Ambitious || KookMin

25. Caprichos

“¿Quién dijo que el dinero no resolvía tus problemas?
No debieron haber tenido suficiente dinero para resolverlos
Ellos dicen ‘¿Cuál?’
Yo digo ‘¿Nah, los quiero todos?’”

7 Rings – Ariana Grande

Cinco meses después.

El tiempo pasó, pero la vida le sonrió en su totalidad a Jimin, porque estaba cumpliendo todas sus metas y sus sueños. Viajó con su esposo a muchos países y lugares turísticos durante varios meses, Jungkook cumpliéndole sus deseos de ir a Madrid, Cancún y California. Al tercer mes, la estadía final fue en la capital de Francia, París. Jimin estaba totalmente feliz de haber visitado sus lugares más soñados, pero amó la capital de Francia por sobre todo, la ciudad de la moda, del amor y del arte.

Al ser dueño de la mitad de la fortuna y de las acciones de Jungkook, conoció los negocios empresariales y artísticos administrados por la familia Jeon en Francia. Absolutamente nada era suficiente para él, porque se aprovechaba de todo el dinero a su disposición para comprarse ropa, zapatos y joyas. Hasta ya tenía su propio auto, pero ese capricho había sido cumplido por Jungkook, porque Jimin le había manipulado con besos dulces y su amor falso.

Jimin se había convertido experto en la manipulación emocional.

Jungkook no estaba nada enterado de los gastos exagerados de Jimin, porque él no le había comentado nada y tampoco le tomaba importancia a sus compras, pero renegaría cuando controlara el estado de cuenta de su tarjeta de crédito y viera la lista de los gastos de todo el viaje.

Yerim, su asistente personal, le informó sobre el estado de la cuenta de las tarjetas de crédito y Jungkook casi se infartó al ver la lista de los gastos.

—Todo es casi trece mil dólares, sin contar los otros diez mil dólares gastados en hoteles y el servicio en los viajes —espetó, incrédulo—. ¿Abusó casi trece mil dólares en dos semanas?

Yerim se encogió de hombros. Jungkook se encontraba en su escritorio, revisando los papeles del banco.

—No entiendo cómo no te diste cuenta, Jungkook. A pesar de tu patrimonio económico demasiado alto, tú siempre supiste administrar y ahorrar tu dinero, pero tu esposo se está excediendo, sobre todo en joyas.

Jungkook lanzó los papeles al escritorio.

—Sí, tendré millones de dólares, pero nunca me gustó derrochar el dinero en tantas cosas como ahora lo está haciendo Jimin. Toda esta cantidad gastada es demasiado exagerada. ¿Cómo no me di cuenta que cada semana se estaba comprando joyas de mucho valor económico? —se reprochó a sí mismo.

—No lo sé, es tu esposo. A mí también me sorprendió al ver el estado de la cuenta bancaria.

Jungkook suspiró y volvió agarrar el informe para leer los gastos.

—He estado demasiado ocupado con el trabajo y no le puse demasiada atención a Jimin.

—Trata de arreglar ese problema, porque cuando volvamos a Corea del Sur, el trabajo se va a intensificar —le recordó su asistente.

—Sí, hablaré con mi esposo.

El teléfono de la oficina sonó y Yerim atendió la llamada.

—Asistente de Jeon Jungkook —respondió.

Jungkook siguió leyendo la lista de gastos de la cuenta bancaria. Cuando la llamada terminó, Yerim miró a su jefe. Aparte de su relación laboral, ellos eran amigos y por eso no existía trato formal.