49: Piano

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“Veo todos tus defectos e imperfecciones
Pero eso es lo que me hace amarte más
Tenemos una gran conexión espiritual
¿No sabes que eres malditamente hermosa?”

Common – Zayn

>> —No, Jimin. No es que cambies toda tu personalidad, sino que vayas reflexionando cada error para no volverlo a cometer. Nadie cambia su personalidad por completo, sino perderías tu esencia. He notado tu encanto por las piedras preciosas. No es nada malo querer eso, siempre y cuando te pongas límites y no excedas tus deseos. <<

Jimin frunció el ceño, intentando aplacar su deseo de tener esa joya a su vista. Aunque recordó las palabras de Hayley, era difícil no querer reprimirse. Todavía podía recordar esas palabras en medio de su catarsis personal, sintiéndose avergonzado de aún mantener ese deseo de tener joyas.

Si tenía los anillos y el collar regalados por Jungkook, era por su valor sentimental, no por su valor económico. Adoraba recordar la dulce promesa de amor de Jungkook. Muchas veces, fueron su consuelo. Otras veces, fueron su castigo.

Aquella joya estaba a la vista en el sector de joyerías en la plaza Vendôme de París, siendo el lugar de lo más deslumbrantes por el brillo y la excelencia de las creaciones únicas de los escaparates de las más prestigiosas joyerías del mundo.

Jimin estaba frente a la joyería Boucheron, en pleno atardecer, prestando atención con admiración la joya más destacable de la vitrina. Observó con detalle el choker de diamantes brillantes con piezas de oro blanco, intuyendo el posible precio de la valiosa joya.

La voz de Jungkook le sacó de su ensoñación, haciéndole sobresaltar en su lugar.

—¿Qué haces, cariño? —le preguntó con curiosidad.

Jimin giró su cuerpo en media vuelta, sonriéndole con incomodidad.

—Nada. ¿A dónde me llevarás hoy?

Jungkook ignoró la pregunta, dirigiendo su mirada hacia la vitrina de la joyería, descubriendo el encanto de Jimin por la preciosa joya. Antes de encontrarse con Jimin, le estuvo buscando por la plaza Vendôme, pero lo vio en el sector de las joyerías.

—Esa joya debe valer quinientos mil dólares —presintió—. ¿Quieres esa joya?

Jimin amplió sus ojos, negando con la cabeza.

—No, de nin…ninguna manera —mintió, casi tartamudeando—. Ya no soy ambicioso.

—Jimin, no eres ambicioso, pero eso no significa que tu encanto por las joyas haya desaparecido.

—No necesito eso en mi vida, porque no es indispensable —argumentó Jimin.

—Jimin… —le advirtió Jungkook con voz autoritaria.

Jimin suspiró, resignado.

—Sí, ya sé, sinceridad —refunfuñó, arrugando la nariz—. Admito querer esa joya, pero no la necesito.

Alzando su mano con lentitud, Jungkook tocó el rostro de Jimin para mimarle con toques amorosos y pacíficos.

—Gracias por decirme tu sentir, cariño —dijo Jungkook, sonriéndole—. Ahora voy a llevarte a cierto lugar especial, porque quiero hablar contigo seriamente. ¿Quieres acompañarme?

Jimin todavía estaba aturdido por la sorpresa inesperada, ingresando en el salón de recepción Gustave Eiffel. Jungkook había alquilado el lugar para ellos hasta la medianoche, sorprendiendo a su amado por completo.

Ambitious || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora