacio, sintiendo cómo su divinidad roza mi ser... Tengo que aumentar el ritmo. El cielo se transforma en el mismísimo infierno; está muy caliente. Aumenta la velocidad y mis ganas de gritar su nombre también... Mis senos se unieron a la danza divina... Sigo... Más, quiero más... Mucho más... Oh mi diosa... Esta es mi oración para ti... Y de un momento a otro ya estoy volando cómo los ángeles celestiales... Pronunciando su nombre, sus aguas se fusionan con las mías... Esto es magistral, divino...

KAYLA

Todo me da vueltas, tengo náuseas, no tengo fuerzas... ¿Qué me inyectó esta psicópata? Mis intentos por sacarla de encima mío son inútiles... ¿Ella está cabalgando encima de mí? ¿Pero qué le pasa a esta anormal? Sus gemidos, creo que son sus gemidos, los escucho muy lejos... Me está besando... De repente ella se ¿está elevando por lo aires? ¿Qué carajos? De repente unos ojos verdes, nada que ver con los de Cristina, se posan en mí. El sentimiento de seguridad se instala en mí... Escucho una voz casi ancestral que me dice -Todo estará bien, mi amor- Y con esa voz me voy de este mundo...

NATHAN

Ver a la psicópata encima de ella desnuda, hizo que una rabia pasara por mi sangre. La escena me hizo recordar aquella época... El coraje fue tal que la agarre por los pelos y la tiré al suelo de un solo golpe. Mientras Ryan se encarga de ella en el piso, yo desato a Kayla. Dios, verla así es más duro de lo que podría imaginar. Solo en este entonces me reclamé a mí mismo que no tenía porqué haberme ido de su apartamento. Tenía que haberme quedado e insistido un poco más. De esta manera esta loca enferma no le hubiese hecho esto. Le susurro al oído: ― Todo estará bien, mi amor― Justo ahí se desploma. La tomo en mis brazos y veo que Ryan tiene a Cristina sujeta, apunto de amarrarla...

― ¡Suéltala, cabrón! Ella es mía. No la toques, imbécil. No la ensucies con tus asquerosas manos― escupe Cristina

― Eres una jodía loca, psicópata, enferma mental, ¿cómo pudiste hacerle esto?

― Te aseguro que le hice mejores cosas que tú― ríe desquiciadamente

― Cállate, asquerosa― espeta Ryan y sin reparos, le da una cachetada― Nathan, llama de nuevo a la policía y luego lleva a Kayla al hospital si la ambulancia se tarda un minuto más― me ordena

― En eso estoy, ¿lo tienes todo bajo control?

― Sí, vete. A esta enferma primero la mato antes de que se me escape.

― Acaba de llegar la policía.

― Ya era hora, maldita sea.

Le susurro a Kayla: vas a estar bien, todo va a estar bien


Los mandamientos de NathanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora