44. Mimi

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“Porque aún te amo y sigo enamorado
No encuentro el modo de olvidarme de ti
De arrancarme tu amor de raíz
Porque aún te amo y estoy abandonado
Lo que no haría por volverte a besar
Y a tu lado poder despertar
Porque aún te amo”

Porque Aún Te Amo – Luciano Pereyra

Nunca se sintieron tan cerca, pero tan lejos.

Esa sensación era la más desgastante para su amor reviviendo.

Jungkook llevó a Jimin a su pent-house, para brindarle hospedaje. No podía arriesgarse a dejarle en medio de esa angustia, porque Jimin podría cometer cualquier locura por estar ciego del dolor. No le permitiría eso de ninguna manera. Jimin necesitaría todo el consuelo posible para poder salir adelante de ese duelo.

Cuando llegaron al pent-house de Jungkook, Jimin ingresó con timidez. Su mirada se paseó por el espacioso y lujoso departamento, tan característico de su ex esposo.

—Gracias, gracias por estar conmigo, pero no es necesario estar acá —dijo Jimin, rompiendo el silencio tenso—. Yo me puedo ir.

A decir verdad, estaba recuperándose de su momento de pérdida de cordura, sintiendo a la vergüenza corroer por su mente. Aunque necesitaba mucho consuelo, sus inseguridades le hacían sentir como si fuera la carga más pesada para Jungkook. Ni siquiera se sentía merecedor de su pena.

—No voy a dejarte en ese estado vulnerable —respondió Jungkook con suavidad.

Jimin intentó soportar el llanto amenazante, pero volvió a romperse en sollozos y lágrimas. No podía sobrellevar solo todo ese dolor, emergiendo en la ira y la culpa contra sí mismo. Toda esa parte perteneciente a su padre estaba desapareciendo, convirtiendo los recuerdos en lágrimas de su corazón.

Jungkook se acercó a él para abrazarlo y mecerlo con dulzura, brindándole calidez y consuelo, dejándole desquitarse de sus tristezas. Mierda, me duele verte tanto así de destrozado, pensó en su fuero interno.

A través de ese abrazo sintieron sus corazones latir unísonamente. Querían ignorar ese sentimiento punzante, pero sus corazones se empeñaban en aferrarse más a la añoranza de ese amor.

Nunca se habían sentido así, tan envenenados de ese amor tóxico.

Habían derramado tantas lágrimas en medio de recuerdos grises, queriéndose morir por el amargo sentir de ese amor. El diablo estuvo agazapado en su risa, burlándose de ellos en el silencio de su soledad, pero en ese momento actual se mantenía alejado con resentimiento tras verlos revivir su amor.

Armando pieza por pieza el rompecabezas del destino, el sufrimiento fue el peor aliado para el reencuentro de esos amantes, pero era aliado. El tiempo sería su testigo para verlos continuar o terminar su historia amor, siendo la decisión definitiva esa vez.

El cuerpo de Jimin se deslizó por debajo de las sábanas levemente calientes, siendo atacado por el aroma masculino de Jungkook. Había extrañado tanto ese aroma alentador de sus pasiones más románticas.

Jungkook ingresó a la habitación, topándose con la visión tierna de Jimin acurrucado en su cama. Cuando caminó para llegar a la cama, dejó la bandeja encima del colchón.

Agarrando el yogurt de fresas de la bandeja, Jimin le sonrió con agradecimiento.

—Gracias —dijo en susurros.

Jungkook asintió, sentándose en el borde de la cama.

—¿Quieres conversar conmigo? —le preguntó con dulzura disfrazada de empatía.

Ambitious || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora