Capítulo VI: Vidas Falsas
NATHAN
-No puedo creer que vinieras e hicieras esto. ¿Qué se supone que resolverías con ella?
Estoy muy enojado, furioso... Alejandra y yo nunca habíamos discutido, salvo las veces que me decía que bajara la tapa del baño cuando terminara de usarlo, o cuando me afeitaba y dejaba los pelos en el lavamanos, pero nunca como lo hicimos hoy. Sé que tuve que decirle antes de que la viera; a veces se me olvida lo pequeña que es mi isla. Aunque no la hubiese visto si Kayla no estuviera frente a mi empresa, ¿qué estaba buscando allí?... Miro a Alejandra y el enojo ha disminuido. Tengo que ponerme en el lugar de ella, pues ella sabe todo mi pasado y lo que esa mujer provoca en mí; yo se lo había contado todo. Aun así no quiero seguir aquí y discutir con Alejandra.
-Me voy. Nos vemos luego- digo sonando más enojado de lo que pretendo.
-No irás tras la cerda esa, ¿o sí?
-Alejandra, no hacen falta los insultos- digo exasperado.
- ¿Qué? ¿Vas a defenderla?
-No quiero seguir con esta conversación irracional.
Me giro y me dirijo a la puerta. Escucho cómo Alejandra grita mi nombre y se levanta de la mesa. Va detrás de mí, pero yo soy más rápido y me monto en mi carro que está frente al negocio y arranco a toda velocidad. No tengo ni puta idea de a dónde ir, solo guío sin rumbo...
KAYLA
Dije que quería regresar a mi apartamento, pero la verdad no me apetece. Necesito pensar antes de volver allí con Fernando. Quería ir hablar con Ryan, pero estaba durmiendo y muy agotado como para levantarse. Mañana iré a verlo de nuevo. No supe a dónde iba hasta que llegué a una pequeña playa... ¿A caso mi subconsciente me trajo hasta aquí? Este lugar fue en dónde Nathan y yo nos encontramos por primera vez. Vaya sitio para aclarar la mente... La playa está igual a cómo la recuerdo. Me siento en la arena y dejo que la brisa acaricie mi piel y que el salitre purifique mis pulmones. ¡Qué bien se siente! Cierro los ojos y dejo que el sonido de las olas me lleve a un estado de relajación total...
-Jamás imaginé que vendrías aquí...
Al escuchar su voz, el trance de relajación dio paso a la tensión...
NATHAN
No sé porqué llegué hasta aquí; ni siquiera tenía un lugar en específico en mi mente. Yo solo conduje y algo me atrajo hasta este sitio. Al verla allí sentada supe que era el destino, una vez más, conspirando para que nuestras almas se encontrasen. Se ve tan hermosa... ¿Qué estará pasando por su mente? Eso es una de las cosas por las cuales ella me fascina; nunca sé qué esperar ni cómo reaccionará o cuál será su próximo movimiento. El hecho de que sea una mujer totalmente impredecible me encanta. Al principio, creí entenderla y saber cómo funcionaba, pero no fue así; de haberlo hecho, hubiera sospechado que se iría de mi lado, incluso cuando sabía que me quería tanto como yo a ella. Estoy seguro de que en el momento en que nos encontramos de nuevo, ambos supimos que aún hay algo entre los dos mucho más grande que nosotros. No hace falta negarlo más... No entiendo porqué ella se complica tanto. Ella es un total y completo caos, pero es uno en el que quiero estar para complicarnos los dos. Río mentalmente, ¿complicarnos los dos? ¿Qué mierda acabo de pensar? Esta mujer me vuelve un ser incoherente.
No puedo evitar transportarme al día en que me hundí en ella por primera vez. Dos extraños encontrándose, necesitándose... Desde ese momento mi vida no volvió a ser la misma. Kayla llegó para voltearlo todo. Como un huracán, me hizo volar por los aires, llevándose consigo todo el pasado, mis reglas, quiero decir, mi estúpidas reglas...Entró sin permiso por las ventanas y puertas de mi corazón arrastrando mi dolor, mis miedos... Llegó sin permiso y se quedó instalada dentro de mí. Ya no era el dueño de mi corazón, era ella quién hacía lo que le daba la gana dentro de él; llenándome de un sentimiento inexplicable... ¿Amor? ¿Será amor? Creí haberla superado, su ausencia me hizo pensar eso, pero no puedo tenerla cerca y pensar que no es mía. Pensar que el tipo ese toca su cuerpo, el mismo que fue mío de diferentes maneras hermosas... Me da rabia pensar en ello. No puedo perderla de nuevo... Quiero que se quede.
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Los mandamientos de Nathan
RomanceTodo estaba estrictamente controlado; su vida, su placer, sus emociones, sus relaciones... Su corazón era intocable. Sus mandamientos lograban que esa coraza alrededor de su corazón nunca se rompiera. Lo más importante; lo mantenían alejado de ese...