Capítulo Dieciseís: Dos Lágrimas

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—No juegues así conmigo, mira que me estoy muriendo... ¿De verdad aceptaste lo que sientes por él?

—Sí— le digo sin ocultar mi emoción.

—Ven acá dame un abrazo aunque me quede sin oxígeno...

Ryan tiene los ojos cristalizados. Definitivamente está contento y emocionado. Ambos nos infundimos en un tierno abrazo.

—Te amo tanto y tanto Ryan... Fui tan tonta en dejar todo esto y abandonarte a ti también.

— Ey, todo eso fue parte del proceso de encontrarte contigo misma... Todo lo que pasó tuvo su propósito, incluso mi cáncer—. Esto último lo dice en un suspiro.

No digo nada solo lloro a su lado. No tengo palabras para decir... Sé que pronto lo perderé y no estoy lista para dejarlo ir. Siento una opresión en el pecho que casi no me deja respirar. Es como si la vida me diera una cosa, pero a cambio me quitara algo, o viceversa. No me imagino el mundo sin mejor amigo... No.

— Mi amor, no llores, por favor... Así como yo acepté mi destino, también tienes que hacerlo tú. La muerte es un proceso normal de la vida. Tal vez nos volvamos a ver en el más allá... Si no estoy en el cielo, pues me buscas en las pailas del infierno; en algún sitio me deben enviar.

Río llorosa.

— En cualquiera de los dos no encajarías; serías un ángel muy pervertido, y un diablito muy bueno...

Sonreímos con complicidad. El tono de mensajes de mi celular suena y no puedo evitar la sonrisa de oreja a oreja que provoca su nombre en la pantalla.

— Wii... Esa sonrisita yo la conozco.

—¡Qué cosas dices! Déjame ser feliz...

— Eso es lo que he querido siempre. Anda, dime ¿qué te escribió ese macho?

— Que la actividad de la empresa se extendería un poco más y vendrá un poco más tarde de lo acordado a mi apartamento y que...

— Quiere hacer el 69 esta noche...— dice divertido.

Rió a carcajadas.

—¡Qué payaso eres! No, me escribió que me quería... que me quería en cuatro.

Ambos reímos como locos, pero Ryan se queda rápido sin oxígeno...

Luego de una hora más me encuentro despidiéndome de Ryan.

— Te amo, nena.

— Yo también, mañana paso de nuevo y traigo la colección de Harry Potter y hacemos un maratón.

—¡Hasta que se te ocurrió una buena idea! Nos vemos bestie y no olvides afeitarte la toti.

Río y le doy un beso en la frente.

A las 6:30 pm me encuentro en mi apartamento sola y mirando al techo. ¡Qué aburrimiento! Muero de ganas por estar perdida entre las sábanas con mi amor. Suspiro con devoción. Tantas cosas han pasado en estas últimas semanas y todas ellas me han llevado hacia una sola persona: él. El destino se empeñó en juntarnos, incluso cuando yo hice todo lo posible por ir en contra de este. Una vez más me enseña que lo que él quiere para uno, será, tarde o temprano, pero será y no importa cuánto hagamos o cuántas malas decisiones tomemos; si está escrito que dos personas están destinadas a estar juntas, todo conspira para que eso suceda. Miro mi celular que está encima de la mesa de noche y decido enviarle un mensaje a Nathan por WhatsApp.

-hey, ¿cómo está la actividad? Mi cama y yo te echamos de menos. 😩
Enviado: 6:35 pm ✔️✔️

-Aburrida. Yo también te echo de menos, mi amor. 😣
Recibido: 6:37 pm

Los mandamientos de NathanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora