#36

216 64 24
                                    

P. O. V  Jackson

Estaba feliz.

Mi alegría no se podía expresar con palabras. Es lo que pasa cuando alguien al que amas acepta a Cristo en su corazón y decide caminar con él, pero incluso aunque no conozcas a la persona en absoluto, el hecho de que alguien acepte el evangelio es motivo de celebración. El cielo hace una fiesta ¿por qué no hacerla en la tierra?

Nuestros corazones estaban alegres. Joshua, Daniela, Suely y yo, estábamos celebrando en nuestro interior.

—¿Y bien?

Miré a la rubia hermosa y aun mas hermosa con ese vestido rojo. Era un vestido sencillo pero ella hacía que luciera como la mayor joya del mundo. Perdón, ella es la mayor joya del mundo con vestido o sin vestido. Con maquillaje o sin maquillaje. Es una preciosa joya que Dios me regaló.

—¿No te gusta?

Posé mi mirada sobre sus ojos y sentí un escalofrío recorrerme toda la espalda. 

—¿Qué te hace pensar eso?

—No lo sé... Tal vez que te has quedado de piedra.

Me quedé helado, sí. Pero por culpa de su belleza.

—Estás hermosa, ...creo que demasiado. Estoy seguro de que las otras chicas no se vistieron tan lindo.

—Tal vez si. Aunque no importan las demás. —dijo mirándome fijamente— Puse este vestido en la maleta porque quería lucir linda para ti.

¿Los chicos se sonrojan? Porque si es así entonces parezco un tomate.

—Y eso me pone más nervioso aun. —pensé que había sido un pensamiento pero cuando ella soltó una risita me di cuenta de que lo dije lo suficientemente alto para que me escuchara.

¿Qué se supone que hago en estos casos? Se supone que ella debería estar nerviosa.

—¿Estás nervioso? —dijo con una sonrisa.

—¡No! Claro que no...cómo crees... —me aclaré la garganta.

Soltó otra risita. Inmediatamente me tense. ¿Qué le resultaba tan divertido?

—¿Muñeca te estás burlando de mi o qué? —pregunté, un poco indignado.

—No amor. —se acercó y puso su mano en mi cara, la acarició suavemente— Creo que eres lindo. —sonrió con ternura— Y también eres el chico que más he querido en toda mi vida.

Diganme que es más rojo que un tomate y entonces me convertiré en ello.

—Tu también, eres la primera con la que tengo algo serio, quiero decir, mis sentimientos son serios —esta vez fui yo quien acaricié sus mejillas. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho—, te amo mi muñequita.

—Yo también amor. Te amo con todo mi corazón.

Una lágrima se me escapó al oír eso. Ella sin perder tiempo se puso en puntillas y me dio un dulce beso que contenía toda la ternura del mundo. La tomé por la cintura y la acerqué más a mi. Quería que este momento durara para siempre pero a los pocos segundos nos separamos para respirar.

—¡Nuestro primer beso! —dijo emocionada.

—Cierto. Yo quería besarte desde siempre pero...no sabía cuando... Ay Dios.. Siempre me quedó atrás.

Rayos Jackson. ¡No hables si no sabes lo que dirás! Recuérdenme no hablar cuando estoy nervioso.

—No te quedas atrás en absoluto. Eres consciente de lo que acabas de hacer, me has dicho que me amas incluso antes de besarnos. ¡Jack yo jamás te cambiaría! Y no quiero que tengas dudas de ello.

The Sons of the King  [Novela Cristiana] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora